BENIDORM Roberto Rodríguez; Oliver, Lignieres (4), Parker (4), Grau, Carrillo e Iván Rodríguez (8); Vainstein, Iker Serrano (3), Álvaro Ruiz, Pedro Martínez, Franzini (ps), Calle (1), Valles (6, 3p) y Nikcevic (2).

BIDASOA Ledo (Sierra); Cavero (9, 7p), Ugarte, Rodrigo Salinas (4, 1p), Azkue (2, 1p), Dariel García (1) y Víctor Rodríguez (2); Zabala (2), Tao, Furundarena (2), Aguinagalde (1), Tesoriere, Da Silva, Gorka Nieto (2) y Adrián Fernández (2).

Parciales 3-4, 4-4, 8-6, 8-10, 12-11, 16-13 (descanso), 16-16, 19-17, 22-18, 24-20, 26-24, 28-27.

Árbitros Álvarez Menéndez y Friera Cavada (comité asturiano). Exclusiones de Parker, Grau, Álvaro Ruiz, Edu Calle, Ivan Nikcevic, Ivan Rodríguez (2), por los alicantinos; Furundarena y Tesoriere, por los guipuzcoanos.

Incidencias Palau L' Illa de Benidorm, unos 800 espectadores. Cada aficionado que se presentó con un kilo de alimentos recibía una invitación para el partido, dentro de una campaña solidaria de la parroquia local de la Almudena

El Bidasoa arranco ayer el periplo de cinco partidos que debe disputar antes de Navidad. Todos, lejos del calor de su público y correspondientes a competiciones distintas (dos de European League, dos de liga Asobal y una eliminatoria de Copa a partido único). Los cinco encuentros en once días con los correspondientes viajes, de los cuales dos les conducen a Suiza y Polonia. Un maratón que el equipo afronta con los jugadores que puede y en unas condiciones que no son las óptimas. Ayer solo recuperó a Julen Aginagalde, ausente ante los polacos del Wisla Plock, perdiendo a Leo Renaud y Kauldi. El equipo está justito, cogido con pinzas. No le sobran las fuerzas, pero se vacía en cada partido. Lo hizo ante los polacos, lo mismo que ayer en Benidorm (28-27). En ambos casos con la misma mala fortuna. Derrota por un gol.

Los recientes resultados, sobre todo el último, del conjunto alicantino sorprendían bastante. El triunfo en la cancha del Ademar de León esta misma semana, recuperando un encuentro aplazado, encendía ciertas luces de alarma. No tanto por el hecho de ganar, sino por la cantidad de goles que marcó al conjunto de Manolo Cadenas. Meter en ese pabellón 39 tantos es prácticamente un récord. Como en anteriores encuentros los de Fernando Latorre alcanzaban también altos guarismos en la parcela ofensiva, parecía claro que el trabajo defensivo de los irundarras debería ser muy eficaz, a sabiendas que el cuadro alicantino iba a plantear un partido muy físico, duro en su defensa, aprovechando que el rival no estaba para cohetes. Basta ver la estadística de exclusiones para entender una parte del entramado del encuentro.

Quizás por ello el renovado Jacobo Cuétara decidió una defensa adelantada (5-1) con Zabala o Dariel García en el avanzado. En el primer tiempo, las cosas fueron más o menos equilibradas hasta los últimos cinco minutos en los que ambos técnicos solicitaron un tiempo muerto. Primero, los locales para cambiar la dinámica y tratar de cobrar ventaja. Luego, los irundarras para no retrasarse en el marcador. Le fue más rentable al técnico benidormense, ya que los tres goles fueron la mejor ventaja de su equipo en la primera mitad. Bidasoa cedió en el tramo final, perdiendo una ventaja (8-10) que no era para nada mala. Del 10-10 al 16-13, jugó los minutos menos eficaces. Había un problema notable. El Benidorm terminaba muchas de sus jugadas en el extremo Iván Rodríguez, autor de siete goles en los primeros 30 minutos. Para entonces, Julen Aginagalde había marcado un gol en su partido 400 de liga Asobal.

El partido se movía por oleadas. Fue notable en este sentido el comienzo del segundo tiempo. El Bidasoa lograba un parcial (0-4) para volver a ponerse en ventaja (16-17), momento en el que Fernando Latorre llamaba a cónclave de manera urgente a sus jugadores. Respuesta inmediata, aprovechando varios errores visitantes con faltas de ataque y mala selección de tiro. Total, un parcial (6-1) que modificaba claramente el panorama. Tocaba volver a remar cuesta arriba. Los aciertos del meta internacional Roberto Rodríguez, además de la dirección de Nacho Valles, junto al acierto ofensivo de Parker, Lignieres y el referido Iván Rodríguez pesaban en la balanza. Era el turno entonces de Jacobo Cuétara que trataba de taponar la sangría. Había iniciado el segundo periodo con un 6-0, que cambió cerca del cuarto de hora con Zabala tratando de cortar el juego local. Cambió los porteros cuantas veces fue necesario, terminando Xoan Ledo bajo palos y tratando de que la reacción final del equipo encontrara premio.

Como queda dicho, las fuerzas no sobraban. Casi todas las acciones finalizaban en la segunda línea. Los árbitros decretaron lanzamientos desde el punto de penalti, los siete metros. Cavero ahí se mostró infalible. Fue el máximo anotador del encuentro y con sus aciertos mantenía al equipo en el partido. El técnico de los de Artaleku debió apostar finalmente por los jóvenes. Eneko Furundarena, Tao Gey y Gorka Nieto completaron la lista de convocados y de ellos debió tirar el técnico ante los problemas de condición de algunos jugadores recién salidos de la cuarentena por el coronavirus. Lo reconoció el entrenador al final del encuentro. Por eso es destacable que no le perdieran la cara al partido. Furundarena marcó sus goles en los últimos minutos (27-24). La última parada de Xoan Ledo daba un balón que no pudo rentabilizarse. Lo intentó Rodrigo Salinas con el crono a cero, tras un último golpe franco. Una pena, porque el empate serviría de bálsamo a un colectivo que ahora prepara dos viajes en cuatro días a Suiza y Polonia para disputar otro par de finales, sobre todo la primera, en la European League.