Jon Rahm, una trituradora de rivales, un metrónomo del golf, un competidor nato que recupera el número 1 del mundo, se ha enfundado su primera chaqueta verde tras remontar en la maratoniana jornada final del Masters de Augusta los cuatro golpes de desventaja con los que arrancó su duelo con Brooks Koepka. Con tan solo 28 años, hace tiempo que Rahm come en la mesa de los grandes de este deporte. Pero ya cuenta en su palmarés con el major que tanto perseguía, el segundo tras ganar el Abierto de Estados Unidos en 2021. Rahmbo coge el relevo de Txema Olazabal, el otro vasco que hasta en dos ocasiones triunfó en el icónico torneo, y de su ídolo Severiano Ballesteros. 84 jugadores habían ganado hasta el momento más de un major y solo 16 han sumado el Masters y el US Open. Ahora hay que añadir a Jon Rahm, convirtiéndose en el primer europeo que hace doblete.

Fueron ocho horas de juego casi ininterrumpidas a las que se enfrentó Rahm en un domingo para el recuerdo. El premio mereció la pena. Como los años que permaneció alejado de su familia cuando decidió cruzar el charco y probar en el golf universitario. El proyecto de gran jugador es más que una realidad. Las expectativas se han superado con creces. Y nadie se atreve a decir dónde está el tope de Rahm. Que se lo pregunten a Koepka. Se suele decir que en Augusta siempre hay un día malo que hay que pasar de la mejor manera posible. Rahm lo pasó mal en el descorche de la competición. Un primer hoyo que llegó con un doble bogey, pero que no hizo mella en el vizcaino, dispuesto a mejorar el cuarto puesto de 2018, reforzado por el gran 2023 que está protagonizando. Ni el temporal trastocó sus planes. Ni que la actividad se detuviese en dos ocasiones en veinticuatro horas.

Una matinal intensa

Sin la lluvia que condicionó el juego de las dos primeras jornadas, Casa Club levantó la persiana a primera hora de ayer para completar la tercera vuelta. Con siete grados y un ligero viento, Rahm (-9) arrancó a cuatro golpes de Koepka (-13) en el hoyo 7 (con doce por delante). Y no perdonó el León de Barrika. La víspera, antes de que sonara la bocina, tenía la posibilidad de firmar un birdie. Y lo hizo. El estadounidense, por su parte, cargó con un bogey, que dejó la distancia entre ambos a dos golpes. Capaz de aguantar la presión contra viento y marea (algo que ha quedado patente durante todo el torneo), el vizcaino demostró su clase y concentración en la matinal. También mister Major.

Los dos calcaron una secuencia de un birdie y tres hoyos al par antes de llegar al 12, donde Rahm cumplió después de salvar la pinaza y el líder perdió otro golpe de diferencia. No le duró mucho la alegría a Rahmbo, con otro bogey (en el hoyo 13). Para ese momento, el amateur Sam Bennett, el invitado de lujo que compartía partido con los dos monstruos (se lo ha ganado a pulso), se alejaba poco a poco de la cabeza (terminó la tercera ronda con cuatro golpes por debajo del par en el cómputo general). Un hoyo por delante de este trío, Viktor Hovland empezaba a asustar. Con un juego valiente, poco a poco fue recortando la distancia con Koekpa y Rahm. El noruego cosechó cinco birdies consecutivos. Su inercia era claramente positiva. Lo hizo después de firmar dos bogeys. Hovland terminó su recorrido antes de la madre de todas las batallas con -8. Por detrás, el duelo entre la cabeza visible del LIV Golf de los arabes y el referente del PGA Tour seguía en todo lo alto. Rahm, que sufrió con el putt, contemporizo los daños pese a endosarse otro bogey en el 16. Poco después lo haría Koepka, por lo que todo quedó pendiente de la última vuelta. No fue mal botín para el vasco, que estaba a cuatro golpes del estadounidense dos horas antes y el sueño de la chaqueta verde se auguraba un poco más cerca. Iba a necesitar determinación y regularidad. Y meter birdies.

