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Giro a la guipuzcoana

cuatro representantes del territorio en la ‘corsa rosa’ analizan desde sus respectivas funciones una edición que “deja huella”

Giro a la guipuzcoanaefe

donostia - La salida en Israel. El dominio aparentemente incontestable del Mitchelton Scott, con Simon Yates de rosa. Las explosiones de las etapas finales. O la exhibición de Chris Froome de camino a Bardonecchia. La edición del Giro de Italia que concluyó el domingo en Roma deja para el recuerdo episodios susceptibles de alcanzar la categoría de históricos, vividos en primera persona por cuatro guipuzcoanos que han integrado la caravana de la ronda transalpina. Un director deportivo, un ciclista, un fisioterapeuta y un osteópata relatan su experiencia desde las distintas perspectivas que ofrecen labores tan variadas.

JUANMA GARATE

“Una carrera atípica”

1. No fue nuestro Giro. Todos los días nos surgió algún problema. Fuimos a Italia con la idea de buscar victorias de etapa, e intentándolo Michael Woods logró de inicio buenos puestos que le situaron muy arriba en la general. Pero enfermó mediada la carrera y no pudo dar la vuelta a sus problemas respiratorios. Sacha Modolo tampoco consiguió ganar en los esprints masivos: en un par lo intentó adelantándose a las arrancadas de Viviani, y en los demás no pudo entrar en la pelea por el triunfo. Finalmente, en lo que respecta a las fugas, tratamos de tener presencia en ellas, pero es difícil dar con el día y la hora en que se va a producir la escapada buena. En cualquier caso, muy pocas llegaron a meta, solo dos. Que Simon Yates pasara tantos días de rosa condicionó la carrera, porque el Mitchelton no consentía cortes. Buscaban los segundos de bonificación en meta para ampliar el colchón con Dumpulin antes de la crono.

2. Se notaba que en Israel no están acostumbrados a albergar un evento ciclista como el Giro. Pero lo de la salida en Jerusalén dejó huella, sobre todo por el trabajo extra que supuso a los equipos. Hoy (por ayer lunes) es mi 29º día consecutivo fuera de casa. Todas las escuadras, ciclistas incluidos, llegaron cansadas a Italia para disputar la cuarta etapa de una prueba cuyos traslados suelen hacerse duros. La fatiga en el tramo final de la carrera, sobre todo este pasado fin de semana, resultó evidente dentro del pelotón.

3. Sí, por todo lo que estoy comentando. La estrategia adoptada por el Mitchelton endureció el Giro. También los traslados. Y además tengo la sensación de que la gente anduvo bastante justa de salud, en líneas generales. De nuestros ocho corredores, cuatro estuvieron fastidiados, a lo que hay que unir los desfallecimientos de ciclistas como Yates o Pinot. La carrera resultó muy rápida, siempre hubo pelea, lo que a la larga pasó factura. Vivimos un Giro atípico.

4. Pasará a la historia. Cuando estás viviendo algo así, no eres consciente. Pero bastante menos pasó en Fuente De (se refiere al ataque que otorgó a Contador la Vuelta de 2012) y todavía se sigue hablando de ello. En el equipo contemplábamos la opción de que Froome atacara, pero él lo hizo en un momento arriesgado e inesperado. Antes de empezar a subir La Finestre, hubo una fuga que el Mitchelton no consintió y que incluía a gente del Sky, del Bahrain, del Astana... Abortada esa escapada, una ofensiva tan lejana parecía improbable, pero Froome siguió con el plan en solitario. Fue impresionante.

markel irizar

“La grande más rápida”

1. Llegué al Giro con la idea de intentar hacer algo bonito metiéndome en fugas, pero en cuanto vi la manera de correr que tenía el Mitchelton Scott para defender el liderato de Yates me di cuenta de que iba a ser difícil que las escapadas alcanzaran la meta. Conseguí coger dos, y en la segunda pensé que podíamos tener alguna opción cuando el Quick Step de Viviani se desorganizó atrás. Sin embargo, en el descenso del puerto que había antes de la llegada el Groupama se puso al frente para proteger a Pinot, y el Katusha tiró no se sabe muy bien por qué...

2. No me gustó cómo se utilizó el deporte en Israel para lavar la imagen del país a nivel político. Y tampoco me gustó tener que formar parte de aquello, claro. Si tenía una imagen de Israel antes de viajar allí, lo que vi in situ multiplicó esa percepción. Luego está el tema de la lejanía. El traslado a Italia supuso una paliza importante, que terminó notándose también.

