Eibar - Fueron apenas tres minutos, los que fueron del 76 al 79 de partido, pero resultaron fatales para el Eibar, que en ese tramo de tiempo, cuando más controlado parecía tener al Espanyol, recibió dos tantos y encajó una nueva derrota (1-2), la tercera en cuatro partidos. Un mazazo para el conjunto armero, que no arranca en este inicio de curso: se queda con apenas un punto y sigue en zona de descenso. Es pronto y la clasificación aún tiene una importancia relativa, pero lo peor es que el Eibar no transmite precisamente buenas sensaciones.
El factor clave de un choque que, pese a todo, pudo perfectamente ganar el equipo de José Luis Mendilibar, fue la lesión de Ramis. El capitán había marcado en el minuto 58 el 1-0 peinando un centro de Orellana y su gol parecía haber desbloqueado a un Eibar al que le estaba costando una barbaridad crear peligro. Pero apenas un cuarto de hora después, el central se sentó sobre el césped de Ipurua, quejándose de la rodilla -en la primera parte ya le había molestado esa zona- y tuvo que ser sustituido por Sergio Álvarez, que pasó a hacer pareja en el centro de la zaga con Arbilla. Con tan mala suerte que en la siguiente jugada el Espanyol aprovechó un desajuste en la defensa para marcar el empate por medio de Ferreyra. No acabaron ahí las desgracias, ya que apenas tres minutos después el propio Sergio Álvarez falló al sacar un balón y el conjunto catalán marcó el segundo al rematar Granero en línea de gol un centro de Pedrosa.
Mendilibar solo tenía la baja por lesión de Esteban Burgos y pudo por fin dar entrada a Cote en el lateral izquierdo -el asturiano había sido baja los tres primeros partidos-. Además, eligió a Inui de inicio en lugar de Pedro León, con Charles y Sergi Enrich formando dupla de ataque. En su primer encuentro en casa, el Eibar estaba obligado a mejorar su imagen de las primeras jornadas, en las que, salvo los primeros 20 minutos en el Wanda, no había estado al nivel esperado. Pero lo cierto es que al conjunto armero le volvió a costar demasiado crear peligro. El Espanyol estaba muy bien plantado en su área y negaba la principal arma local: los centros laterales. Por tanto, Enrich y Charles estaban desasistidos. En los primeros 45 minutos Cote apenas llegó a la línea de fondo para poner algún centro, igual que Tejero por la derecha. Solo Orellana lograba desequilibrar. El bloqueo era evidente por parte del Eibar, aunque el Espanyol no estaba mucho mejor y parecía totalmente inofensivo, lo que aliviaba en cierta manera el flojo juego local. Los de David Gallego, que no habían marcado en las tres jornadas iniciales, parecían incapaces de marcar.
En la segunda parte el Eibar saltó al campo con algo más de ímpetu y tuvo un par de ocasiones por medio de Orellana -sin duda el más peligroso por parte local- e Inui. El chileno fue protagonista del 1-0, ya que su centro fue peinado por Ramis para marcar el primer tanto. Tuvo que ser una acción de estrategia la que desequilibrara un choque con las fuerzas muy justas. El gol serenó al Eibar, que empezó a apretar al Espanyol buscando el segundo. Un centro de Tejero estuvo cerca de alcanzarlo Enrich, que se quejó de un agarrón. Pero el ímpetu local duró poco y la lesión de Ramis acabó por estropearlo todo. Se marchó el central, entró Sergio Álvarez y el Espanyol metió dos goles, el primero tras un desajuste defensivo y el segundo tras un grave error, dando la vuelta al partido y noqueando al Eibar.
Lo intentaron los de Mendilibar hasta el final, pero con más convicción que fútbol, ya que solo tuvieron una ocasión tras un córner. Nueva derrota y la impresión de que el Eibar tiene mucho que mejorar tanto en defensa como en ataque. Hay mucho trabajo por hacer.
1-2