donostia - La Liga Eusko Label vivió ayer una contrarreloj esperpéntica en Castro. No por el resultado, que deparó como vencedor a la potente Zierbena, y sí por las condiciones en las que se disputó, impropias para el prestigio que ha ido ganando la ACT en los últimos años. La imagen, a falta de diez minutos para que arrancara la regata femenina, era la siguiente: el semáforo que da la salida a las traineras, en tierra; las protecciones de las balizas exteriores, sin poner; y los toblerones de publicidad de la meta, molestando a la calle 1. Imposible dar la ciaboga en esas circunstancias. ¿El motivo? La embarcación que trabaja en el balizaje del campo se había roto.
Tras cincuenta minutos de demora, y el titánico trabajo de un solo hombre frente a las boyas, las mujeres de la Liga EuskoTren salieron a la mar a contrarreloj. La boya interior de la calle 2 se encontraba claramente adelantada y, con los nervios ya a flor de piel, el comité técnico de la regata decidió dar la salida a las cuatro traineras por la calle 3 y empezar así con la mañana. Mientras los botes femeninos remaban, la organización pareció arreglar la baliza de la discordia para que la competición masculina pudiera disputarse en formato en línea, tal y como estaba estipulado.
San Pedro, Lekittarra, Astillero y Cabo estaban ya colocados para salir, molestos por el tiempo extra que habían pasado en el agua, pero con ganas de olvidar lo sucedido. En juego estaba la permanencia en la categoría. Pero como Cantabria, los problemas ayer en Castro fueron infinitos y el juez de tierra no vio la oportunidad para dar la salida. Y eso que la intención la tenía. “¡Es muy difícil, pero no imposible!”, le espetó este juez a uno de los delegados que se le acercó indignado por la tardanza. Las quejas de los clubes ya eran demasiado ostentosas y la afición comenzaba a abuchear. ¿Los peor parados? Sin duda, los remeros. Había que tomar una decisión ya y la menos perjudicial, según el comité, era remar uno detrás de otro por la calle 3. Así, una hora tarde, dio inicio la regata.
El primero en tomar la salida fue Astillero, que demostró sus vatios en un primer largo complicado por el aumento del viento y la trapalla que esperaba a los botes poco antes de la ciaboga. Había mala mar e, igual que el sábado en Donostia, los patrones tuvieron ayer mucho trabajo para llevar en la línea correcta a sus traineras. Tras la San José XV se puso manos a la obra San Pedro. Sin duda, la Libia fue una de las grandes perjudicadas de la mañana. Su calle de salida en la regata en línea, la dos, era buena vistas las circunstancias, con lo que los pupilos de Mikel Arostegi tenían ganas de dar la vuelta a la situación vivida horas antes en La Concha.
Hasta el último largo, San Pedro peleó con Astillero y Lekittarra el segundo puesto de la tanda, bogando los tres en el mismo segundo. Por delante, el crono de Cabo era dos segundos mejor. En la vuelta final a tierra todo siguió igual en la serie, salvo en la Libia, que pinchó en el rush final y se dejó tres segundos que después pagó caros. La tripulación de Cabo da Cruz marcó el mejor tiempo en meta y dejó dos segundos por detrás a Lekittarra y Astillero, a los que separó tan solo un segundo, a favor de la trainera vizcaina.
complicada segunda tanda La regata de San Pedro empeoró en la tanda intermedia. Aunque la Libia no bogó en ella, salió perjudicada por el notable aumento del viento que sufrió la segunda serie. En ella, Ondarroa y Kaiku no pudieron imprimir velocidad a sus remadas y tampoco sacaron partido a las olitas de popare. A mitad de regata, el cronómetro del bote ondarrutarra corría al mismo segundo que el de las traineras de la primera tanda. La Bizkaitarra, que se dejó en meta la friolera de un minuto y 16 segundos con el vencedor de la bandera, ya estaba completamente fuera de regata con el peor registro y a diez segundos del undécimo.
Los tiempos de los dos botes vizcainos mostraban lo complicado que fue remar en la tanda intermedia. Lastrado por el sexto puesto en Donostia, Hondarribia realizó toda una contrarreloj en cabeza en esta serie. Por primera vez en todo el año, la Ama Guadalupekoa bajó un escalón y quería sacar partido de ello. No lo pudo hacer en una regata a cuatro, pero buscó la bandera volando detrás de Kaiku, a la que casi dobla en meta, recordando por momentos a las cronos de Indurain en el Tour.
Por detrás, Donostiarra contó en todo momento con los tiempos de los verdes, lo que permitió a la Torrekua II remar con una buena liebre como referencia y aspirar a otro buen puesto en la general final. En el tercer largo, con ráfagas que alcanzaron los 29 kilómetros por hora, la trainera capitalina se dejó tres segundos que a la postre fueron decisivos. Intentó coger olas ganadoras el mejor patrón del campeonato, Arkaitz Diaz, pero en meta las diferencias no se movieron. Hondarribia marcó el mejor tiempo, mientras Ondarroa daba la segunda mala noticia del día a San Pedro al entrometerse entre los morados y Astillero. La Libia acababa así el fin de semana como colista con dos puntos de desventaja sobre el bote cántabro. Tras el disgusto sanpedrotarra, llegaron las dudas. ¿Continuaría en aumento el viento en la tanda de honor? ¿Podría darse, tal y como se preveía en pretemporada, una primera victoria desde la segunda tanda?
primera de zierbena Para cuando dio inicio la tanda de honor, era la hora de comer. Y el que más hambre de bandera tenía para entonces era Zierbena, que fue marcando el ritmo desde el primer largo. Le siguió Orio de inicio, que repitió con su nueva trainera, pero para el segundo largo, la regata ya comenzó a teñirse de color blanco. El bote galipo dominaba mientras la Bou Bizkaia pugnaba con la San Nikolas.
Esta batalla por la segunda plaza fue la más reseñable de la serie, ya que Santurtzi cayó rápido de la pelea, que le llevaría al sexto puesto final. En el último largo, dos segundos separaban a txos de aguiluchos, una distancia que se dobló hasta los cuatro en meta, donde ya celebraba Zierbena su primera bandera de la temporada. Mérito grande el de los galipos, que rehicieron el equipo en otoño. El premio a su trabajo es esta victoria en una regata impropia de una gran liga.