Donostia - La vida sigue igual en la jaula. Tras la agónica clasificación de Oinatz Bengoetxea y los solventes triunfos de Jokin Altuna y Aimar Olaizola, el Cuatro y Medio vivirá las mismas semifinales que hace un año.

En la edición de 2016, Urrutikoetxea y Bengoetxea firmaron en Pamplona uno de los encuentros más atractivos del campeonato. Con 21 iguales en el marcador, el de Zaratamo lanzó un dos paredes que se perdió en la contracanha desatando la algarabía en el recinto pamplonés. “Creo que me lo he merecido. Al final la balanza de la suerte va a quien se lo merece”, explicó Bengoetxea, eufórico tras alcanzar su segunda final del acotado.

Se dice que la suerte va por barrios pero la verdad es que el manista de Leitza parece estar aliado con la diosa Fortuna. Tras ese triunfo in extremis ante Urruti, Oinatz se tuvo que batir el cobre en la final con Jokin Altuna, un joven pelotari que por características de juego está llamado a dar mucha guerra en la distancia.

El partido fue reñido, jugado de poder a poder, una guerra sin cuartel entre dos pelotaris de instinto y mucho arrojo. De nuevo el cara o cruz volvió a favorecer a Oinatz, que se apuntó su primera txapela de la jaula.

El pasado fin de semana el leitzarra volvió a encontrarse con el azar. Necesitaba ganar al riojano Víctor de cuatro o más puntos y el resultado final fue 22-18. Todo ello con una fractura de dedo que mantuvo su participación en ascuas hasta el momento de la elección de material.

Ahora le tocará medirse con un Mikel Urrutikoetxea que ha ganado los tres encuentros que ha disputado en la liguilla de cuartos, aunque en el último de esos duelos -ante Artola- se dañó el cuarto dedo de su mano izquierda.

Por su parte, Aimar Olaizola persigue su octava txapela en la distancia. El de Asegarce ha disputado todas las semifinales del Cuatro y Medio desde 2012, año que entró en vigor el nuevo formato de eliminatoria directa. El goizuetarra llega con grandes sensaciones tras arrollar a Danel Elezkano en el partido decisivo de cuartos y las apuestas le otorgan cierto favoritismo respecto a un Jokin Altuna que se deshizo con facilidad de Artola y Ezkurdia.

Un año después, la historia se repite en el Cuatro y Medio. Urruti, Aimar y Oinatz ya saben lo que es ganar en la jaula, mientras que nadie duda de que Altuna se sumará a ese selecto club más pronto que tarde.

El acotado siempre ha sido terreno para los artistas, para los más virtuosos, y estas semifinales reúnen, un año más, a la crème de la crème de los frontones.

Dos victorias en cuartos. Aimar se estrenó con triunfo ante el actual campeón, Oinatz Bengoetxea (22-18). En el segundo encuentro de cuartos sucumbió ante Víctor (22-21) para, finalmente, arrollar a Elezkano (22-5).

Siete txapelas. Años 2002, 2004, 2005, 2008, 2011, 2012 y 2013.

Dos victorias en cuartos. Bengoetxea comenzó el Cuatro y Medio con derrota ante Olaizola (22-18). Venció a Elezkano por la mínima (22-21) en un encuentro en el que se lesionó el dedeo y derrotó a Víctor (22-18) el pasado fin de semana en Logroño.

Una txapela. Año 2016. Subcampeón en 2012.

Dos victorias en cuartos. Jokin comenzó con un mal encuentro ante Mikel Urrutikoetxea (22-12). Se entonó ante un Artola que puso poca oposición (22-7) y tumbó en el último encuentro a Joseba Ezkurdia con relativa comodidad (22-13).

Un subcampeonato. Año 2016.

Tres victorias en cuartos. Urruti ha sido el pelotari más sólido del campeonato y el que mejores sensaciones ha dejado hasta la fecha. El de Zaratamo tumbó a Altuna en el primer choque (22-12), ganó a Ezkurdia en Bilbao (22-4) y cerró los cuartos con triunfo ante Artola (22-13).

Una txapela. Año 2015.