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Llueve sobre mojado

Santurtzi conquista en Portugalete su segunda bandera, mientras Orio refuerza su liderato frente a Zierbena y Hondarribia

Llueve sobre mojadoEFE

Avisados estaban, la cita de Portugalete es una lotería. Es un campo de regateo histórico, dentro de una ría que da siempre mucho juego, pero que, como reconocía ayer Iker Zabala, “es algo injusto para todos los remeros”. El técnico bermeotarra, perjudicado en otras ocasiones, se benefició esta vez de las notables diferencias existentes entre las cuatro calles del trazado. Su club, Santurtzi, se adjudicó su segunda bandera del año -y de su breve historia en la ACT- por la vía 2. Fue también el segundo triunfo que obtiene en Bizkaia, repitiendo una primorosa salida, como en Lekeitio. Llovió sobre mojado en la Sotera.

Precisamente, bajo un sirimiri arrancó la tanda de honor de la bandera de Sestao. Las condiciones de viento y corriente habían empeorado desde que el organizador de la regata, Kaiku, se había impuesto en la primera serie. Tras la Bizkaitarra destacaron Zierbena y Urdaibai en la tanda intermedia, que acabó con un crono galipo a tener muy en cuenta por parte de las cuatro mejores traineras del sábado, entre las que se coló Donostiarra. El 19:23.72 de la tripulación que entrena Juan Zunzunegui era temible. Una vez más, un bote de la segunda serie tenía muchos boletos de colarse en el podio de la regata.

Lo primero que tocaba hacer cuando los de honor aparecieron en la baliza de salida era mirar la colocación de cada embarcación. Por la calle 1 habían ganado Kaiku y Zierbena. El Ibaizabal parecía que favorecería mayormente al bote que remara por esta vía. Orio fue la que puso allí su trainera, lista para salir. La estacha, eso sí, esta vez la sujetaba Ugaitz Mendizabal, que suplió por vez primera en esta liga al titular Gorka Aranberri. Santurtzi miraba de reojo al líder por la 2; Hondarribia partiría por la 3; y desde el extremo más cercano a Las Arenas de Getxo comenzaría su trabajo Donostiarra. La Torrekua II, después, más que trabajo tuvo faena.

Con las cuatro traineras emparejadas, el semáforo se puso en verde. Orio tenía ante sí la oportunidad de abrir una mayor brecha en la cabeza de la liga. El bote amarillo no falló en su labor de aprovechar las bondades de su calle, sobre todo en la vuelta hacia Bilbao. Sin embargo, lo que quizá no esperaba la San Nikolas era el arranque de Santurtzi. Un tirón inicial al que no pudo dar respuesta Orio y que, a la postre, resultó determinante. La Sotera logró la misma ventaja en meta que en la primera ciaboga. Los cinco segundos de margen con los que viró en la complicada baliza exterior le dieron alas a los morados. El veterano Juan Mari Lujambio, que suplió a Cristian Garma en la popa de la trainera, sabe muy bien cómo son las corrientes del Ibaizabal y maniobró rápidamente a estribor para aprovechar lo máximo posible el extremo de la calle 1, y si se pudiera, de la calle 0. No pudo casi rozar remos con el muro de Portugalete porque por ahí viajaba Orio, ansioso por recortar las diferencias a la vuelta.

Logró marcar el mejor tiempo la San Nikolas, pero con una diferencia menor a un segundo. Había que volver ría arriba y Hondarribia, que sufría por la calle 3 de popare, tampoco se despegaba. La ventaja oriotarra era de solo tres segundos al ecuador de la prueba. La Ama Guadalupekoa seguro que hubiera preferido otra vía para remar ayer, pero no podía rendirse pronto si quería mantener intactas sus opciones en la general. Donostiarra fue la que más padeció el arranque de Santurtzi y firmó el peor registro del primer largo, diez segundos más lento que la Sotera.

Un final a tres bandas La parte final de la regata tuvo muchos nervios dentro del agua. También fuera: Zierbena estaba a un segundo de Santurtzi al iniciarse el último largo, y los galipos sabían de que su último rush por el extremo del campo había sido muy bueno. Orio no le iba a dejar, además, ni un metro de su calle a la trainera morada y a seis segundos de distancia tuvo siempre sus opciones.

El líder volvió a marcar el mejor tiempo a la vuelta, aunque nuevamente superando por centésimas a Santurtzi y una solvente Urdaibai. La bandera no pudo ser, y hoy el recibimiento a las chicas no contará con trapos que ondear para ellos, pero la trainera mantuvo la cabeza fría, evitó una lucha por la calle con Santurtzi y terminó tercero, a centésimas de Zierbena. Se le fue un punto frente a los galipos, pero sumó dos más sobre Hondarribia.

Y es que el bote verde, aunque tuvo la calle 4 libre para remar veloz en la parte final desde el extremo del campo, se quedó a ocho décimas del tiempo de Urdaibai. Quinto puesto para los bidasotarras, que ahora son terceros en la general, a un punto de Zierbena y a trece del líder. Orio superó ayer el ecuador de la liga y aún no ha salido del podio en ninguna regata. Llovió sobre mojado en la parte alta de la clasificación.

Cruz para Donostiarra y San Pedro Igual que el sábado, las caras de donostiarras y sanpedrotarras eran de alegría, en Portugalete, la moneda de las calles les salió cruz a ambos botes. Por la cuatro navegaron las dos tripulaciones y, tras quedar descolgados en el primer largo, no pudieron o no supieron remontar la situación en el resto de la regata.

Muy lejos de los tres gallos, la Torrekua II únicamente pudo ser séptima en una contrarreloj sin rivales con los que medirse de tú a tú.

En la primera serie, San Pedro no fue último, porque la verdadera cruz del día la padeció Lekittarra, pero vuelve a ser colista tras quedar por detrás de una poderosa Astillero en la mañana de ayer. La Libia solo fue mejor que la trainera vizcaina, que casi perdió al proel en la primera ciaboga, cuando Ekhi Aboitiz tuvo un susto de aúpa en el momento en el que tenía el espaldín metido en el agua.

Aboitiz no cayó al agua de milagro, pero sí tuvo que tirar el remo al agua, lo que, además de los diez segundos que perdió el bote hasta que enderezó su rumbo, le costó a la embarcación vizcaina una penalización de tres segundos. El reglamento dice que nada puede caer al agua desde una trainera. Al menos, la liga tampoco se fue por la borda en la lotería de Portugalete.