e unos años a esta parte, las carreras de montaña, una disciplina cada vez más popular, se han multiplicado. Todo tipo de pruebas y distancias. Todas en extraordinarios parajes montañosos. Hay para elegir. Pero algunas siguen manteniendo su pedigrí, su estatus, su historia. Y por encima de todas ellas, un nombre: Chamonix, enclave turístico y montañoso situado cerca de la frontera entre Francia, Suiza e Italia, además de sede de la semana grande del trail: hasta siete pruebas distintas por el macizo del Mont Blanc, con el plato grande reservado para el viernes: la UTMB, la guinda a la semana, la carrera de 171 kilómetros. Entre los alrededor de 10.000 corredores que se codean con la elite, siempre hay un buen ramillete de guipuzcoanos, que habitualmente suelen dejar su sello en la Meca del trail. Y este año no quieren ser menos. Al menos cinco atletas del territorio -Maite Maiora, Uxue Fraile, Adur Mendizabal, Aritz Egea y Jon Aizpurua- parten con opciones de brillar, aunque sin olvidar que se van a enfrentar a lo mejor de lo mejor de este deporte. No estará esta vez un clásico como Imanol Aleson, sexto en 2019 en la prueba más bestia, la de 300 kilómetros y que se disputa por equipos.

El primero en competir será, hoy a partir de las 15.00 horas, Adur Mendizabal (Zaldibia, 35 años), que toma parte en la TDS (Traces des Ducs de Savoie), una carrera "hermosa, técnica, salvaje y exigente", según se puede leer en la propia página web del evento, de 145 kilómetros. "Sale de Cormayer, no de Chamonix, y es más alpina, más técnica, va por zonas menos concurridas. Diría que es una carrera más salvaje, entras más a los valles. A mí me gusta, se podría decir que es más romántica", añade el propio Mendizabal. Hasta hace un par de años, la TDS tenía 115 kilómetros y ahora le han añadido 30, además de "1.500 metros o así de desnivel para pasar por más pueblos".

El atleta de Zaldibia, conocido por sus buenos resultados en la Ehunmilak -fue segundo en 2016 y quinto un año después en la Goierriko Bi Handiak-, ha sido este año sexto en Val d'Aran (104 kilómetros) y lleva un par de semanas en los Alpes compaginando los entrenamientos con el turismo. De hecho, cuando atiende a este periódico está "descansando en un lago". Quiere quitarse la espina de sus dos abandonos en Mont Blanc y por ello ha cambiado su preparación: "El objetivo es hacer una buena carrera. Otros años llegaba cansado a agosto y no me salía bien, este año estoy más tranquilo, más en forma, descansado y con ganas de hacer una buena carrera. Estoy con un entrenador y ahora lo tengo más pautado. El reto es el día D dar el 100%. Tienes que llegar fresco de mente y piernas, con ganas de hacer kilómetros por el monte. Igual otras veces llegaba ya cansado, con ganas de otras cosas, después de hacer la Ehunmilak".

Mendizabal no se marca un objetivo concreto a la hora de hablar de puestos: "Creo que el primero andará sobre las 18 horas, mi objetivo primero es terminar, porque a veces te pones horas y retos que no cumples, pero el más grande es finalizar, casi el 50% de los participantes se retira. Quiero terminar y, si termino, espero que me salga bien".

El de Zaldibia tiene claro que esta es "la semana del año para el trail": "El valle, aunque ahora está más masificado, es de lo más bonito que hay en Europa. Y aquí vienen los mejores del mundo, hay mucho nivel y todos vienen con muchas ganas. Por eso se puede pecar de ir muy rápido, así que mi idea es ir a lo mío".

El viernes a las 9.00 horas será el turno de Aritz Egea (Urretxu, 37 años), que disputará la CCC, una prueba de 101 kilómetros, que comenzó siendo la hermana pequeña de la UTMB pero que ya goza de nombre y prestigio propios. Para el corredor guipuzcoano será su primera aparición en esta prueba y apenas su segunda carrera sobre esta distancia. Hasta el pasado año, se codeó con los mejores del mundo en carreras de montaña sobre 42 kilómetros o menos, pero hace unos meses decidió dar el paso a carreras más largas. Y todo indica que su nivel aquí también será muy alto. De hecho, viene de ganar una prueba de 101 kilómetros en el Val d'Aran -una franquicia del ultratrail del Mont Blanc- con un tiempo de trece horas y tres minutos. Una gran carta de presentación.

