DONOSTIA - Hondarribia no pudo ondear su duodécima victoria en la bahía. No lo hizo porque Urdaibai le tiene tomada la medida a La Concha. La más grande de las regatas se decidió por pequeños detalles, retos que plantean la mar y el rival. Dificultades que la trainera de Bermeo solventó con suficiencia. El ritmo inicial de los verdes, tratando de escapar desde la salida, no fue suficiente para la Ama Guadalupekoa, que vio alejarse a la Bou Bizkaia con la primera ola en popare. Urdaibai entró ganador en el Aquarium de Donostia por tercera ocasión consecutiva, en todas ellas seguido por Hondarribia.
Se presentaba la pugna entre ambos como la batalla de la década. Por el nivel de ambas tripulaciones, por la igualdad que define su lucha, por lo que envuelve a la Bandera de La Concha... y por su trayectoria. Las dos embarcaciones están marcando una época en el remo, dominando los grandes títulos durante los últimos tres años. Las conchas han marchado hacia Bermeo, mientras que las ligas se han quedado en Gipuzkoa, en la bahía del Bidasoa. Un reparto que no termina, porque tras el duelo, en todos sus sentidos, de ayer, Hondarribia tiene ahora la oportunidad de devolverle el golpe a los txos este próximo fin de semana en las dos jornadas decisivas de la Liga San Miguel. La Champions del remo ya no podrá ser suya, pero la competición de la regularidad, del más fuerte durante tres meses, aún puede endulzar un final de temporada con sinsabores.
El presente se enfrentó ayer, también, con el futuro más cercano. La dinámica pudo con la proyección. Marcando a la par al Urdaibai más certero y efectivo de los últimos tiempos, estuvo una embarcación en la que cinco de sus remeros titulares ayer son menores de 27 años (Julen Castrillón, Iñigo Sagarzazu, Beñat Egiazu, Bikendi Alza y Manex Aldai).
Castrillón y Sagarzazu marcaron el camino a seguir. La palada de Hondarribia se mueve a su gusto, y ayer aceleró desde el inicio. Con más golpes al mar de lo habitual partió por la calle 2, sabedor de que tendría a su rival a estribor. Por esa históricamente maldecida calle 1 que, ayer, no fue tan dolorosa. El viento de componente este soplaba mucho fuera, y eso se notó hacia el minuto 4, cuando Hondarribia se dispuso a escapar. Lo intentó con varias series que fueron rápidamente contestadas por Urdaibai. Dos segundos a su favor tuvo la trainera verde en ese instante, ya inmerso en la mar rizada que incomodaba el navegar de todas las tripulaciones. Pero no pudo soltar a los txos. No en vano, demostrando fortaleza, los vizcainos atraparon la cabeza y consiguieron sumar un segundo por delante.
Pasado el tramo de puntas, la tanda de honor era cosa de dos. Diez segundos por detrás, San Juan y Kaiku tenían otro duelo. Diferente. Especial, también. Era el de entrar en el podio. No habría jueces esta vez. Y en ciaboga, la pareja del año giró sincronizada. Mentalizadas para el asalto final.
LA CLAVE “Quien coja la primera ola puede llevarse la victoria”, decían esta semana tripulantes de los dos colosos. Y tenían razón. La buscó Hondarribia, que tenía una mejor calle para volver en la 2, pero la consiguió Urdaibai. Esa embarcación que guía el zarauztarra Gorka Aranberri, un fuera de serie a la hora de dar velocidad a su bote en popare. Se subió a una ola que, con los retrasos que se dieron -15 minutos en cada tanda, por la incapacidad de la organización de mantener fuera del campo por la calle 1 a varios botes de espectadores-, le llevó al triunfo final. Tres segundos en el minuto 12, bastaron. 60 segundos después, ya eran cinco. Diferencia que, sumada a la defendida del primer domingo, fue definitiva. Lo intentó Hondarribia, se fue a la calle 3 en la bahía, buscando una esperanza final. Una ola que no llegó y le deja un años más a las puertas de subir al cielo en el Ciudad de San Sebastián.
orio se redime En la otra batalla de honor, San Juan superó a Kaiku por cinco segundos. Se adjudicó la batalla que ellos buscaban ganar. Se fueron contentos hacia Pasaia, a pesar de que perdieron la cuarta posición de la general, porque Orio se redimió. La San Nikolas dio su mejor nivel, dominó de inicio a fin la primera tanda y termina con buen sabor de boca una concha que confirma su progresión. Pero para ascenso, el de Donostiarra. La Torrekua mejoró la imagen dada en la primera jornada y solo en el rush final perdió una pugna trepidante con Tirán. Con un bote de la ACT. Una trainera que el próximo año, si el play-off sale como quieren los hombres de blanco, puede ser compañero de fatigas en la elite del remo. Ese deporte en el que los pequeños detalles dirimen la batalla que marca época de Hondarribia y Urdaibai.