CD BIDASOA J.M. Sierra; Crowley (1), Julen Aginagalde (2), Kauldi Odriozola, Azkue (3), Sergio de la Salud (1), Rodrigo Salinas (8, 1 de p) -equipo inicial- Xoan Ledo (ps), Cavero (2), Zabala (1), Gorka Nieto, Bonanno, Racotea (3), Tesoriere (1) y Matheus da Silva.

BM LOGROÑO LA RIOJA Rangel Luan; Sánchez Migallón (1), Mario Dorado (3), Agustín Casado (2), Serradilla (1), E. Cadarso (4, 3p), D. Cadarso (1) -equipo inicial- Jorge Pérez (ps), Delcio, Erik Balenciaga (2), Tomás Moreira (7), Ernesto Goñi, Hackbarth.

Goles 1-2, 3-5, 3-8, 4-8, 4-10, 7-12 (descanso), 10-14, 12-16, 15-18, 18-18, 20-19, 22-21.

Árbitros García Mosquera y Rodríguez Rodríguez. Exclusiones de Racotea (2) y Rodrigo Salinas, por el Bidasoa; Sánchez Migallón (2) y E.Cadarso, por los riojanos.

Incidencias Partido jugado en Artaleku.

- Las seis de la tarde de un miércoles y con las gradas vacías. Panorama casi desolador para uno de los encuentros más importantes y atractivos del campeonato. Desde hace mucho tiempo, los partidos entre el Bidasoa y BM Logroño garantizan espectáculo y un plus de compromiso por parte de los protagonistas, porque los dos conjuntos se tienen ganas y aspiran a lo mismo. En la primera vuelta, los irundarras pegaron primero (28-32). En la segunda lo hacen también, pero apelando a las virtudes que le hicieron grande y que perduran en medio de las actuales dificultades. Perdiendo de cinco goles en el descanso (7-12), los amarillos remontaron para acabar ganando (22-21) por la mínima y con tanteo de la antigua observancia, lo que les permite reforzar su segundo puesto.

El primer tiempo del Bidasoa en fase ofensiva fue un despropósito. Jugando así, era imposible ganar. Además de las pérdidas de balón y de las faltas de ataque, los remates a la portería de Rangel Luán permitieron al cancerbero brasileño sacarse la espina de su salida del club de Artaleku. Paró los dos penaltis de los que dispuso el conjunto irundarra (Serrano y De la Salud). En la misma medida que transmitía fortaleza a sus compañeros, menguaba la moral del oponente. Detuvo once lanzamientos de 18, lo que supone una efectividad inusitada (61%). La mayoría de los balones se remataban desde los seis metros, lo que pone de manifiesto la mala selección de tiro bidasotarra. Anotar siete tantos en un tiempo no concede espacio para los halagos.

Para colmo de desdichas, Kauldi Odriozola volvió a lesionarse del tobillo que le trae por la calle de la amargura desde hace semanas. En el minuto cinco, en una acción de ataque, el zumaiarra se encontró con lo que nadie quería. Uno menos para el juego de ataque, para los descansos y rotaciones y para sumar los goles habituales que al equipo le vienen faltando en sus últimas comparecencias. A trancas y barrancas, con la defensa en su sitio, el Bidasoa no se descompuso cuando podía haber sucedido. Este equipo no baja los brazos.

Los irundarras, después del paso por vestuarios, solo podían mejorar. A poco que atinaran con la portería riojana y mantuvieran el tono defensivo, las opciones de éxito final incrementaban. Rodrigo Salinas siguió con su particular ritmo de eficacia y abrieron su casillero de goles tanto Azkue como los extremos Crowley y Zabala. El conjunto de Logroño lo cifraba todo al juego en la línea de seis metros, lo mismo en los pases al pivote Moreira que en la terminación de jugadas por los extremos. Si en el primer tiempo con eso les valía, en la reanudación, ante la reacción local, vieron cómo la ventaja se iba desvaneciendo hasta reducirse a un tanto (17-18). Tres goles de Racotea en este tramo abrieron una vía sin explorar. Quedaba tiempo para la heroica.

Llegó un minuto del técnico visitante para resetear a los suyos. El meta Sierra detiene el lanzamiento de Serradilla y en la siguiente acción, Rodrigo Salinas (enorme mérito el suyo después de disputar el Preolímpico con Chile) marca el gol del empate (18-18). La primera igualdad desde el 1-1. El encuentro entra en la fase de máxima tensión. Erik Balenziaga adelanta a los suyos. En las siguientes jugadas, las porterías aciertan. Rodrigo Salinas y Jon Azkue logran dos goles que ponen en ventaja a los amarillos (20-19) a falta de cinco minutos. La primera desde el 1-0 inicial. Con Artaleku abarrotado, los puntos se quedaban en casa seguro, porque la grada llevaría en volandas a los suyos, pero el actual silencio desgarrador no concede ese plus que el equipo necesita.

Esa fuerza la sintió el colectivo o la buscó en su interior cada uno de los protagonistas. Con todo el trabajo realizado para recuperar opciones, los últimos minutos no se podían tirar por la borda. El Bidasoa se empeñó en no perder su posición de privilegio. Le echó todo el amor propio que es capaz de poner sobre el parqué y se llevó el gato al agua, después de ampliar por dos veces la ventaja de dos goles (21-19, 22-20). Moreira se convertía en el estilete visitante. Sergio de la Salud inauguraba su marcador particular en el momento crucial. Tras el último tanto del pivote visitante, con medio minuto por delante, Jacobo Cuétara usó el minuto reglamentario para asegurar la victoria por la mínima. Reacción plausible de los suyos que sacan adelante un partido por casta y por convicción. Si el 7-12 del primer tiempo no se sostenía para los irundarras, el 15-9 del segundo periodo dará que pensar a los de Miguel Ángel Velasco.

El Bidasoa se mantuvo en partido gracias a la defensa y dio la vuelta a un difícil encuentro cuando logró entonarse en ataque