Un pelotari fronterizo
Mano El campeón individual, mikel Urrutikoetxea, se estrena como zaguero en el parejas con un triunfo ante Bengoetxea VI y Untoria, los defensores del título, pero se tuerce el tobillo
durango - Las fronteras son marcas con una regla y un lapicero. Mikel Urrutikoetxea es fronterizo, como los westerns de John Ford, al ubicarse en el cruce de caminos entre los cuadros largos y los alegres con facilidad, al adaptarse a todo el frontón con los colores del camaleón. El pelotari de Zaratamo afrontaba ayer su primer asalto en la búsqueda de la excepción, aferrado a una posición que no es la suya, pero para la que sus dos manos se aferran con facilidad. Durango fue la primera prueba del experimento de Urrutikoetxea en el presente Parejas como guardaespaldas en Asegarce, acompañado por su vecino Danel Elezkano, y las sensaciones fueron positivas. Y su partido, para enmarcar. Tiene grandes virtudes el vizcaino, reciente campeón del Cuatro y Medio y rey del Manomanista en verano, para afrontar cada una de las pruebas que por delante se le ponen. No hay techo que le frene. ¿Cuál es el límite? La zaga, no. Eso está claro.
Y es que, ya reconocían Oinatz Bengoetxea y Álvaro Untoria, al que superó en pegada, que sabían que se iban a encontrar a un pelotari total. Urrutikoetxea es un todoterreno. Ayer rindió espectacular.
La suma de los zaratamoztarras en un dueto inopinado alumbró un bloque con pocas fisuras, capaz de aguantar carros y carretas y en el que destacó Urrutikoetxea porque no cedió y Danel buscó sacar petróleo a su remate de zurda. Lograron imponer su ley, sobre todo, tras adelantarse 18-11 mediado el encuentro. El punto negativo fue que el campeón, en una pelota mala que quiso alcanzar en el ancho, se hizo daño en el tobillo derecho, dolencia que “le preocupa”. Los médicos de Asegarce aseguraron que se puede tratar de un esguince de grado I que le sujetaron con una venda para poder concluir el partido.
Maquillaron el resultado los actuales campeones después de ese momento hasta el 22-18 en el que mostró autocrítica Oinatz por rendir a fogonazos en ataque, aunque en defensa asumió mucho trabajo y mostró que tiene piernas para aburrir.
Duro y complicado el partido, el inicio fue kilométrico, una tortura para los cuatro manistas en liza y toda una declaración de intenciones. En los primeros dos tantos, que fueron azules, el partido se alargó casi a los 100 pelotazos. Una barbaridad. Urrutikoetxea, sobre el que estaban puestos los focos por ser la incógnita, anunció por qué está en el Olimpo actual de la pelota a mano profesional. Trabajó. Danel, sustituto ayer de Aimar Olaizola, estuvo descarado, defendiendo mucho con la derecha cuando le buscaba Oinatz y tratando de encontrarle con la izquierda. Aun así, se escaparon los campeones hasta el 0-2.
igualadas Se igualó la contienda en el 2-2, el 3-3 y el 5-5, sin apenas diferencias y con excedente de pelotazos. Untoria, zaguero trotón, no dominaba a Urruti, pegón, mandón, autoritario. Rompieron a volar los colorados cuando el najerino sufrió los rigores de un envite que apuntaba a maratón y Oinatz no atinó en pelotas francas, cerca del tanto, en las que regaló el dominio y el cartón se les escapó.
Abrieron fallas los vizcainos hasta el 10-7 y el 13-8 planteando un despliegue soberbio, sin estridencias, que les dio la clave. Porque sus rivales no terminaron de redondear la contienda, montados en una montaña rusa en los momentos clave. No jugaron mal, pero les tumbaron los detalles.
El empaque de los colorados desnortó el partido. Mikel se torció el tobillo con un cable de televisión en la contracancha en el 16-11 y los dos tantos siguientes estuvo cojeando. Se echó Elezkano II el partido a la espalda y alargó la distancia. 18-11. El descanso benefició a los azules, pero solo fue un parche.
Por otro lado, Iker Arretxe, que se someterá a diversas pruebas, se lesionó ayer en el frontón Ezkurdi de Durango en el dedo corazón de la mano derecha con el 2-9 en el telonero y tuvo que retirarse del festival. Los médicos de Asegarce valoran que puede tener una fractura.