El clínic que Garbiñe Muguruza ofreció en la pista de tenis cubierta de Txerloia que lleva desde este viernes su nombre fue una gran fiesta. Decenas de niños y jóvenes tenistas que se forman en el club de tenis Txerloia no quisieron perderse la oportunidad de ver de cerca a una de las mujeres que ha dominado el ranking del tenis mundial estos últimos años y cruzar algunos pelotazos con ella. También fueron muchos los adultos que se acercaron a Txerloia a disfrutar de un encuentro en el que Garbiñe Muguruza hizo gala de una enorme simpatía, atendiendo con amabilidad y una sonrisa a cuantos se acercaron a ella.

La visita de Garbiñe Muguruza se inició por la mañana con una recepción en el Ayuntamiento de Azkoitia. A continuación, se acercaron hasta la casa del barrio de San Martín en la que nació su padre, José Antonio, que no quiso perderse la oportunidad de volver a su pueblo y acompañó a su hija en su visita a Azkoitia. 

La siguiente escala estuvo en las pistas de tenis de Txerloia, donde Garbiñe Muguruza ofreció un divertido clínic en el que realizó distintos ejercicios y juegos con los alumnos del club de tenis. Antes de ello descubrió el cartel con su nombre, que desde ayer preside la entrada a la pista cubierta de tenis de Txerloia.

Muguruza no podía ocultar su satisfacción por el día que estaba viviendo al final del clínic. "Ha sido muy emocionante conocer mis raíces. Mi padre me hablaba siempre de Azkoitia y estoy feliz de que haya podido cuadrar todo para llevar a cabo una visita que muestra el largo camino que hemos hecho para poder volver aquí”. No faltaron las preguntas sobre su retorno a las canchas tras retirarse de la competición hace unos meses. “Me siento bien. Necesitaba parar para estar con la gente, la familia y hacer otras cosas, como este clínic en Azkoitia. Tengo objetivos que me gustaría alcanzar, el US Open, la Copa Federación o medallas en las Olimpiadas, pero no me marco ninguna fecha para volver. Si lo hiciera no descansaría mentalmente. Volveré cuando sienta las ganas de hacerlo”.