- Joseba Beitia ha marcado cinco goles y ha dado 17 asistencias desde la posición de centrocampista en la que se desenvuelve en el Mohun Bagan. Su entrenador es Kibu Vicuña, técnico de Zizurkil, y uno de los compañeros, el donostiarra Julen Colinas, se lesionó de gravedad y volvió para ser intervenido aquí. Joseba sigue con atención todo lo que pasa a su alrededor y en el entorno de los más allegados a él.

Con 29 años, encontró acomodo en un lugar impensable, cuando siendo juvenil de la Real o jugador del Sanse pensaba en otras cosas. Luego comenzó el peregrinar por Sariñena, Somozas, Marbella, Ferrol y Real Unión. En el salto de Gal al Mohun Bagan Ground le esperaba la felicidad.

¿Puede definir la situación en la ciudad en la que vive?

-Hasta ahora estaba la cosa bastante tranquila, pero han ido aumentando los casos en cuanto al coronavirus y ahora nos han puesto en cuarentena bastantes días. Decisión drástica.

¿Cómo pasa este tiempo de paro forzoso?

-Vivo con mi novia Oihane y normalmente, aunque estemos en cuarentena, nos gusta mantener la rutina. Desayunamos, hacemos ejercicios (los que nos mandó el preparador físico), comemos, siesta y salimos a correr en la urbanización (podemos salir aquí porque es cerrado y no suele andar nadie). Por la noche cenamos y vemos Netflix.

En principio, volvía a mediados de abril. ¿Ahora?

-Sí, en principio era así, pero ahora se ha cancelado la liga hasta el 15 de abril y tenemos que esperar a ver qué pasa. También tenemos que ver cómo está la situación en el país y decidir con base en eso. Así que yo creo que volveré en mayo si todo va bien.

¿Qué le llevó a India?

-Quería probar nuevas experiencias, ya que llevaba mucho tiempo jugando en España en Segunda B. Me apetecía salir al extranjero y surgió esta oportunidad. Fue todo muy rápido. Cogí la maleta y aquí estoy.

En tiempo pasado, otros jugadores dispusieron de ofertas similares y no se atrevieron a dar el paso. Tal y como le han ido las cosas, ¿se arrepiente?

-Ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Una experiencia enriquecedora que ha superado mis expectativas. Ha ido todo genial.

¿Le costó mucho adaptarse?

-No. Desde el primer momento entré con buen pie y me adapté rápidamente. Es verdad que al principio me costó por el calor, pero poco a poco fui acostumbrándome.

En una ciudad con tantos millones de habitantes, no es fácil la vida. ¿Qué destaca de la gente, la calle en Calcuta?

-La vida es muy heavy aquí. Otra realidad diferente a la que vivimos. Esto es el tercer mundo y hay mucha pobreza, pero lo que más me ha impactado ha sido la felicidad con la que vive la gente. Siempre con una sonrisa en la boca. Se conforman con muy poco y eso es de valorar. La gente es muy agradecida. Te puedo decir una cosa de verdad: vienes siendo una persona y te vas siendo otra. Estoy encantado con la decisión que tomé.

¿Qué ha echado en falta? Mutriku, su gente... ¿Alguien le ha visitado?

-He echado de menos todo, mi pueblo, mi familia, mis amigos, el mar... En julio vino mi padre y un amigo, Igor Romero, y hace poco han estado mi hermana Amaia y su novio Mikel. Es muy difícil que lleguen muchas visitas porque estamos muy lejos y económicamente es bastante caro.

Un rubio, en medio de hindúes no pasa desapercibido...

-La verdad es que no. Doy bastante el cante siendo rubio y blanquito. Para ellos es algo diferente, pero me respetan y eso es lo más importante. No me siento diferente, ni tengo complejos.

¿Qué nivel de juego tienen?

-Al final, cada país es un mundo y la cultura futbolística es diferente, pero te puedo decir que el nivel me ha sorprendido para bien. Es más duro de lo que esperaba por las condiciones climáticas y por la competitividad que tienen los indios. Probablemente, el fútbol de aquí sea más físico que en España.

No es nada amigo de redes sociales, sin embargo ahora no para de colgar fotos...

-(Risas) Es la primera vez que tengo redes sociales (Instagram). Nunca antes había dado el paso. Siendo sincero, me lo recomendó un amigo. Me dijo: Jose, el fútbol no es solo jugar, también es marketing. Y mira, ahora lo he hecho, pero solo para el fútbol.

¿Repetiría o piensa en otro escenario el año que viene?

-No cierro puertas a nada ni a nadie, pero probablemente siga por India. Al final, con el año que he hecho seguramente las mejores ofertas las tendré aquí. Y, además, estoy muy a gusto. Ha sido el mejor año de mi carrera.

Uno de sus mejores amigos es Asier Illarramendi... No lo ha pasado bien.

-Sí, ya lo sé. Hablo diariamente con él y sé que ha sufrido mucho, pero ahora está muy cerca de volver y estoy deseando verle jugar de nuevo. Yo pasé por algo parecido cuando me lesioné del Aquiles y sé lo que habrá sentido. Al final, la impotencia de no poder ayudar a tu equipo y la soledad de uno mismo es lo más duro.

Como guipuzcoano que es, ¿ha seguido a la Real desde la distancia? ¿Qué le parece y qué le sorprende?

-Sí, he visto todos los partidos. Lo que ha hecho Imanol ha sido impresionante. Un estilo de juego definido y realmente muy atractivo. Me atrevo a decir que es el equipo que mejor juega de la liga. No me ha sorprendido nada porque sabía el nivel mayúsculo de esta plantilla y los jugadores han cuajado perfectamente con el entrenador. Así que ha sido la fusión perfecta. Eso sí, el nivel que están mostrando Odegaard y Merino es de clase mundial.

Ganan la liga y le eligen un montón de veces como el jugador MVP. ¿Cómo fue el jolgorio?

-Bueno, con esto del coronavirus el jolgorio no fue tanto como debería ser. Pero me imagino que, cuando acabe todo esto, podremos celebrarlo a lo grande. No éramos el equipo favorito para conseguir el campeonato. Por eso, nuestra afición y nosotros mismos lo hemos disfrutado más.

El eterno rival, el QE Bengal FC, está a 16 puntos, cuando aún quedan cuatro jornadas para concluir el campeonato.

-Precisamente, el siguiente partido era contra ellos. Fue justo en ese momento cuando se aplazó el campeonato, el derbi de Calcuta. Nosotros llegábamos con 39 puntos y ellos con 23. Una pena, porque esos son los partidos que gusta jugar, sobre todo si el pescado está vendido. El título ya es nuestro.

"Esto es el tercer mundo y hay mucha pobreza, pero lo que más me ha impactado ha sido la felicidad con la que vive la gente"

"Vienes siendo una persona y te vas siendo otra. Esta experiencia ha superado mis expectativas. Estoy encantado aquí"