Donostialdea Bizikletan es un club, una escuela de ciclismo, que recientemente inició su propia trayectoria después de separarse de la sociedad Donosti Berri.

Aritz Irulegi es el presidente de un joven club que no se enfrenta a una tarea sencilla cuando en la formación deportiva hay "cada vez menos personas voluntarias y el nivel de profesionalización es cada vez mayor".

Pese a todo, Donostialdea Bizikletan apuesta por el disfrute sobre dos ruedas, mucho más allá de pensar "en ganar un Tour" .

"La aspiración de llegar al estrellato en el deporte se ha acrecentado. Siempre ha pasado y va a más", constata Irulegi, que ha sido testigo de que esa realidad, que en cierta manera genera frustración, y la falta de voluntarios, ha abocado a la desaparición a distintos clubs y escuelas ciclistas que trabajaban en Gipuzkoa, como las de Usurbil-Lasarte y la de Hernani.

"Hay pocos niños y son también pocas las personas que quieren dedicar su tiempo a formarlos", apunta el representante de Donostialdea Bizikletan.

Pero esta realidad no ha impedido que el nuevo club eche a rodar, es más, provocó una reflexión que les ayudó a diseñar su hoja de ruta. "Cuando lo creamos pensamos que al dejar de ser Donosti Berri debíamos ser conscientes de que nuestro ámbito de actuación debía ser más amplio, incluyendo Astigarraga, Hernani, Lasarte... En definitiva, Donostialdea".

"Es un club nuevo que mantiene ciertos rasgos. Pero en la medida que es nuevo tenemos que hacer las cosas de forma diferente. Y en ello estamos", abunda Irulegi.

Donostialdea Bizikletan se halla inmerso en pleno proceso de montaje. "Poco a poco estamos creando una estructura, queremos ir atrayendo a más gente. Somos conscientes de que a nivel de escuela las cosas no son sencillas, porque hay menos carreras en las que se pueda participar y los desplazamientos tampoco son fáciles, menos ahora con la carestía del combustible".

Tanto es así que la Federación Guipuzcoana está trabajando en la elaboración de un Plan Estratégico para afrontar el futuro.

La reflexión de Donostialdea Bizikletan ha sido la siguiente: "O nos mantenemos y damos un paso atrás, con el riesgo de desaparición que conlleva, o avanzamos".

No lo han dudado y han decidido no parar, un afán en el que cuentan con el imprescindible apoyo de una empresa patrocinadora, Cárnicas Iruki.

Asi que Iruki Donostialdea Bizikletan es ya una realidad que pelea por dar fuerza a la cantera de ciclistas de la zona. De la mano de la marca patrocinadora el club ha podido renovar su vehículo, contar con pinganillos y mejorar la dotación del equipo.

"Buscamos ser una referencia como escuela a nivel de Euskal Herria. A futuro creo que todo se irá profesionalizando, los preparadores, etc. Todo este proceso eleva el nivel de exigencia en los clubes", reflexiona Irulegi.

En el Plan Estratégico que Donostialdea Bizikletan tiene pendiente de diseñar quiere extender la relación ya iniciada con el Ayuntamiento de Donostia, donde se dio a conocer el proyecto, a otros consistorios de su ámbito de actuación, entendiendo que "es un proyecto para todo Donostialdea. Iniciativas como esta ya funcionan en otros lugares, como en Bizkaia".

¿Cómo se hará? Está por definir la evolución, si cada categoría irá tomando fuerza en un municipio concreto, siempre respetando el funcionamiento de las escuelas que ya estaban activas.

Uno de los retos es conseguir que las mujeres jóvenes también se suban a la bicicleta. No está resultando fácil y en el club hay solo una chica en categoría infantil. "Tiene unas ganas de competir terribles y nos da pena que se tenga que ir del club cuando cambie de categoría porque no disponemos de estructura suficiente".

"La evolución del peso de las mujeres en el mundo del ciclismo ha sido muy grande, pero Gipuzkoa es un territorio pequeño y es complicado generar la estructura suficiente", señala Irulegi.

Los y las jóvenes amantes del ciclismo pueden integrarse en Donostialdea Bizikletan "en cualquier momento. Ofrecemos formación hasta los 18 años". El consejo: apuntarse entre los ocho y los catorce años para ir dando pasos poco a poco, "cuando corresponde".

"Estamos trabajando para estructurar todo eso, diseñando un proceso de formación con sus hitos. Inicialmente los entrenamientos son muy sencillos, casi un juego. Buscamos que lo pasen bien y que hagan amigos", explica el presidente del club.

Ya en la categoría de cadetes, entre catorce y 16 años, comienzan los entrenamientos varias veces a la semana, las carreras (que obligan muchas veces a desplazarse a territorios del entorno), vueltas de pocas etapas, etc. "Comienza en deporte de rendimiento", explica.

En juveniles la cosa cambia. El entrenamiento es diario y la participación en carreras adquiere otro nivel, "van más enfocados". "El ciclismo busca a alguien que funciona ya muy bien a los 18 años y que pasa a profesionales. Hay estructuras que se dedican a ello, aunque en Euskadi apenas existen. La Federación Guipuzcoana está en ello, quiere dar el salto y ofrecer una oportunidad a quienes corren aquí. Nosotros queremos poner nuestro granito de arena", apunta Irulegi, presente con parte de su equipo en el Trofeo Zumy.

un camino complicado

"Todos somos conscientes de que son muy, muy pocos quienes llegan a ser profesionales pero esto es parte de un proceso de formación, con un gran nivel de exigencia que pocos deportes tienen", incide.

De momento, Donostialdea Bizikletan quiere trabajar con seriedad pero con tiento y mimo con los jóvenes deportistas. "Nosotros queremos trabajar en crear personas", concluye el presidente de un club que se ha marcado como meta "seguir adelante muchos años".

Para ello la receta es sencilla. Resulta necesario "generar buen ambiente y que la gente esté contenta". Solo así a futuro se podrá recoger la cosecha y lograr que quienes han pasado por el club vuelvan al mismo "para echar una mano".

Iruki Donostialdea Bizikletan es una realidad que nace tras separarse de la sociedad Donosti Berri y amplía el ámbito de actuación