madrid - Un gol en el último segundo de la prórroga del argentino Pablo Simonet permitió al Benidorm -verdugo del Bidasoa en cuartos de final- prolongar su sueño, tras certificar ayer, en su primera participación en una fase final de la Copa del Rey, su pase para la gran final al imponerse por 27-28 al Liberbank Cuenca. Su rival en la lucha por el título será el FC Barcelona, indiscutible favorito al título y que superó por 34-23 al Ademar León en la otra semifinal. Para el Benidorm su clasificación trae como premio jugar la próxima temporada en Europa, ya que el título liguero del Barça se da por seguro dada su tremenda superioridad sobre sus rivales, por lo que el subcampeón copero tiene plaza continental. Que era el gran objetivo que perseguía el Bidasoa.

Simonet resolvió con un imponente cañonazo un eléctrico partido, que parecía irremediablemente destinado a una segunda prórroga. Pero si un gol, igualmente en el último segundo del tiempo reglamentario de Natan Suárez, uno de los grandes protagonistas de la semifinal, privó del triunfo al Benidorm, el gol de Simonet premió el tesón de un conjunto alicantino por el que nadie apostaba antes del inicio del torneo.

Un cartel de invitado que los de Fernando Latorre ya cuestionaron con su triunfo sobre el Bidasoa en los cuartos de final y con el que ayer acabaron definitivamente, con todo merecimiento, con su victoria sobre el Cuenca, finalista el pasado año, tras una lucha sin cuartel.

Nada extraño, cuando sobre la pista se encontraban auténticos gladiadores como el argentino Pablo Vainstein, uno de los iconos del Cuenca, o su compatriota Pablo Simonet, la pieza sobre la que gira todo el juego ofensivo del Benidorm.

Con los dos equipos dispuestos a no conceder ni un solo centímetro en defensa, cada ataque se convirtió en una batalla, en la que ni los de Lidio Jiménez, ni los de Fernando Latorre hicieron prisioneros. Nadie podía marcharse en el marcador hasta que el Benidorm cogió una renta de dos goles (21-23) que parecía definitiva a dos minutos de la conclusión. Pero el Cuenca no se rindió e igualó a 24. El choque se decidió en el tiempo extra, donde surgió la figura de Pablo Simonet para, con un tremendo latigazo, dar la victoria y el pase a la final al Benidorm.