A nadie se le ocurre llamar a su hijo loser (perdedor). El nombre con el que bautizaron a Anacona le señala como un campeón. Al menos, vencedor. El colombiano se responde al nombre de Winner, que parece una redundancia cuando gana. Sobre todo si levanta los brazos para conquistar el Trofeo Andratx, perteneciente a la Challenge de Mallorca. En la isla también se destacó Mikel Iturria. El ciclista del Euskaltel-Euskadi cerró el podio y condecoró su actuación con la victoria en los esprints especiales. En el ciclismo que todo se compite, donde un paso de peatones puede sugerir una meta, Iturria sonrió. Tuvo buenas sensaciones. La dicha completa fue para Anacona, el mejor, que venció con solvencia.

La cara más exigente de Puig Major sirvió de preludio para la subida final al Mirador des Colomer, 3,1 km al 6,2%. El colombiano demostró su fortaleza y se deshizo de la resistencia del noruego Vegard Laengen y de Iturria. El trío de ciclistas de desmarcó del pelotón a 14 kilómetros de la llegada y logró mantener la ventaja después del esprint especial situado en Pollença. La ascensión al Mirador d'es Colomer fue la última frontera, la selección definitiva de los corredores que pleitearían por la victoria en un trazado muy exigente, con tres puertos de montaña, dos de tercera categoría y uno (Coll Puig Major) de primera categoría.

Por otra parte, en la cuarta jornada del Tour de Hungría, el triunfo se lo quedó Damien Howson. El australiano, el mejor en la etapa reina de la carrera, se vistió de líder a la espera del final de la carrera húngara, que concluye este domingo en Budapest.