El desnivel de Aimar
Olaizola y zabaleta, nombrado mejor pelotari, rompen la final ante arteaga y Rezusta en el primer descanso y conquistan el Donostia Hiria
Donostia - Los enfrentamientos entre José Javier Zabaleta y Beñat Rezusta son duelos de titanes. La pelota se mueve del siete al siete y los delanteros no paran de mirar al techo del frontón a la espera de que alguna pelota caiga a sus dominios. Los dos zagueros apenas cometen errores y tienen la capacidad de pasar de estar dominados a ser los dominadores con un solo pelotazo. Solo el cansancio ejerce de termómetro. Cuando el partido se endurece, empiezan a dar pequeñas oportunidades y ahí es el momento de los protagonistas de los cuadros alegres. Pequeñas opciones que flotan por el aire y que hay que coger sí o sí para hacerse con el partido. Aimar Olaizola, ayer compañero de Zabaleta, es un experto en sacar rendimiento en cualquier momento. El goizuetarra aportó la plusvalía necesaria para ganar por 22-15 a Axier Arteaga y Rezusta.
Olaizola tiró de colmillo cada vez que vio una posible opción y gracias a eso pudo sumar doce tantos realizados. Pero la labor del goizuetarra no se limitó únicamente a rematar. Fue salvavidas en los peores momentos de Zabaleta. El etxarrendarra sufrió en varias fases del partido, víctima de la gran exigencia vivida ayer, y Aimar, consciente de la situación, cambió el signo del partido. Entró en juego con más asiduidad y empezó a buscarle las cosquillas a Arteaga. El delantero de Lasarte-Oria, que estuvo muy cómodo en la primera parte, limitándose a entrar cuando tuvo pelota a favor, sufrió más con el paso adelante de Olaizola. Ese cambio de ritmo en el partido fue decisivo a la postre. Dio aire a Zabaleta y los colorados pudieron acabar más enteros.
La pareja navarra finalizó mejor el encuentro y también lo comenzó. A Rezusta le costó entrar en el partido y los colorados lo aprovecharon para abrir un pequeño hueco de cuatro tantos (4-0). Olaizola quiso crear dudas con su saque y meter nervios en el cuerpo del zaguero de Bergara. Lo hizo ligeramente en el inicio, pero poco a poco el guardaespaldas guipuzcoano consiguió rehacerse y golpear a la pelota con su solvencia habitual. El encuentro se mantuvo igualado a partir de ahí y solo con el pequeño bajón de Zabaleta, muy exigido en los primeros compases, permitió acercarse a los azules, aunque estos nunca pudieron reducir la desventaja en menos de tres tantos. Fue a partir del primer descanso cuando la balanza se desniveló. Olaizola y Zabaleta mandaron en la cancha gracias a varios buenos remates de Aimar y la solidez del etxarrendarra. Se marcharon hasta el 18-11 y controlaron su renta con seguridad. - N.G.