donostia - Xabier Garmendia ha vuelto a casa. El pilier derecho y segunda línea, de 22 años, debutó en el primer equipo del Hernani la temporada del ascenso a División de Honor A, la 2011-12, y después ingresó en las categorías inferiores del Biarritz Olympique, donde jugó hasta la conclusión de la pasada campaña junto a los también guipuzcoanos Asier Usarraga y Julen Goia.

Garmendia, que ha sido internacional absoluto con España, quiso conocer mundo y disfrutar del rugby, y probó fortuna en el Newcastle Emlyn de la segunda división galesa, por debajo de las franquicias del Pro 12 y de la primera categoría de clubes. La experiencia fue decepcionante en el aspecto deportivo y acabó volviendo a Hernani y a jugar en su equipo, donde ya ha disputado dos partidos. Eso sí, el jugador reconoce que aprendió mucho en su estancia en Gales y se muestra encantado con la acogida que recibió allí y la forma de vivir el rugby que tienen los galeses.

¿Cómo acabó jugando en el Newcastle Emlyn galés?

-Después de tres años jugando en Biarritz se me acabó el contrato y no pude seguir allí. Estaba en categoría espoir, -sub’23- entrenándome a veces con el primer equipo. Llevaba una vida bastante profesional. Pensé que podría viajar gracias al rugby, que me saldría gratis y que además podría ganar algo de dinero. Al final encontré algo en Gales con un compañero de Biarritz.

Puso fin a su estancia allí después jugar ocho partidos....

-Nos lo pintaron muy bonito para ir, pero una vez allí todo era mentira. Trabajábamos más que lo que nos dijeron y entrenábamos poco para nuestro gusto. Era todo muy amateur. También nos dijeron que tenían contacto con un club del Pro12, los Scarlets, y que si todo salía bien podríamos entrenarnos con ellos y formar parte de su academia, pero una vez allí nos dijeron que no era posible. Vimos que no era nuestro sitio, y que allí no era posible que nos viera nadie. A mí, por lo menos, me gusta que vean mi esfuerzo y tener una recompensa, que en nuestro caso sería ir a la selección. Los entrenadores querían que me quedase, pero hablé con ellos y en parte lo entendieron, sobre todo el entrenador de los delanteros. Veía que tenía capacidad para algo más y en ese club no me iba a dejar ver mucho. Empecé a buscar un equipo por aquí, por Francia y por Italia, pero al final he vuelto a Hernani.

¿Qué ha aprendido de su estancia en Gales?

-En la melé he aprendido mucho. Por esa parte, estoy satisfecho. En Gales tuve entrenadores que habían jugado con los Scarlets, o con los Cardiff Blues, y eso te ayuda. En Francia no manejaba tan bien el francés y había muchas cosas que no entendía. En el Biarritz me entrenó Benoit Lecouls -expilier, dos veces campeón de Europa con el Toulouse-. A Gales fui dominando el inglés y solo tuve que hacerme al acento.

¿Cómo era su vida en Gales?

-El club estaba en un pueblo muy pequeño, de 2.000 habitantes. Yo vivía en una ciudad de 15.000, Carmarthen, la ciudad más antigua de Gales, donde dicen que nació el mago Merlín. Trabajaba todos los días en una obra como ayudante de encargado. No hacíamos gran cosa, pero metíamos muchas horas. Entrenábamos muy poco, dos o tres veces a la semana más los partidos. En primera división también entrenaban dos días. Después de haber estado en Biarritz me chocó, porque allí entrenábamos todos los días mañana y tarde. No nos vino bien.

¿Qué nivel tenía la liga?

-Muy parecido a la liga de los espoirs en Francia. El rugby no era tan técnico ni tan táctico, era mucho más físico. Al ser un nivel senior, te encontrabas con gente de 30 años que había llegado a jugar con Gales, como el antiguo número 8 Andy Powell. En total, jugué ocho partidos, siete de ellos enteros, y eso en mi posición no es normal. Y marqué un ensayo, lo que no he hecho en Hernani.

A nivel personal, ¿cómo fue su experiencia?

-Bonita. Desde el primer día estuve como en casa. Los compañeros eran muy buena gente. Allí tienen su propia lengua y lo veía similar a aquí, con el euskera, y creo que debido a eso me acogieron muy bien. Alguna frase en galés ya me enseñaron, como una que quiere decir Los ingleses apestan, pero con cariño. Había algún inglés en el trabajo y había piques, pero con respeto.

¿El Newcastle Emlyn tenía mucha afición?

-Todo el pueblo bajaba a ver el partido. Había muy buen ambiente. Aunque no viviese allí, me conocía todo el pueblo, todo el mundo me saludaba. En Hernani pasa algo parecido. Siempre había ambiente, y la verdad es que nunca se gritaba al árbitro.

Su estancia allí coincidió con el Mundial de rugby. ¿Cómo lo vivieron los aficionados galeses?

-Nunca había vivido el rugby así. Cada vez que jugaba Gales se paraba el mundo. Ese día no se trabajaba, o se trabajaba a las mañanas y luego todos iban al pub, a ver el partido y a cenar con los amigos. Yo no he tenido ocasión de estar en el Millennium Stadium, pero sí he estado fuera, y es como la Semana Grande de Donostia. Los alrededores del estadio están llenos de pubs. Cualquier día de partido, Cardiff y sus pubs se llenan. Echo de menos eso.

¿Cómo se valoró la actuación de la selección de rugby?

- Con todos los lesionados que tuvieron, creo que se sorprendieron al pasar a cuartos de final del Mundial. Me parece que celebraron mas que Inglaterra se quedase fuera a que ellos pasasen. Llevaron bastante bien la eliminación.

También vivió allí la clasificación para la Eurocopa de la selección galesa de fútbol...

-Estábamos de fiesta cuando la selección de fútbol se clasificó. Había pantallas gigantes en la discoteca, y se celebró mucho. Y eso que perdieron. Creo que aquí no se vive el deporte como en Gales. Allí lo viven de otra manera.

¿Hay rivalidad entre fútbol y rugby?

-No. En la zona en la que estaba yo no había apenas fútbol. El fútbol se lleva más al norte de Gales, y yo estuve en el sur. Había pueblos de 500 habitantes que tenían dos equipos de rugby y ninguno de fútbol.

A su regreso a Euskal Herria, ¿cómo es el Hernani que se ha encontrado?

-Muy joven. Gente que el año pasado ni se entrenaba con el primer equipo ahora está jugando de titular. Es gente muy joven con la que nunca había jugado, y la verdad es que se han integrado muy bien en el equipo. Con mucha chulería a veces. Antes subías al primer equipo y siempre tenías que disputar la titularidad con algún veterano. Eso siempre te cohibía un poco. Pero esa chulería a veces viene bien.

El club ha empezado la liga mejor de lo esperado, con tres victorias en su haber...

-El otro día el entrenador, Patrick Polidori, nos preguntó a ver qué nos parecía tratar de estar entre los seis primeros -en puestos de play-off-. Hubo gente que no contestó, pero la mayoría dijimos que queríamos intentarlo. Hay que ponerse metas. ¿Por qué no intentarlo?’

El domingo se enfrentan en Landare a la Santboiana (12.00 horas).

-Yo creo que se puede ganar. Últimamente, la Santboiana no está jugando muy bien, y además su ocho va a jugar con España. Tienen una delantera potente, son grandes, y hemos pensado en alejarnos un poco de ellos. En Hernani puede pasar lo que sea.