"Creo que psicológicamente estaba cansado de hacer lo mismo durante varios años. Es verdad que es difícil entrenar esto, porque hay que meter más horas, pero me gusta mucho hacer deporte. En su día hice Ironman y entrenaba las mismas horas, pero nunca había corrido trece horas en una carrera como en Aran. Soy consciente de que estoy más cerca del final que del inicio de mi trayectoria como corredor y quería probar algo nuevo. Fui a Tenerife a hacer el Campeonato de España (74 kilómetros) y me tuve que retirar por mal cuerpo en el 55, pero luego en Aran me encontré bien", explica.

Compaginar esta mayor carga de entrenamientos con la familia (tiene tres hijos) y el trabajo es "un cristo", reconoce entre risas: "Me levanto temprano, voy a trabajar, vuelvo a casa y entreno hasta las siete o así, luego ya estoy con la familia. Me apoyan un montón y soy consciente de que esto es para un tiempo, no creo que esté así muchos años. Me encanta hacer deporte, no me cuesta salir a correr, pero a ver cuánto tiempo aguanto con este nivel de exigencia".

Egea, que lleva desde finales de julio recorriendo los Alpes en autocaravana con la familia, dice estar "en buena forma": "De sensaciones me encuentro bien y estoy con confianza después de la carrera que hice en Aran, por cómo gestioné esos 100 kilómetros, por el ritmo... Es verdad que aquí es otro nivel, aquí vienen todos los gallos, pero mi idea es andar en torno a las once horas, y eso sería rondar el top 5. Eso es lo que quiero, pero a ver cómo sale".

Dice el urretxuarra que Mont Blanc es "la Meca" del trail a nivel europeo e incluso mundial: "Podría ser nuestra Champions. Todos los ojos están en Chamonix y es la prueba que quieren ganar las marcas. Competimos contra profesionales que se están jugando su futuro".

La pandemia impidió que el pasado año se disputará la UTMB, así que la última edición fue la de 2019 y ahí la tercera en meta fue una guipuzcoana, Maite Maiora (Mendaro, 41 años). Al igual que Egea, esta corredora brilló en distancias cortas antes de dar el salto a las 100 millas. Su estreno fue en Mont Blanc. A lo grande. Y este viernes, a partir de las 17.00 (hora de salida de la UTMB), repite. Por motivos laborales no pudo viajar a los Alpes hasta ayer, pero eso no disminuye su ambición: "Me encuentro bien. Mucha gente me pregunta si el objetivo es mejorar. Eso son palabras mayores, así que diré que el objetivo es el mismo que hace dos años, es decir, hacer la vuelta al Mont Blanc lo más rápido que pueda. Voy a centrarme en la carrera, ir pasando bien los kilómetros y acabar bien. Luego la propia carrera marcará qué puede pasar".

Es indudable que Maiora parte entre las favoritas a los puestos de honor: "No puedo hablar de rivales, hacer una lista de posibles ganadoras es muy difícil, hay gente que igual no conocemos y corren mucho. Y estas distancias largas son muy abiertas. Mi idea es estar en carrera y si en la segunda mitad hay opciones de luchar por algo bueno, ir a por ello. Voy con plena confianza".

La UTM será su carrera "más larga" desde que la aparición del covid trastocara muchos calendarios: "He hecho mucha bici con amigos y pocas carreras, el año pasado no estuve tan centrada en la competición. Me planteé ultras que se fueron cancelando, así que me he dedicado a alguna carrera más corta y luego he ido poco a poco alargando la distancia. Como preparación al Mont Blanc iba a hacer el trail de Posets (105 kilómetros), pero un par de días antes me llamaron de Osakidetza que tenía que quedarme diez días en casa. Al principio me cogí un disgusto tremendo, pero luego lo asumí y además eran los Juegos Olímpicos en la tele, así que he visto un montón de deporte", ríe.

