Donostia - Se encuentra en una situación privilegiada en la presente liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio, solo necesita trece tantos para acceder a semifinales. ¿Lo ve muy lejano?

-Sí. He ganado dos partidos muy duros y muy importantes, que te dan mucha confianza, pero, por ejemplo, Urrutikoetxea con dos triunfos está dentro, y yo todavía tengo que hacer trece a Oinatz. No me veo confiado ni con nada hecho. Estoy seguro de que Bengoetxea VI va a jugar muchísimo y va a salir a arriesgar. Puede pasar cualquier cosa. Es peligroso.

No sé si se le ha pasado por la cabeza la imagen del curso pasado de Mikel Olaetxea, que se encontró en su misma tesitura y no alcanzó la cifra ante Bengoetxea VI.

-Vimos muy claramente lo que le pasó. Hizo una liguilla impresionante con triunfos muy buenos ante Joseba Ezkurdia y Aimar Olaizola. Todo parecía muy bonito, pero llegas al último partido y todo el trabajo realizado lo pierdes. Fue una pena. Aun así, yo no pienso en eso. Quiero jugar bien, como en los anteriores partidos. El principio será importante. Depende de quién empiece ganando, el rival se pondrá nervioso.

Oinatz Bengoetxea, además, es un pelotari que en las primeras partes de los partidos exprime a tope a su contrincante, ¿no?

-Eso es. Suele salir muy acelerado y con muchísima fuerza. En esos primeros tantos hace tacadas y, aunque luego te canses, si tienes brecha, tienes mucho ganado. Así, alcanzar al rival es muy complicado. Sé que el principio será vital. Si hay que sufrir, sufriré.

De todos modos, para estar en esta situación hay que hacer los deberes muy bien y usted los ha hecho.

-Estoy muy contento, la verdad. Si no paso a semifinales, sé que voy a volver triste a casa, pero he demostrado lo que puedo jugar. Lo que he jugado en el Cuatro y Medio ha sido muy bonito, pugnando contra pelotaris que son mejores que yo y tienen un nivel altísimo.

Pase lo que pase, una de las firmas de este Cuatro y Medio es suya.

-Eso me da mucha alegría. Por ahora estamos jugando bien. Los jóvenes estamos apareciendo en los cuartos de final y luego en la liguilla damos buena imagen. Para la pelota es muy bonito y hace falta.

Y tiene la suerte de tener una afición numerosa y que se multiplica, ¿no?

-Me apoyan durante toda la semana. No es una cosa que solo se vea en Donostia. Me ayudaron hasta cuando jugué la final de San Mateo en Logroño. Eso es lo más bonito. Así, uno juega como en casa.

¿Ganar al pelotari más laureado de la ‘jaula’, Aimar Olaizola, y en su terreno es lo máximo?

-Sin duda. Para mí lo es. Cuando gané la final de San Mateo con David Merino dije que era lo más bonito que me había pasado hasta la fecha. Sin embargo, ganar a Olaizola II, que tiene siete txapelas en la distancia, y jugando bien es muy especial. Lo recordaré siempre.

¿Procesa usted con cierta cautela todo este eco mediático y deportivo o lo plantea como una carrera de fondo?

-Sí. Le doy prioridad a eso. Al fin y al cabo, soy un pelotari muy joven, de 19 años, y ahora me están pasando muchas cosas. No obstante, sé que van a llegar momentos difíciles y malos. Sé que ahora no me tengo que subir al cielo ni cuando lo pase mal tengo que bajar hasta abajo. Estoy haciendo las cosas muy bien, pero tengo mucho margen de mejora y tengo que trabajar para conseguir eso y mantenerme.

¿Qué ha cambiado del Altuna III que está jugando ahora al que estaba el año pasado en Segunda?

-Muchas cosas. Soy joven. Tengo mucho que afrontar dentro del frontón y fuera. Físicamente me estoy formando. Aun así, me siento mejor que el año pasado. No es que estuviera mal, pero creo que en un año he conseguido superarme. Eso me da confianza y ganas de trabajar más.

De todos modos, físicamente se le nota la mejoría a la hora de afrontar los encuentros ante pelotaris de la talla de Irujo, Olaizola II o Bengoetxea VI.

-Aimar y Juan, comparado con nosotros, son unos animales. Durante toda su carrera han demostrado ser grandísimos pelotaris, pero, para mí, la mayor diferencia es física. Saben que si el partido se alarga tienen mucho ganado. Eso les da confianza. Por ejemplo, a Aimar le he visto sufrir muchas veces y llevarse el gato al agua. Por eso me hizo tanta ilusión. Iba perdiendo 19-18, yo estaba justo y gané.

¿Sintió el aliento en la nuca?

-Sí, pero con el 17-7 tampoco me vi ganando. Nunca se sale del encuentro. Siempre llega al final con opciones. Lo estaba pasando mal.

¿Ha cumplido sus objetivos?

-Si me hubieran dicho en la presentación que no pasaba pero ganaba en la liguilla a Artola y Olaizola, lo hubiera firmado, pero ahora lo veo distinto. He ganado porque lo he merecido y ahora queremos llegar a semifinales.