Nueve banderas, 212 puntos, dos cuartos puestos como peores resultados en las 19 jornadas que conforman la liga... y no ganarla. Es una situación harto improbable. Una apuesta suicida, pero que esta temporada se ha hecho realidad. Hondarribia ostenta desde ayer los mejores números, de lejos, de un segundo clasificado en la Liga San Miguel. El resultado de una competición de dos. La fiesta se la pegó esta vez Urdaibai, pero en cualquier otra edición, con esos números, el júbilo hubiera estallado en el Bidasoa. Sólo San Juan, y de aquello han pasado dos meses ya, ha sido capaz este verano de llevarse para el pueblo un trapo que no haya acabado teñido de verde o azul. Fue en Zierbena, el 3 de julio, en la tercera jornada. Fue, también, la regata que premió la gran labor que los rosas están haciendo con un equipo que celebró ayer en el último esfuerzo titánico del año haber alcanzado el objetivo marcado hace unos años. Un honorable cuarto puesto en la general que ha sido cocinado a fuego lento.
Su triunfo posibilitó la equidad de triunfos entre Hondarribia y Urdaibai. El enésimo ejemplo de una igualdad que tuvo un antes y un después. Como deporte ancestral, el remo mira siempre al pasado. Y este año no ha sido menos. Para entender por qué la Bou Bizkaia alzó su quinta Corona La Caixa en Portugalete y se la queda en propiedad, hay que retroceder al 13 de agosto. Primera jornada de Zarautz. Semana Grande en Donostia. Aquella tarde, en la tierra del surf guipuzcoano, a pocos metros de la casa del patrón más querido estos días en Bermeo, Urdaibai comenzó una dinámica. Imperceptible para la mayoría, ineludible en el devenir de los acontecimientos. Era la jornada 12, aún quedaban siete por delante. Hondarribia se mostraba muy efectiva, con 8 triunfos. Desde aquel caluroso día de verano hasta hoy, la Ama Guadalupekoa sólo le ha podido ganar en una ocasión -en Castro-, viendo marchar hacia delante a los txos una y otra vez. Los verdes se sentían fuertes, trabajaban igual que cuando dominaron la primera mitad del campeonato, pero su elegante remada no les llevaba ya hacia la victoria. Y así, apenados, quizás algo contrariados, pero satisfechos con su trabajo, con lo único que en sus manos estaba, aceptaron ayer con deportividad el triunfo del rival.
Este resumido análisis del verano es aplicable a la regata de ayer de Portugalete. Un cambio de las condiciones de la regata, con un aumento considerable de la fuerza del viento entre una tanda a otra, posibilitó que el primer largo de la regata fuera propiedad de la primera tanda, en la que Cabo y Orio marcaron tiempos diez segundos mejores que los de la serie de los gallos. Verdes y azules tiraban y tiraban, pero eran incapaces de tumbar a Eolo. Aguantaron el tirón y, como Urdaibai a partir de Zarautz, los dos transatlánticos pasaron surfeando bajo el Puente Colgante disparados hacia la ciaboga interior en un Ibaizabal lleno hasta la bandera en su lado izquierdo. Aprovechando la corriente a favor, los txos dejaron correr el bote y, además de meterle 18 y 21 segundos a Orio y Cabo, le endosaron los dos primeros segundos a Hondarribia. La dinámica no descansaría tampoco el último día.
La Ama Guadalupekoa peleó hasta el final, esperando una improbable sorpresa que le diera opciones de dar superar a Urdaibai, y lo hizo con lo que será su futuro más inmediato. Esos jóvenes que aseguran la continuidad de un proyecto ganador. Mikel Orbañanos alineó en el trece titular a Julen Castrillón, Iñigo Sagarzazu, Beñat Egiazu, Bikendi Alza, Manex Alday y Ugutz Bilbao. Seis remeros de la casa. Todos nacidos en la década de los 90. Con ellos aspirará el próximo año a lograr el doblete Liga-Concha que Urdaibai selló ayer. Lo hizo en el tercer largo, cuando volvió a meterle dos segundos más a Hondarribia al minuto 7. De ahí al final, la Bou Bizkaia controló su liderato y pudo navegar sin inquietud la última txanpa, mientras desde la barandilla de la Margen Izquierda, la numerosa afición bermeotarra vitoreaba a los suyos. “¡Bai, bai, bai... Urdaibai!”. Les confirmaban que, sí, que la liga más espectacular de la historia era suya. El nivel sobresaliente de los dos botes tuvo un bonito epílogo cuando la Ama Guadalupekoa aplaudió a la Bou Bizkaia al pasar por su costado. Al final, esto es deporte. Un juego al que estas dos traineras, con su nivel y emoción, han sumado centenares de aficionados. Y a los que ya amaban este, no la olvidarán.
DESPEDIDA DE AIZPERRO Ayer fue un día de despedidas. En Urdaibai, son varios los que ayer dijeron adiós a su equipo: Nando Rúa desde tierra o Jon Elortegi desde el agua. Son los primeros que lo han hecho oficial, aunque todo indica que no serán los últimos. En Hondarribia, aunque no lo haya dicho de su propia voz, Asier Puertas, a sus 41 años, es probable que cerrara un ciclo victorioso en la trainera verde, a la que llegó en 2003. En el remo guipuzcoano, sin embargo, un nombre estaba por encima del resto. Era el de Joxean Olaskoaga, paisano de Puertas, y que además de dar las últimas órdenes a la trainera de su Orio natal, dio sus últimas paladas como remero profesional. Ganador de todo, Aizperro quería sentir desde dentro de la San Nikolas sus últimas sensaciones en la tosta. Su embarcación realizó un gran trabajo en la primera tanda, con una pugna vibrante con Cabo de inicio a fin. Necesitados de escapar de la fuerte corriente que frenaba a los botes del centro, los de Boiro se fueron hacia la calle 4 de Orio. Ahí se vivieron momentos de tensión en los largos de brancas. Y Aizperro, que quería ganar en su último día, se tuvo que despedir con una sensación agridulce. Su bote ganó la tanda en el agua, con dos segundos y algunas décimas más de ventaja, pero una acumulación de advertencias le despojó la alegría. En su batalla por navegar por el mejor lugar de la calle, los jueces penalizaron con tres segundos la invasión del campo rival, con lo que, Orio, en un verano irregular, cedió el cuarto puesto que había ganado en el agua a la trainera de Boiro.
En San Juan todo fue dulce. Dio igual el séptimo puesto de la regata, remando por la sufrida calle 1, el trabajo ya estaba hecho. Joseba Fernández y sus pupilos se felicitaban tras la regata por haber logrado el ansiado cuarto puesto final en la general. Un éxito para un equipo que quiere seguir evolucionando. 2017 se presenta incierto para la mayoría de botes, con altas y bajas, como cada año, y la mejor noticia para la Erreka el junio que viene sería que los que están, sigan. Con ello tendrán suficiente para volver a estar entre los mejores. Para intentar, como en Zierbena, meter una vez más el morro a Urdaibai y Hondarribia, los dos gallos que han pujado por la corona más cara.