donostia - El Delteco GBC no pudo evitar el descenso. El equipo guipuzcoano no cumplió con la primera premisa para salvarse, que era ganar al Real Madrid, y cayó a la LEB Oro después de perder ante los blancos por 76-95. Pero ni siquiera ganar le hubiera servido al GBC, ya que el Joventut se impuso al Estudiantes. En ningún momento hubo lugar para la épica en Illunbe. El equipo de Sergio Valdeolmillos fue demasiado inferior a un Madrid que quería asegurar el liderato y apretó el acelerador a ratos para imponerse con holgura al conjunto guipuzcoano. El descenso parecía inevitable antes de empezar y el final del partido lo confirmó: el GBC volverá a jugar el próximo curso en la LEB.
No pudo el equipo guipuzcoano eludir un destino que parecía marcado desde el inicio del curso. Un año más no hizo bien los deberes en verano y lo pagó con una pésima primera vuelta liguera saldada con tres victorias en 17 jornadas. Reaccionó después con una victoria épica en Gran Canaria, los fichajes de Rebec y Zeisloft y el alto rendimiento de otros jugadores como Dani Pérez, Nevels o Beqa hasta el punto de ganar seis de ocho partidos entre las jornadas 23 y 30 -algunos extraordinarios como la remontada ante el Estudiantes- y soñar con la permanencia. Llegó a tenerla en la mano. Pero a la heroica remontada le faltó un último capítulo y las derrotas en las cuatro jornadas finales han acabado por condenar de nuevo al GBC.
Más allá de esa meritoria reacción del equipo de Valdeolmillos, destacable porque pasó de estar desahuciado a pelear por la salvación hasta la última jornada y ha sido capaz, a su vez, de volver a enganchar a los aficionados -ayer acudieron a Illunbe, según cifras oficiales facilitadas por el club, 6.486 espectadores-, lo cierto es que el desenlace ha sido un nuevo descenso. En las últimas seis temporadas en la ACB, en cuatro de ellas el Gipuzkoa Basket ha acabado entre los dos últimos de la clasificación, aunque finalmente dos de esos descensos se evitaron en los despachos. Una cifra terrible, en cualquier caso, que confirma las dificultades que tiene el club que ahora preside Álvaro Bilbao para formar un proyecto sólido en la máxima categoría. Ahora toca otra vez reinventarse, jugar en la LEB Oro, quizás regresar al Gasca, rehacer un año más la plantilla. No olvidemos que del anterior ascenso han pasado dos años y ningún jugador de aquellos sigue en la actual plantilla. Así es difícil crear lazos con la afición, por no hablar del nulo protagonismo que han tenido los jugadores guipuzcoanos, Oroz y Maiza. El primero se fue cedido el Granada y el segundo ha jugado muy poco. El GBC debe replantearse qué tipo de proyecto quiere, ya sea en la LEB o en la ACB. La cuestión es más profunda que perder algunos partidos en la prórroga o necesitar una carambola casi imposible en la última jornada.
Eso sí, no se puede negar que el equipo lo ha intentado hasta el final. Su capacidad para superar los golpes que ha recibido y darle la vuelta a una situación límite ha sido más que destacable. Cuando todo parecía perdido, los jugadores y e integrantes del cuerpo técnico creyeron en que la permanencia era posible y no han estado nada lejos de conseguirla. Pero ayer la misión era imposible, porque enfrente estaba un equipo brutal como es el Real Madrid de Pablo Laso, que trajo a Illunbe a sus doce mejores jugadores para dejar claro que no iba a dar ninguna facilidad. Y no la dio. Porque, salvo el 3-0 con un triple de Zeisloft, el GBC fue siempre por detrás en el marcador. El Real Madrid, con un parcial de 0-10, puso el 3-10 y a partir de ahí manejó rentas muy cómodas.
superioridad madridista El equipo de Valdeolmillos se enganchó como pudo al partido. Primero con el acierto de Zeisloft, que metió tres triples consecutivos, y luego con el ímpetu de Rebec, que metió un ritmo altísimo y acertó para poner el 28-30 mediado el segundo cuarto después de dos triples consecutivos. Había partido, y más teniendo en cuenta que el Estudiantes iba ganando en Badalona. Las esperanzas seguían intactas. Hasta que quiso el equipo de Laso, porque en apenas tres minutos hizo un parcial de 0-13 para poner el 28-43 y dejar ya muy tocado al GBC y a Illunbe, conscientes los aficionados de que la heroica se alejaba. Un tiro de tres de Corbacho en la última jugada del segundo cuarto y tres triples seguidos de Sekulic -que se buscó la vida lejos del aro ante el poderío físico de Tavares- significaron el 48-58.
El Delteco GBC trató de apurar sus opciones. Con Zeisloft tapado y Dani sin anotar, tenía que aparecer alguien y surgió Beqa, uno de los grandes protagonistas en la segunda vuelta y que ayer volvió a tomar la responsabilidad ofensiva. Un triple suyo en el inicio del último cuarto puso el 66-73, que fue el momento en el que más se acercó el equipo guipuzcoano. Cierto es que para entonces el Joventut ya ganaba con cierta holgura y el descenso era inevitable, pero al menos cabía la opción de cerrar el curso con un triunfo de prestigio y dar una alegría a los aficionados. Pero no fue posible. El GBC se empezó a precipitar y el Madrid decidió con otro de sus parciales para pasar del 72-82 al 72-90 con una facilidad insultante.
Los últimos minutos en la ACB fueron de una impotencia total. El equipo de Valdeolmillos se despidió de la ACB encajando la 24ª derrota de la temporada. La afición aplaudió a los suyos, agradeciendo que al menos hayan sido capaces de mantener viva la llama hasta la última fecha del calendario. Pero el desenlace ha sido el descenso a la LEB Oro, con todo lo que eso supone. Un nuevo paso atrás en un proyecto que está desde hace demasiados años cogido con pinzas. Llega otro verano en el que toca reinventarse y quizás definir, de una vez, qué quiere ser el GBC sin su cortoplacismo habitual.