3. De todas las vueltas grandes que he corrido en mi trayectoria, creo que la más rápida fue este Giro, una carrera atípica en la que la velocidad resultó impresionante. El Mitchelton Scott corrió de una forma extraña que yo no termino de comprender. Con el equipazo que tenían, fue raro que no consiguieran el rosa final. Se inmolaron cazando fugas que no tenían que haber perseguido, y reventaron así a todos sus ciclistas y a medio pelotón. Ocurrió en la misma etapa de La Finestre... Lo dieron todo para neutralizar un corte previo en el que entraron De la Cruz y Henao, así que llegaron cocidos al puerto y ocurrió lo que ocurrió. El sábado, con Froome de rosa, las cosas cambiaron y la fuga llegó a meta.

4. Yo iba en la grupeta y bastante teníamos con lo nuestro, seguir adelante y terminar dentro del control. Luego llegas a meta, te cuentan lo que ha hecho Froome y flipas en colores. Pello Bilbao, que acabó sexto de la general, se dejó ocho minutos. Y el 30ª clasificado de la etapa perdió 32’. Creo que con eso está todo dicho. Hay que quitarse el sombrero ante semejante exhibición, y destacar además que Froome la protagonizó en un Giro que encaró con mucha presión. Centrarse solo en lo deportivo y hacer lo que hizo el viernes tuvo muchísimo mérito.

oskar kintana

“Yates, muy generoso”

1. Te vienes un poco abajo cuando, después de un arranque tan bueno, Simon Yates pierde el Giro. Pero la victoria de Mikel Nieve el sábado nos permitió cerrar la carrera con un buen sabor de boca. Supuso una gran alegría dentro del equipo, y más aún estando Mikel de por medio, porque lleva poco tiempo con nosotros pero se le tiene mucho aprecio. ¿La explosión de Simon? Tanto él como su hermano Adam tienen mucha autoconfianza, pero a la vez son muy jóvenes aún, por lo que deben completar su proceso de aprendizaje a la hora de gestionar una gran vuelta. Quizás Simon pecara de generoso al incurrir en algún que otro sobreesfuerzo que le terminó pasando factura. Para las etapas decisivas ya se había quedado sin fuerzas.

2. A Israel fuimos con mucha prudencia, porque sabíamos dónde nos metíamos. Estuvimos muy cerquita de la frontera de Gaza con Cisjordania, y la tercera etapa terminaba en una ciudad casi encajonada entre Egipto y Jordania. Pero en ningún momento sentimos nada raro. El país me causó una buena impresión.

3. Puedo asegurar que la carrera resultó para nosotros mucho más dura que cualquier vuelta anterior de tres semanas. Era la primera vez en que teníamos que mantener un liderato durante catorce días, ya que nuestras experiencias previas en Giro, Tour y Vuelta habían resultado más puntuales. Y conservar la maglia durante tanto tiempo implicó un desgaste en los ciclistas multiplicado por tres respecto a otras circunstancias de carrera. Las caras que tenían los corredores durante este pasado fin de semana no eran las mismas de hace casi un mes en Israel. Terminaron reventados.

4. Sabíamos que tenía que probar y que se la iba a jugar, pero nadie imaginaba que fuera a hacer lo que hizo. Chapeau para él. Etapas como la del viernes ponen la piel de gallina a los aficionados. Froome y el Sky fueron los merecidos ganadores del Giro.

iñigo michelena

“Seis de ocho al suelo”

1. Corresponde a los directores del equipo hacer las valoraciones deportivas, pero por el ambiente que percibí creo que nuestro Giro fue como para estar contentos. Lograr una etapa con Richard Carapaz y estar tan cerca del maillot blanco y del podio implica un balance positivo.

2. A nivel logístico, salir desde Israel nos obligó a doblar el equipo de auxiliares, fisioterapeutas y mecánicos. Algunos pasaron una semana entera allí. Y otros esperaron en Sicilia, tras viajar de Pamplona a Génova por carretera para coger un ferry. Yo seguí todo el Giro, porque soy el único osteópata del equipo. ¿Mi labor? Difiere de la de los fisios. Ellos se centran principalmente en un trabajo de descarga, y yo casi ni toco las piernas de los ciclistas. Cuido aspectos más técnicos, como golpes, molestias de espalda, de cabeza... Trato de que el corredor se olvide de su cuerpo y de los problemas que puedan surgir, para que se dedique únicamente a pedalear.

3. Por lo que a mí me tocó, viví un Giro de mucho trabajo. Durante los primeros diez días de carrera se nos llegaron a ir al suelo seis de nuestros ocho ciclistas. Y te aseguro que, por muy leve que pueda parecer un percance de estos por televisión, cuando tocas asfalto a 40 kilómetros por hora vas a tener secuelas al día siguiente. Si a esto le añades que tuvimos una carrera de mucho traslado, el corredor termina justo. Mira todas las explosiones que hubo en las últimas etapas.

4. Si te soy sincero, con los ciclistas no hablo de la competición. Cuando llegan al hotel y les trato, les viene el bajón y prefieren desconectar. Muchos se quedan dormidos. Prefiero que estén tranquilos, relajados, y que se aireen un poco. No solo tienen que recuperar su cuerpo, también deben recuperarse a nivel mental.