Zierbena se cuela en la regata de los elegidos

donostia - Una de las particularidades que acompaña a la clasificatoria de La Concha es la unión entre los delegados de los clubes y los periodistas. Plumillas y narradores comparten mesa en la tribuna de prensa con algunos de los dirigentes, los rezagados, los que han perdido en el juego de las sillas de la carpa de delegados. Una imagen tan inusual como inevitable en una regata con 27 entidades representadas.

Entre los directivos que se tuvieron que mudar ayer al lado oscuro de los comunicadores, estaban los de San Pedro y Zierbena. También los de Hondarribia y Urdaibai. Los cuatro fueron protagonistas en el arranque de la edición número 120 de la Bandera de La Concha.

“¡Ya está, Iker! Estamos dentro, quintos. Dile a los chicos que estén tranquilos, que los nervios ya han pasado”. El Iker en cuestión se apellida Gimeno y es patrón de Zierbena, la relativa sorpresa de la clasificatoria. Los ánimos se los daba un representante galipo, que contenía la euforia a pesar de que su trainera no boga en la doble regata por la bandera desde 1993. Pasó el corte con suficiencia, aprovechando sus muchos vatios en el largo de ida, donde sacó la ventaja suficiente para asegurarse un billete con una vuelta sin tomar riesgos.

La ola de metro y medio con la que la bahía saludó un septiembre más a los remeros, no deparó sorpresas, ni foto-finish, y eso que los tiempos en la ciaboga exterior hicieron creer que las centésimas podrían volver a la clasificatoria, como en 2015.

Una fila por delante, cogió sitio José Manuel Oyarbide, ilustre delegado de San Pedro. El pasado año, suspiró de felicidad, cuando su Libia logró pasar por tan sólo 22 centésimas. En esta ocasión, no le quedó otra que felicitar a sus colegas clasificados, puesto que el morado, uno de los colores que siempre abunda entre los aficionados, no se verá en el agua. Fue la cruz guipuzcoana de una regata en la que los favoritos no fallaron. Tampoco los del territorio. Hondarribia, Orio y San Juan estarán en la batalla, y de los tres se esperan grandes cosas. Los verdes marcaron el mejor tiempo, tras llegar en el mismo segundo que Urdaibai a la referencia exterior. Una vez más. Sin embargo, en popare y sin tener referencias de los txos, que bogaban por detrás, los bidasotarras volaron. Fueron notablemente más veloces que el resto de sus rivales. Diez segundos más rápidos que el segundo. En 2015, del primero al cuarto, hubo siete segundos. No se celebró en demasía esta victoria sin premio entre los delegados de Hondarribia, que saben que, igual que sus propios remeros, sus máximos rivales controlaron. No forzaron. Se notó en Urdaibai, con quien se espera se dispute el triunfo los próximos dos domingos la Ama Guadalupekoa, que marcó el sexto tiempo en el segundo largo.

Peor que el de Kaiku, que tuvo que acelerar el ritmo de vuelta a tierra, tras un arranque de prueba que le metió en problemas. La Bizkaitarra fue la primera de las traineras punteras en salir a la mar, en el tercer turno, y cuando le llegaron las referencias, se vio en el alambre. Inmersa en un cuarteto, con Astillero, San Pedro y Tirán, en el que un segundo separaba a todos ellos. Los de José Luis Korta, finalmente, pasaron. Con seis segundos de ventaja. La que consiguió sobre Astillero, que volvió a ser octava. Se le resiste el examen a la San José, que vuelve a catear por poco. De las centésimas de 2015, a los cinco segundos -más que Tirán- de 2016. Habrá representación gallega en Donostia, una vez más.

orio se da el gusto Orio y San Juan serán fieles a la cita. El primero le brindó una alegría a la numerosa afición amarilla que se dio cita en las inmediaciones del Aquarium. La San Nikolas está terminando fuerte el año y ayer se dio el gusto de ganar a Urdaibai. Le superó con un gran popare, para clasificar segundo. Dos puestos por delante de San Juan. Ambas aspirarán a la tanda de honor el domingo, donde compartirán serie. La pelea guipuzcoana estará en la primera, con Orio, San Juan y Hondarribia, además de Kaiku. Donostiarra se las verá con Urdaibai, Tirán y Zierbena.

premio y estrenos Pero la clasificatoria no es solo nervios. También es fiesta. Para algunas traineras, La Concha es el premio de fin de temporada. Salir al agua junto a los mejores. Ayer se estrenó en la bahía Puebla. Sus remeros llegaron desde Puebla del Caramiñal, A Coruña. Horas y más horas de viaje, que, para ellos, valen la pena. Porque el día de ayer, el primero de septiembre, la tarde en la que delegados y periodistas arriman el hombro y Zierbena volvió a pasar el corte, no lo olvidarán.