- Un día después de que Wout van Aert ganara la etapa más cómoda de su vida, el pelotón se asomará al mirador de Francia. Al desconocido y temido Mont Aigoual, una azotea desde la que se ve todo lo que el país galo puede ofrecer: el Mediterráneo, los Pirineos, los Alpes... Una maravilla de balcón que, probablemente, ningún corredor disfrutará. Porque la etapa de esta tarde será larga y dura, con 150 kilómetros en llano que darán cierto sosiego al pelotón para afrontar unos últimos 40 de infarto. Dos puertos de tercera serán la antesala de una meta inédita en el Tour, que promete sangre, sudor y lágrimas. Y es que el Mont Aigoual amenaza con ser muchísimo más agotador que la llegada de Orcières-Merlette. Muchísimo más doloroso. Porque se encuentra situado a apenas trece kilómetros de Col de la Lusette, un puerto de primera categoría, que como es costumbre en la presente edición ofrecerá bonificaciones, que podría sorprender a más de un favorito.

De hecho, aquellos ciclistas que no lo conozcan se dejarán las piernas en sus largos tramos que llegan al 10%. Por lo que Lusette promete ser el agitador del pelotón y el filtro de la general. Un puerto de mucha entidad. Un puerto de guerra.

Con todo, si Mont Aigoual es una meta inédita en el Tour, también lo es la salida desde Le Teil. Este municipio de Ardèches se estrena como inicio de etapa y ofrecerá al pelotón una amplia llanura que solo se puede complicar si el viento se suma a la carrera, aunque las previsiones lo descartan. Así pues, la jornada se comenzará a complicar tras el esprint del día, situado en el kilómetro 157, ya que después aparecerá Cap de Coste, un puerto de tercera corto pero con rampas a más del 7%. Y, tras esto, la carretera empezará a empinarse hasta el final. Col des Mourèzes, con un desnivel medio del 4,8%, será un pequeño aperitivo para Lusette, y el puerto de primera servirá de lanzadera para que los aspirantes a la general muestren sus credenciales hacia la ascensión final al Mont Aigoual. A ver si esta etapa, de nuevo con montaña, estimula una edición pasiva con un pelotón a la expectativa.