donostia - Al abrigo del frontón Atano III de Donostia se despliega una de las mejores tardes de pelota de Jokin Altuna. Al amezketarra le vinieron a ver las musas, le susurraron al oído y dejó varado por el camino a Aimar Olaizola. Fue en 2015, en la liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio, tiempo en el que el goizuetarra parecía invencible. Fue cuando todo se le vino encima. Esa victoria impulsó aún más al delantero guipuzcoano en el Olimpo manista con poco tiempo en el campo profesional. Ese triunfo le puso en una nube mediática que le acabó empañando el futuro. En el toma y daca a una última carta, Oinatz Bengoetxea minimizó el triunfo sobre el campeón y le dejó sin opciones de disputar las semifinales. Un curso después, la historia se repite. En las entrañas del añejo recinto donostiarra, el guipuzcoano observa cómo Aimar, siete txapelas del Cuatro y Medio, se mece en su postura de favorito de la semifinal del próximo domingo. Las sensaciones de los envites anteriores contribuyen a ello. “Yo no voy a desaprovechar la oportunidad y no saldré a perder”, desvela el delantero de Amezketa, que ayer estuvo acompañado por Jon Apezetxea en busca de los cueros óptimos para su asalto al enfrentamiento del fin de semana.
Si bien el compromiso de 2015 está en la retina, la historia cambia completamente. El rendimiento de Aimar Olaizola está siendo óptimo, impulsado por su defensa y la capacidad de terminar los partidos mejor que sus contrincantes. Por contra, Altuna III, aunque ha llegado a cotas gigantescas, no ha terminado de encontrar su mejor versión. “El parón de quince días entre la liguilla de cuartos de final y esta fase me ha venido muy bien. Me lo he tomado como unas breves vacaciones. Me han servido para tranquilizarme, descansar y entrenar”, esgrime el pelotari guipuzcoano, quien en toda la liguilla ha negado que su patrón de juego se haya trastocado por la efervescencia de un verano espectacular. Altuna acortará, por tanto, al máximo la distancia entre los dos manistas con un material más pesado y que evite alargar el pelotazo. Son “más pesadas”. Las del goizuetarra son “más vivas”. Las opciones de Jokin pasan por enredar. Por imponer sus remates alocados. Así, tumbó a Olaizola II el año pasado. A vida o muerte. Eso sí, la moneda no siempre sale cara y, menos, ante un adversario que ha demostrado una y otra vez tener piel de hierro.
“Para mí, enfrentarme a Olaizola II es un regalo. El año pasado le pude ganar, pero cada partido es diferente. De todos modos, saber que le gané da más moral”, agrega el amezketarra, quien apostilla que “no sé qué tipo de partido me conviene. Muchas veces vienes con una idea o estrategia y sale todo al revés. Lo que sí sé es que Aimar lo hace todo bien: resta, pelotea y si te arrincona en el txoko, no tienes nada que hacer”. La zurda del mejor manista de la historia en la distancia es letal. Miedo. La pesadilla Aimar.
Por su parte, el goizuetarra, que arribará a la dominical donostiarra con la vitola de favorito, asume que su objetivo principal es “llegar a la final”. “Al principio pensábamos en las semifinales, pero nadie se conforma con eso. Si pierdes, vas a casa, pero todos queremos llegar a la final”, desbroza Aimar. Asimismo, manifiesta el pelotari navarro que “por ahora me encuentro bien. En los dos entrenamientos me he sentido bien y en los partidos anteriores, también. Aun así, lo que realmente importa es cómo sales el domingo”.
Por último, Olaizola II lanza flores a su contrincante del domingo: “Altuna III es un delantero muy habilidoso y juega muy rápido. En las distancias cortas, Jokin es, junto a Bengoetxea VI, de los mejores. Que el partido se alargue no será malo para mí”. Las cosquillas de Altuna están lejos del frontis.