La madre de todas las batallas

Tras dos horas y medio de respiro, y con el sol asomando en el Augusta National, Koepka (-11) y Rahm (-9) comenzaron el último partido de la jornada decisiva. El hoyo 1 lo resolvieron los dos con un par, concentrados en no regalar nada al contrario. Especialmente el de Barrika, que seguro que se acordó del doble bogey con el que arrancó el jueves. Su putt fue impecable. No tanto la salida en el hoyo siguiente. La bola se fue al público, luego la mandó al bunker. Aquí pudo lograr Rahm su primer birdie. No fue así, tampoco Koepka, que estuvo a punto de embocar pero una corbata se lo impidió. Fue en el hoyo 3 cuando el vizcaino comenzó a oler sangre. Quizás el grito de “vamos Rahmbo” que lanzó un aficionado en el primer lanzamiento motivó al León de Barrika, que recortó un golpe al líder con su primer mordisco a la tarjeta del día. Fue cuesta abajo y con gran dificultad. El torneo estaba más cerca. Rahm rozó el segundo birdie consecutivo en el 4. Momento en el que se colocó colíder tras un bogey del golfista de Florida. Empatados a -10, comenzaba un nuevo Masters.

Bajonazo de Koepka y subidón de Mickelson

En manga corta, preparado para la brega, activó el modo rodillo. Por delante Hovland, con un doble bogey, se dejaba demasiado y se colocaba a cuatro del liderato (-6). No lo pasó nada bien Koepka, que en el hoyo 5 sumó el segundo bogey del día, bajando en el cómputo global del doble dígito (-9). Lo aprovechó Rahm, que se situó líder en solitario con un golpe de ventaja. En la pugna por la zona noble de la tabla, Scottie Scheffler, defensor del título, resurgió y se colocó en tercera posición. Fue un espejismo, ya que también perdió el número 1 del ranking mundial. Con un ritmo más pausado de juego con el que se suele jugar en la Liga saudí, Brooks Koepka tuvo que aplacar su nervio. No es fácil cuando hay una chaqueta verde en juego. La mandó al público en la salida del 8. El de Barrika, por su parte, lanzó un misil teledirigido en el centro de la calle. Luego alcanzaría de manera maestra el green para anotarse otro birdie, el segundo del día. Con -11, el margen con Rahm era ya de dos golpes en el ecuador de la faena. Jordan Spieth se colocó con un -8 a punto de terminar su vuelta (luego finalizaría con -7), empatado con Koepka, que falló en el 9 con otro bogey. Lo mismo que el de Barrika, que no aprovechó para marcharse (-10). El que sí que acabó con ocho golpes por debajo del par fue el eterno Phil Mickelson.

La marcha de Rahm era firme, todo lo contrario que Koepka, que se las veía y deseaba para seguir el ritmo del vasco. Su último birdie fue en el hoyo 8 de la tercera vuelta. En el Amen Corner se iba a dilucidar todo. Un meritorio par del vizcaino en el 12 mejoró otro bogey del estadounidense, el cuarto de la tarde, que perdía el segundo puesto en detrimento de Mickelson, otro de la Liga saudí que veía el final de la jornada desde el televisor. Un par cinco fue el siguiente reto de Rahmbo. En el 13 se le vio enfadado al no alcanzar el green para optar al birdie, que finalmente sí que logró (-11). También Koepka, que respiró aliviado al restar el primer punto de la tarde (-8). Poco le duró la alegría. En el 14, al aproximar la bola al green, Rahm soltó uno de los mejores golpes del torneo. Un mordisco en toda regla del León de Barrika que le dejó el birdie en bandeja, marchándose a cuatro golpes de ventaja (-12) sobre Mickelson, ya que Koepka volvió a sumar un bogey. Lo tenía en el bolsillo el vasco. Koepka, sin nada que perder, se la jugó hasta la conclusión. Pero la chaqueta verde ya empezaba a adquirir las medidas de Rahm, que se defendió como un auténtico campeón para alcanzar la gloria.

La clasificación

1. Jon Rahm -12 (273 golpes)

2. Brooks Koepka -8

3. Phil Mickelson -8

4. Russel Henley -7

4. Patrick Reed -7

4. Jordan Spieth -7

7. Viktor Hovland -6

8. Cameron Young -6

9. Sahith Theegala -5

10. Matthew Fitzpatrick -4