donostia - El Delteco GBC se desinfla. Si en el derbi frente al Bilbao Basket ya hizo un primer tiempo bastante flojo -aunque luego mejoró y estuvo cerca de remontar-, ayer confirmó la sensación de que ha perdido empuje haciendo un mal partido y recibiendo una contundente derrota por 24 puntos (97-73) frente a un Tecnyconta Zaragoza con el que estaba igualado en la clasificación pero que pareció muy superior. La impresión es que la ola buena del inicio de curso, con dos espectaculares victorias en las jornadas dos y tres, se va. Se ha perdido. El equipo de Porfi Fisac pudo perfectamente aumentar esa cuenta de triunfos contra el UCAM Murcia y el Baskonia, pero no lo hizo, luego cayó ante el Bilbao Basket y ayer encajó en Zaragoza su cuarta derrota seguida, lo que le deja con un balance de 2-5 y mirando ya hacia abajo, aunque los errores ajenos le mantienen aún tranquilo. Pero no es menos cierto que este GBC ya no brilla como lo hacía hace apenas dos semanas.

Decía Fisac en la previa que a su equipo le faltaba “ese punto de energía, intensidad y fuerza” en defensa. Y es cierto, porque el conjunto guipuzcoano ha recibido en las tres últimas jornadas 88, 91 y 97 puntos. Así resulta muy difícil ganar. Pero no solo ahí falló ayer el GBC. También le faltó orden y acierto en ataque. Porque una cosa es ser valiente y jugarse tiros, y otra hacerlo sin mover el balón de forma adecuada, porque así hay más posibilidades de fallar, cosa que le sucedió al conjunto guipuzcoano, que metió su primer triple en el minuto 28 por medio de Kenny Chery después de haber fallado los nueve primeros. El GBC abusó de tiros precipitados y entró en un juego de intercambio de canastas que en ningún caso le favorecía, dada la mayor calidad del rival. Algo que, por cierto, se repetirá muchas veces. Si la producción de Henk Norel -ayer otra vez muy vigilado y que vivió del rebote ofensivo- y Jordan Swing -metió 17 puntos pero casi todos al final, con el partido ya decidido- no es superlativa, el GBC sufre en ataque porque, salvo ellos dos, el único capaz de asumir galones es Chery teniendo en cuenta la irregularidad de Daniel Clark.

Un flojo inicio, saldado con un 7-0 para el Zaragoza, dio paso a una buena reacción del Delteco GBC, que se puso por delante (15-16) tras un par de canastas de Norel, el único acierto del día de Clark y un 2+1 de Xabi Oroz, aunque el conjunto maño respondió rápidamente con un triple de Tomás Bellas que puso el 18-16 al término del primer cuarto. Ya en el segundo se vio que el Zaragoza estaba mucho más cómodo y amagó un par de veces con marcharse en el marcador, aunque el GBC lograba mantenerse haciendo la goma. Así, pasó del 42-30 al 42-37 con un parcial liderado por cinco puntos de Swing, que salió titular pero hizo dos faltas muy rápido y se tuvo que ir al banco, donde de todas maneras pasó demasiado tiempo.

16 triples locales El 43-37 al descanso dio paso a un tercer cuarto muy malo por parte del equipo guipuzcoano, arrollado por un Zaragoza más intenso y acertado. Los de Fisac, simplemente, no dieron la talla. El equipo de Cuspinera jugó a placer, moviendo el balón y encontrando tiros abiertos con suma facilidad. Dragovic se comió a Clark, Fakuade estuvo desaparecido, Chery era un agujero en defensa y Dani Pérez fue superado de forma abrumadora por los dos bases locales, Bellas y Sergi García. Así, el chaparrón local tenía que llegar. Y llegó en forma de triples hasta el 70-52 con el que acabó el tercer cuarto y que dejó el partido absolutamente decidido para un GBC que defendía mal y atacaba también mal, con Swing inexplicablemente en el banquillo, Chery jugándose todo, Clark despistado y Norel sin recibir balones, sobreviviendo en la zona gracias a sus palmeos. Entre la molesta fascitis plantar que arrastra y los duros marcajes a los que le someten, no están siendo fáciles los últimos partidos para el pívot holandés, que pese a todo sigue dando la cara y sumó diez puntos y otros tantos rebotes. El GBC tiene una joya con él.

El último cuarto sobró por completo porque fue una fiesta del Zaragoza, muy entonado en el lanzamiento exterior con un total de 16 triples anotados ante un Delteco GBC que ni siquiera pudo maquillar el marcador pese a los triples de Swing. Fisac no encontró soluciones porque ningún jugador estuvo a la altura de lo que exigía el rival. El de ayer fue el primer partido del curso en el que el conjunto guipuzcoano no compite. Cabe esperar que sea solo un accidente, aunque el bajón en la intensidad defensiva, el flojo rendimiento de algún jugador y el desorden en ataque resultan síntomas preocupantes. Al GBC se le empiezan a ver las costuras, algo que no debería sorprender a nadie porque es el equipo más barato de la liga. Son ya cuatro derrotas consecutivas. Aún no saltan las alarmas porque los dos de abajo -Betis y Burgos- siguen sin ganar, pero el estado de ánimo inicial, esa excitación por las dos victorias en las tres primeras jornadas, ya ha pasado. Conviene volver a encontrar una ola buena cuanto antes.