donostia - La lateral de 1,77 fue clave en el triunfo ante el Rocasa y quiere repetir frente al Mecalia Guardés en un partido absolutamente clave para el desenlace liguero. Empezó a jugar a balonmano porque sus tres hermanas mayores también lo hacían y llegaron a jugar juntas en el Alemán de Quilmes, su localidad natal. Con 18 años era internacional absoluta y ya ha jugado dos Mundiales (2013 y 2015) y los Juegos Olímpicos de 2016. También ha superado dos graves lesiones de rodilla. Ahora quiere dar otro paso en su carrera en el Super Amara.

Han pasado del subidón de ganar al Rocasa al bajón de perder contra el Málaga...

-Cuando terminó el partido, teníamos mucha bronca, pero todavía estamos en la carrera por la liga y el viernes tenemos una parada más que importante. Es a todo o nada. Ya desde el lunes estamos pensando en prepararnos para ganar al Guardés. Tenemos que tratar de jugar como hicimos contra el Rocasa, siendo un equipo de principio a fin.

¿Qué pasó contra el Málaga?

-El error más grave fue que fallamos demasiado ante la portería y eso anímicamente nos bajó muchísimo.

Toca ganar o ganar en A Guarda si quieren seguir aspirando al título.

-El objetivo es ganar allí y seguir en la lucha. Creo que vamos a llegar a final de temporada peleando por todo. Con el Málaga ya empaté allí en 2016, así que tengo una buena experiencia en esa pista.

Vaya temporada que llevan entre lesiones y marcha de jugadoras. ¿Les está afectando?

-Es complicado porque cuando más o menos el equipo se va afianzando, alguna tiene una lesión no tan grave pero que le deja fuera, se fue Judith Sans, que era el centro de la defensa e importante en ataque.., pero desde el principio de la temporada hasta ahora el equipo ha mejorado y se ha afianzado. Aún y todo tenemos muchísimo margen de mejora como conjunto y vamos a mostrar aún nuestra mejor versión.

¿Echaron en falta a Silvia Arderius contra el Málaga?

-Es una jugadora muy importante, pero Esther Arrojeria lo está haciendo muy bien, se está haciendo cargo del ataque pese a que no es fácil volver de una lesión tras estar nueve meses parada y jugar los 60 minutos. Pero ahora la verdad es que cualquier baja afecta.

De usted se esperan goles como hizo ante el Rocasa.

-Yo vine acá para lanzar de fuera, que es uno de mis puntos fuertes, por suerte tuve un partido que lo pude hacer y marqué nueve. En otros no he podido hacerlo. No estoy siendo regular, pero voy poco a poco. No me voy a apurar, estuve casi un año parada, pero creo que me voy encontrando mejor y voy a aportar al equipo con más regularidad.

Usted tampoco se libró de la plaga de lesiones del equipo.

-En un amistoso de pretemporada me fracturé la nariz, estuve más de un mes sin jugar y luego me torcí un tobillo. La pretemporada fue medio trabada. Me quitó ritmo porque había arrancado después de un año parada por la lesión anterior, pero ya me he olvidado de eso.

Es natural de Quilmes.

-Es un barrio de Buenos Aires, en el sur. Ahí está la fábrica de la famosa cerveza Quilmes.

Tiene tres hermanas.

-Sí, yo soy la pequeña. Todas jugaban a balonmano y llegamos a jugar todas juntas en un mismo partido en el Alemán de Quilmes, el club de donde salí. Mi padre era jugador de basket, y mi madre también hizo balonmano, ciclismo.... Hicimos muchos deportes: natación, hockey sobre hierba y gimnasia artística. Hasta que mi hermana mayor, que me lleva seis años, empezó con el balonmano y necesitaban jugadoras en las categorías inferiores. Empecé a jugar con siete años.

¿Siendo la pequeña no la ponían sus hermanas de portera?

-No me hacían eso, pero de pequeña era portera porque me gustaba. Hasta que una entrenadora me dijo: Vos no puedes ser portera, tienes que salir al campo.

Jugó en el Alemán de Quilmes hasta que fichó por el Málaga en 2016.

-Estuve en mi club hasta los 21 años. La liga argentina es totalmente amateur y surgió esa opción.

Para entonces ya estaba en la selección argentina absoluta.

