La primera reflexión de Jagoba Arrasate tras el varapalo ante el Betis fue asumir que había que cambiar y que en el horizonte, con el equipo antepenúltimo, metido en puestos de descenso, se vislumbra un reto, el de dar la vuelta a esta situación para la consecución de la permanencia, el único objetivo de la temporada, de todas las campañas en la máxima categoría.

No es nuevo que Osasuna pase apuros en Primera y, al contrario, casi ha sido consustancial en la máxima competición estar mirando a la parte baja más que a la zona sin apuros, ni que decir a la parte noble. Con Arrasate en Osasuna, es la realidad, se han instalado las buenas costumbres, un período increíble en el que todo han sido buenas sensaciones, puesta en órbita y la vida en una nube. Un ascenso a Primera División como campeón y marca histórica de puntos (87), un ingreso en la máxima categoría con un rendimiento inusitado ?décimo en la clasificación final, 52 puntos en el casillero y cuatro de los puestos de la Liga Europa?, una racha histórica sin perder en El Sadar ?31 partidos?, la felicidad del aficionado, miel para jugadores y técnicos.

Por esto, porque Osasuna ha estado feliz por las alturas, unir Arrasate a la palabra crisis resulta inaudito, pero es lo que afronta Osasuna. A los números, un punto de quince posibles, una discreta cifra de goles a favor ?ocho, uno de los menos realizadores de la categoría?, se unen las sensaciones de los últimos tiempos: un comportamiento desigual en los partidos, la ausencia de la tecla del juego, la más que discreta capacidad para crear peligro, la desaparición paulatina del equipo ambicioso y alto en la presión.

Ha habido cambios importantes en la plantilla, se están amontonado las lesiones ?cinco jugadores en estos momentos porque han salido de la rueda Darko, Calleri y Brandon? y la adecuación de todo esto le está pasando factura al rendimiento del equipo, con la cuota indiscutible de responsabilidad del entrenador. Arrasate está todavía buscando el equipo ideal y, sobre todo, cómo ponerlo en funcionamiento.

El domingo, sin ir más lejos, Budimir y Calleri jugaron sus primeros minutos juntos ?una veintena? y los dos atacantes parecen los llamados a ser los dos futbolistas titulares en la alineación con dos puntas por las que parece va a optar el técnico con más asiduidad.

Muchos puntos se están repartiendo esta temporada ante los fallos de los grandes y esto se va a traducir que la permanencia va a tener una exigencia mayor. Sin embargo, hay una igualdad manifiesta también, porque el Betis, por ejemplo, de estar junto a la zona de los apuros ha dado el salto a la zona alta con solo tres puntos más ?es octavo y tiene 15?. Catorce equipos están en una diferencia de seis puntos. Con 27 encuentros de Liga por delante ?81 puntos en juego?, el reto de Osasuna tiene margen y mucho tiempo. Otra cosa es que hay que ponerse manos a la obra cuanto antes, y no esperar.