Javier Alfaro, jefe del Servicio de la Unidad del Pie de Policlínica Gipuzkoa, subraya la importancia de realizar una buena planificación antes de realizar la emblemática prueba. “Todo corredor debería hacerse un estudio biomecánico de la pisada para descartar alteraciones que puedan ocasionar lesiones”, afirma, y además destaca que "este análisis permite elegir el calzado adecuado y diseñar plantillas personalizadas en caso necesario."

Donostia ya está preparada para recibir este domingo 10 de noviembre, en la Behobia - San Sebastián, a miles de corredores. Esta no es una cita deportiva más para muchos de ellos, ya que participar en ella supone más que un reto en muchas ocasiones; es la cita idónea para superarse y disfrutar del deporte en su máxima expresión. No obstante, para poder alcanzar un buen rendimiento, y evitar lesiones, la preparación para evitar lesiones es crucial.

Para el experto, en un deporte donde el gesto es repetitivo, como en el running: “una mínima alteración en la pisada puede derivar en lesiones que afectan no solo a los pies, sino también a rodillas, caderas y columna, ya que la biomecánica de la pisada impacta en toda la estructura corporal”. Afrontar la Behobia requiere una preparación completa, que incluya entrenar, trabajar la fuerza y elegir correctamente el calzado, según Alfaro. Durante el transcurso de la prueba, además, “es clave no estrenar nada y no dejar nada al azar”, y después, recomienda “recuperarse bien, aplicar hielo y descansar para evitar problemas musculares”.

Las lesiones entre los miles de corredores suelen ser habituales, pero entre las más comunes están: Las sobrecargas, las tendinitis de Aquiles y rotuliano, y las de impacto, entre las que destacan la fascitis plantar y los problemas en el menisco y la zona lumbar.

El calzado

Realizar un estudio biomecánico antes de elegir el calzado es primordial para Alfaro, porque “la forma de pisar y correr influye en toda la estructura corporal”. Para ello, su recomendación es optar por “un calzado convencional con un drop (diferencia de altura de suela que hay entre la zona del talón y la zona del antepié) de entre 6 y 8 milímetros para corredores habituales, dejando las zapatillas con placa de carbono para los más experimentados”.

El podólogo explica que “el problema de correr con zapatillas de carbono es que requieren un entrenamiento específico de fuerza. Sin la preparación adecuada, el riesgo de sobrecargas y tendinitis, especialmente en el tendón de Aquiles y los gemelos, aumenta considerablemente”.

Entre las recomendaciones de Alfaro para los corredores que participarán en la prueba se encuentran: Tener una buena técnica de carrera, con pasos cortos y una frecuencia de 180 pasos por minuto, aproximadamente; cuidar los pies antes y después de la carrera; y acudir al podólogo si tras la carrera, tienen ampollas o hematomas en las uñas.