Maiora ya notó en su debut en 2019 que la UTMB es "una carrera muy especial": "Es una fiesta. Hace un par de semanas fui a entrenar por Chamonix y ya se notaba el ambiente. Y dentro de todas las carreras, la UTMB es la estrella absoluta".

A sus 47 años, la donostiarra Uxue Fraile acude por sexta vez a Mont Blanc, donde su historial está a la altura de las más grandes, ya que hizo podio en 2015, 2016 y 2018, con dos segundos puestos y un tercero. Especialmente meritoria fue su actuación hace tres años, ya que fue segunda después de superar una lesión de rodilla que le tuvo sin competir cerca de 20 meses. Volvió a Chamonix en 2019, pero no acabó y ahora tiene claro que su objetivo es "llegar": "Quiero llegar porque la última vez no lo hice. ¿Qué significa eso? No tengo ni idea. Tengo que ser consciente de que debo hacer una carrera inteligente para poder llegar a Chamonix. Es difícil decir cómo estoy. De mayo a aquí he mejorado mucho. No significa que estoy en mi mejor momento, sino que estoy lo mejor posible a mis 47 años. No he competido demasiado y han sido meses progresivos. Tuve un esguince grande el año pasado y me dediqué a hacer otras cosas".

Fraile no sabe si será su última UTMB. "También dije que la de 2018 iba a ser la última y volví al año siguiente", comenta la donostiarra, que está motivada pese a que es consciente de que repetir podio quizás esté ahora mismo fuera de su alcance: "El panorama que hay en carrera es impresionante. Siempre vienen las mejores, pero cada vez hay más chicas corriendo y hay más nivel".

La donostiarra define la UTMB como una "carrera icónica": "Es un recorrido muy popular. Es una carrera que lleva años y han ido trabajándola bien y dándole marketing, y han llegado a donde está ahora. Es una ruta muy popular, más allá de las carreras, un lugar especial para los montañeros. Incluso hay cierta aglomeración ahora. Yo, por ejemplo, llevo unas semanas en los Alpes, pero no en Chamonix".

Al igual que Maiora, el beasaindarra Jon Aizpuru (32 años, cumple 33 el jueves) no ha podido viajar a Chamonix hasta esta misma semana debido a su trabajo. El ganador de la Ehunmilak en 2019 -la última edición disputada, ya que lleva dos años sin celebrarse- se tuvo que retirar de la UTMB ese mismo año "por una inflamación en el tobillo", y ahora quiere quitarse esa espina: "Va a ser la segunda vez que voy, a ver si es la buena y llego a meta".

Eso sí, Aizpuru se ve como "un melón sin abrir": "Mi rendimiento va a ser una incógnita. Los últimos meses he estado un poco parado por la pandemia y por algún tema personal. También con el tema del cierre perimetral me ha costado motivarse en los entrenamientos porque tenía la sensación de ir siempre a los mismos sitios. Pero bueno, voy con la idea de acabar lo más adelante posible. Tengo ganas de estrujarme y recuperar sensaciones".

El beasaindarra corrió el 4 de junio el Campeonato de España en Tenerife sobre 72 kilómetros, donde acabó 15º: "Aparte de eso, el último año solo he hecho la San Silvestre de Beasain. Ha sido una decisión personal. Podía hacer carreras, pero no tenía ganas. Chamonix es como un reto distinto. Si se puede celebrar parece como que todo puede volver a la normalidad. Si termino y lo hago bien, puede motivarme a seguir".

Para Aizpuru, lo "especial" del Mont Blanc es que "congrega a los mejores del mundo en carreras de ultratrail": "Estar ahí ya es todo un reto, porque quieres medirte con los mejores, con los que ves en entrevistas, con los profesionales".

"Es una fiesta. Y, dentro de todas las carreras, la UTMB es la estrella absoluta"

Mendaro, 41 años

"Estar ahí ya es todo un reto, porque quieres medirte con los mejores, con los profesionales"

Beasain, 32 años

"Es una ruta muy popular, un lugar especial para los montañeros"

Donostia, 47 años

"Esta podría ser nuestra Champions. Todos los ojos están puestos en Chamonix"

Urretxu, 37 años

"Mi objetivo más grande es finalizar. Casi el 50% de los corredores se retira"

Zaldibia, 35 años