BIDASOA IRUN Xoan Ledo; Ander Ugarte (5), Kauldi Odriozola (9), Rodrigo Salinas (5, 2p), Jon Azkue (4), Darel García (2) y Víctor Rodriguez -equipo inicial- J.M. Sierra (ps), Cavero (3, 1p), Julen Aginagalde (1), Martín Santano (2), Tesoriere, Matheus da Silva, Adrián Fernández (1), Leo Renaud (1).

TORRELAVEGA Araujo; Alonso Moreno (3,1p), Jaime Gallego (3), Isi Martínez (4, 1p), Cangiani (3), José C. Hernández (4, 3p) -equipo inicial- Elcio Carvalho (ps), Jorge Prieto (1), G.Porras, Martí Villoria (1), B. Lombilla, Daniel Serrano (2), Trifkovic (1), Casanova (3), Colunga (2) y Spiljak.

Marcador 3-2, 6-5, 10-7, 10-9, 13-10, 17-13 (descanso), 20-15, 22-18, 26-20, 29-24, 32-24, 35-27.

Árbitras Lorena García Gil (comité valenciano) y Tania Rodríguez Estévez (comité aragonés). Excluyeron durante dos minutos a Rodrigo Salinas y Matheus, por el Bidasoa) y a Borja Lombilla por los cántabros.

Incidencias Buen ambiente en Artaleku con 1.492 espectadores que disfrutaron de un buen encuentro.

- Cumplió con el pronóstico el Bidasoa en la cita liguera de Artaleku contra los cántabros del Bathco Torrelavega sumando dos nuevos puntos que le mantienen en la segunda plaza de la liga. Los dos equipos arrancaron el encuentro con once puntos de diferencia en la clasificación en favor del conjunto de Jacobo Cuétara. Las dudas que pudieran existir procedían de las secuelas que dejó la derrota ante el Toulouse en partido de European League. Todos los esfuerzos del equipo amarillo por ganar ese día no fueron suficientes. Se podía calificar esa situación como de convivencia con la realidad. Hablamos de presupuestos, profundidad de las plantillas, nivel de las mismas.

El cuadro guipuzcoano necesitaba ganar ayer con autoridad para quitarse el mal sabor de boca de esa decepción y recuperar sensaciones de cara al partido, bastante decisivo por cierto, del próximo martes ante los suizos del Winterthur, única escuadra a la que los irundarras han derrotado en la competición continental.

El Bidasoa cumplió con creces lo que se le pedía, porque dominó casi todo el encuentro y, cuando las cosas se pusieron chuscas en el segundo tiempo, reaccionó como un equipo grande para desmantelar los planes rivales y ganar con holgura (35-27).

El conjunto cántabro es un equipo que defiende con orden, que mueve bien el balón y que, si le dejas que coja la manija del partido, las cosas se complican. Aguantó el primer tirón hasta el 10-9, momento en el que Cuétara solicitó uno de los tiempos muertos con los que trató de que su equipo diera un paso al frente diez minutos antes del descanso. Para entonces, las constantes vitales del cuadro amarillo estaban claras. Xoan Ledo emergía bajo palos parando de todo y Kauldi Odriozola marcaba en la meta de Murillo Araujo goles como churros, desde el extremo, desde el lateral y al contraataque. Logró nueve dianas y buscó la décima sin fortuna en el tramo final de la contienda. Para entonces, Rodrigo Salinas ingresaba en el club de los 200 partidos en la liga Asobal y el extremo Martín Santano disfrutaba de minutos suficientes para lograr dos goles, el segundo de ellos, con todo el atrevimiento del mundo, por medio de una rosca espectacular que supuso la mayor ovación de la tarde para el jugador alavés.

El partido se movió entre bambalinas. Los actores conocían su papel y no hacía falta apuntador. El Bidasoa jugó al balonmano. Movió el balón y ofreció un abanico de espléndidas jugadas que el público agradeció y premió con aplausos. Unas terminaban en el pivote, con Ander Ugarte aguantando la posición, otras en desdoblamientos o aperturas a los exteriores, donde se acertaba casi siempre. Azkue marcaba el paso de las acciones ofensivas, lo mismo que Adrián Fernández y en la suma de todos los aspectos positivos se iba cimentando la diferencia (22-17).

Fue en ese momento cuando Alex Mozas, técnico visitante, decidió mover peones y cambiar la dinámica de su equipo, porque su gente se alejaba de cualquier posibilidad de victoria. Primero, adelantó la posición de Isi Martínez para defender como adelantado y después decidió atacar con siete. Ese cambió alborotó la paz de los locales (22-20) y Jacobo Cuétara tuvo que convocar a sus hombres para explicarles una nueva forma de desarbolar el plan. Le salió bordado porque en un periquete las cosas volvieron a su cauce. Cuatro tantos seguidos de Azkue, Cavero, Ugarte y Rodrigo Salinas apagaron el pequeño incendio (26-20). Lo de dejar la portería vacía supone un riesgo, sobre todo si el ataque no es eficaz. Con la puerta abierta de par en par y sin inquilino que la guardara, los irundarras marcaron unos cuantos tantos. Total, que el técnico visitante volvió al primigenio punto de partida, cuando quedaba poco tiempo para la conclusión y la diferencia de goles era decisiva. Bidasoa no bajó los brazos en ningún momento y siguió apretando hasta el pitido final. Quiso dominar a un equipo conjuntado, sin estrellas que decidan, y muy bien trabajado. No otorgó facilidades en ningún momento. Solo al final, cuando las fuerzas flaqueaban y el tanteo no animaba a conquistas, bajaron un poco los brazos.