Lorena Rubio, más conocida como Txitxo, deja el fútbol sala a los 39 años tras haber pasado más de la mitad de su vida en la élite. “Es la ilusión por este deporte” por lo que ha estado tantos años jugando, porque “el fútbol femenino no está bien remunerado, ni siquiera reconocido”, se sincera Txitxo. Ha sido 20 veces internacional con la sele-cción española, ha ganado cinco Ligas, dos Copas, tres Supercopas y una Copa Intercontinental, un palmarés extraordinario que le sitúa entre las mejores. Por todo eso, se mostró “satisfecha, pero me hubiera gustado disfrutar con la selección de Euskadi partidos internacionales”.
El día que jugó su último partido como local, el 3 de junio, recibió un homenaje por parte de sus compañeras, el club y la afición. Lorena reconoce que fue “muy bonito. Sentí mucho cariño, porque, hoy en día, con las redes sociales es fácil ponerse en contacto con las personas, y he sentido mucho apoyo”.
El pasado fin de semana disputó su última competición, la Copa de la Reina. “Teníamos mucha ilusión puesta en la Copa; este año en la temporada habíamos quedado subcampeonas y la Copa es una competición que es especial, en la que siempre hay sorpresas. Sabía que para mí cada partido podía ser el último porque eran eliminatorias; lo viví de una manera muy intensa”, indicó Txitxo. Su equipo, la Universidad de Alicante, cayó eliminado en semifinales por 1-0 ante el Ourense. Sobre ese momento explica que “cuando sonó el pitido final me inundó la tristeza, me vine abajo, pero, una vez en frío, estoy muy satisfecha y contenta. He sido muy feliz jugando a fútbol sala y me voy feliz”.
Después de tantos años entrenando entre semana y compitiendo los fines de semana, al alejarse del fútbol dice que lo que más extrañará será “la competición. Los partidos, que es por lo que vas entrenando cada día; ese momento me hacía muy feliz. Además, los roces, el trato con las personas te va haciendo estar y seguir ahí. La competición y el trato con las compañeras será lo que más eche de menos”. En el otro lado de la moneda, tiene claro que es lo que menos echará en falta: “Los viajes. Después del último a Galicia, que han sido trece horas de ida y trece de vuelta durante el día, he terminado saturada. De hecho, los viajes son lo que más cansada me tenían y los años pesan, se tarda más en recuperar”.
Este es uno de los motivos por los que se ha decidido a colgar las botas, pero no el único. Explica que “seguía disfrutando, pero mi rodilla me ha dicho que ya era suficiente. Tengo una lesión con la que ya no se puede hacer mucho más y estaba jugando con mucho dolor”.
Txitxo, que sigue “siendo de Donostia a pesar de estar fuera” y que lleva “el nombre de Gipuzkoa siempre bien alto”, no sabe si regresará a su ciudad natal o se quedará en Alicante, su ciudad adoptiva: “Estoy un poco a la expectativa. En principio, este año me voy a quedar aquí (en Alicante) para seguir preparándome (se está sacando el título de entrenadora), y actualmente tengo un trabajo. Sí que me gustaría volver algún día, y sobre todo me gustaría intentar ayudar a crecer allí el fútbol sala porque creo que necesita un poquito de apoyo”.