Amante de la naturaleza y de los animales, Miguel Ángel Garrosa, en esta ocasión, no podrá ir acompañado de su perra Mari, su fiel compañera de aventuras, y que debe su nombre a la dama del Anboto. “La echaré de menos”, asegura, pero no descarta realizar algún kilómetro en su compañía. “Como habrá gente que me esté acompañando en algunos tramos, seguro que durante dos días que voy a estar en el momte, algún tramo ya correrá conmigo”, sostiene. “Es mi compañera de rutas tanto ahora como cuanto tenía a Fibi (perra fallecida el pasado mes de noviembre). “Son las que más tiempo pasan conmigo en la montaña y son partícipes de los entrenamientos, de los madrugones, de salir con días de lluvia, nieve, sol... Es un reto de dos”, considera el de Andoain, que a la hora de explicar cómo consigue esa compenetración con su can, responde que “es algo muy sencillo”. Es más, “si le hicieras esta entrevista a cualquier amante de la montaña que tuviera perro, te diría lo mismo que yo. Es algo que fluye. Sale de forma natural, no hay que forzar nada”.
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