- Cuando parecía que el partido estaba abocado a la victoria local por la mínima, el Eibar resurgió y dispuso de varias ocasiones para empatar con el tiempo cumplido. En un trepidante final. Primero, Kike García, en el minuto 95 -el árbitro dio cinco minutos de prolongación-, envió el balón al poste. Y en la acción posterior, la última del encuentro, los armeros dispusieron de varias ocasiones para marcar en un saque de banda enviado al área; la más clara, la que desbarató Ocampos, improvisado portero ante la lesión de Vaclik, a disparo del otro guardameta, Dmitrovic, que subió a rematar a la desesperada.

Este final, que nadie se esperaba, mereció acabar con un empate que permitiera al conjunto azulgrana encarar las cuatro últimas jornadas con más tranquilidad. Pero el Sevilla, con el susto en el cuerpo, se llevó al final una sufrida victoria por la mínima. De modo que el cuadro guipuzcoano deberá seguir peleando para sellar la ansiada permanencia.

Mendilibar, fiel a su estilo, volvió a tirar de rotaciones para refrescar a su equipo e incluyó hasta siete cambios en su once titular, incluido Tejero, uno de los jugadores de la plantilla que menos minutos ha jugado este curso.

Para efectuar con eficacia la intensa presión que ejerció el Eibar desde el primer minuto necesitaba que sus jugadores no acusaran el cansancio por la acumulación de partidos. Una presión alta que a los azulgranas les sirvió para que la primera parte fuera disputada y bastante nivelada. Las únicas ocasiones de este periodo las protagonizaron los locales Fernando y Ocampos, al filo del descanso.

En la reanudación fue el Eibar el que pudo marcar por mediación de Burgos y de Sergio Álvarez, en sendos córners consecutivos. Pero pagó su falta de acierto. Y fue el Sevilla el que sí acertó en una acción en la que centró Navas y remató Ocampos.

Pero la vistosidad de la que adoleció el choque se concentró en el último suspiro, cuando Kike García envió el balón al poste en el minuto 95. El manchego tuvo el empate en su bota izquierda en un remate en el que en su impacto con Vaclik acabó lesionado el portero y tuvo que ponerse Ocampos como improvisado meta. Y el argentino salvó a los suyos en el último remate del Eibar, obra de Dmitrovic, que subió a rematar un saque de banda, en un frenético final en el que los guipuzcoanos dispusieron de buenas ocasiones para empatar.