-Sí, arranqué en la selección juvenil en 2012 y en 2013 me citaron para la selección mayor siendo juvenil de segundo año. En 2013 juego mi primer campeonato con la absoluta, el Mundial de Serbia. Tenía 18 años y alternaba la absoluta con la juvenil, con la que disputé el Mundial junior de 2014.

Que es cuando sufre su primera lesión grave.

-En uno de los últimos partidos me rompo el ligamento cruzado y el menisco de la rodilla derecha.

Se recupera y ficha por el Málaga.

-Sí, me recupero, hago media temporada con el Alemán de Quilmes y, después del Mundial de Dinamarca de 2015, ficho a finales de enero de 2016 por el Málaga. Ahí me lesiono la otra rodilla.

Pero disputó los Juegos Olímpicos de 2016 con Argentina.

-Sí. Fue una rotura parcial de ligamento. La realidad es que en ese momento solo pensaba en los Juegos; era la primera vez que Argentina se clasificaba. Fortalecí la pierna y jugué con una rodillera especial porque no tenía estabilidad, pero quería jugar.

¿Recae allí?

-Sí, en el segundo partido de los Juegos hago un doble suspendido y cuando caigo se me vuelve a ir la rodilla. Jugué el tercer partido también, pero no podía casi ni andar, así que después ya me cambiaron. Y me opero en septiembre de nuevo. Me recupero para el Panamericano de junio de 2017. Vamos, que estoy una temporada en blanco.

En una entrevista en Argentina dijo que incluso pensó en dejar el balonmano tras esa segunda lesión.

-Sí, pensé en recuperar con calma y volver a jugar con mi club en Argentina y punto. Pero son momentos de una lesión tan larga en la que ves que no avanzas. Luego vuelves a tener contacto con el balón y a sentirte bien, y esos pensamientos se van. El Panamericano era la prueba de fuego y me encontré bien.

La rotura del ligamento de la rodilla es una lesión muy común entre las jugadoras jóvenes. ¿Qué explicación le dieron a usted?

-En mi caso mi primera lesión fue por sobrecarga. En 2013 entrenaba de lunes a viernes y el fin de semana jugaba con el equipo de División de Honor y también con el equipo juvenil, que era mi categoría, y el junior. Y el lunes me iba a entrenar con la selección absoluta. Llegó un punto en el que el cuerpo me dijo basta.

El pasado verano le llamó el Bera Bera. ¿Esperaba una oportunidad así?

-No me lo esperaba porque venía de un año parada y venir a un club así es muy difícil. Sabía que iba a tener oportunidades en otros equipos, pero cuando me llamó el Bera Bera no me lo pensé; era una oportunidad más que grande para mí.

Pasa del amateurismo de su país a luchar por ganar títulos.

-Es un club que está siempre peleando por todo. Vengo a un club en el que tienes que responder, así que te entran dudas. Pero tenía ganas de demostrar que puedo hacerlo bien aquí.

Coincide que su mejor partido con el Bera Bera fue contra el Rocasa. ¿Se crece en los partidos importantes?

-Soy muy competitiva. Jugar partidos importantes o decisivos me da como un plus. Por un lado no está bien, pero me motivo más en esos partidos. Se me abrió la portería, se me dio el día, y estaba muy metida.

Imagino que su reto ahora es ser más regular.

-Sí, no me lo pide ni me lo exige la entrenadora. Soy yo la que me exijo tener una regularidad. No puedo estar hoy al 100% y mañana al 20%.

Comparte piso con Giulia Guarieiro. Tendrán que dejar de lado la habitual competencia entre Argentina y Brasil...

-Nos llevamos muy bien, pero nos picamos por la selección. Una vez Argentina ganó a Brasil y se lo recuerdo: Yo te gané una vez. Nos hemos enfrentado en el Panamericano de 2014; y el Sudamericano de 2013, en categoría junior.

¿Utilizan mucho Skype para hablar con familiares y amigos de sus respectivos países?

-Yo no soy mucho de hablar con Skype, más por WhatsApp, que tengo un grupo con la familia. Llamo por cumpleaños o así. Mi hermana mayor vino una semana a finales de enero y le encantó San Sebastián.

Por cierto, me han chivado que el nutricionista le ha puesto las pilas...

-(Se ríe) Es que me gusta mucho el dulce. Es parte del profesionalismo, no solo tenemos que entrenar, también cuidarnos, comer bien, descansar, dormir... todo suma. Intento, cuando como, que no sea excesivo, solo un pedacito. Pero a veces no se puede un pedacito.