A Gari Bravo se le dibujó una sonrisa en el rostro cuando supo que el Euskaltel-Euskadi le renovaría. En curso se le había torcido y una mueca se le instaló en el ánimo al lazkaotarra, uno de los estandartes de la formación naranja. “Este año no me ha salido una buena temporada; empecé bien pero luego mi rendimiento no fue el deseado. En Mont Ventoux sí que tuve un buen día y pude ser protagonista en una carrera muy importante”, expone Bravo, que quiere recuperar su mejor versión para la próxima campaña, cuando se supone que el ciclismo volverá con un calendario con más hueso y espinazo.

Con el nuevo almanaque, Bravo buscará recuperar su mejor pose. “Mi objetivo para 2021 es que se vuelva a ver la versión de Gari Bravo que se ha visto otros años”, argumenta el guipuzcoano. Renovada la ilusión y el espíritu, Bravo observa con los ojos brillantes la campaña venidera, donde el reto del Euskaltel-Euskadi está enfocado en la participación en la Vuelta y en su debut en la Itzulia, competición que quedó en el aire debido a la pandemia que arrasó el calendario ciclista hasta el verano.

Uno de mis objetivos es ayudar a que el equipo sea invitado para la Vuelta a España. La temporada 2021 tiene buena pinta. Poder correr la Itzulia sería muy bonito. Es uno de mis objetivos. Correr por las carreteras de casa es una motivación extra”. Aferrado a ese mantra, Bravo quiere ser una de las piezas fundamentales del Euskaltel-Euskadi, una formación que desea seguir creciendo una vez asentado el naranja en el pelotón.