Duración: 53:21 minutos de juego.

Saques: 4 de Xala (tantos 3, 8, 12 y 18) y 1 de Ezkurdia (tanto 8).

Faltas de saque: 1 de Xala.

Pelotazos: 297 pelotazos en juego.

Tantos en juego: 13 de Xala y 10 de Ezkurdia.

Errores: 6 de Xala y 5 de Ezkurdia.

Marcador: 3-1, 3-3, 4-5, 5-5, 9-6, 10-6, 10-7, 11-8, 14-9, 15-10, 16-11, 17-11, 18-12, 19-17, 21-18 y 22-18.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Panpi Ladutxe (con Yves Xala) y Mattin Ezkurdia (con su hermano Joseba) .

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Cuatro y Medio de Primera disputado en el frontón Plaza Berri de Biarritz. Lleno.

donostia - El Plaza Berri de Biarritz tenía la llave de Yves Xala, pero la clave estaba en él mismo, en su alma de artista en las dos paredes del frontón, en su pose de pelotari exquisito, asediado por las lesiones en los últimos cursos e incapaz de sumar etapas de regularidad. El encuentro contra Joseba Ezkurdia, con el que abría su participación del Cuatro y Medio, era un zarzal, un puzzle, pero la pieza que faltaba era él. Xala era la carta que aún no estaba en el tapete. Pero, como ventarrón, como gigante, la sombra del zurdo de Lekuine es alargada. La solución a cada pregunta reside en él.

Y él mismo se dio la respuesta. Cerró las dudas. Vuelve a sonreír. Fue un ciclón ante un Ezkurdia que le dio gas a la pelota para buscarle las cosquillas a un contrincante ligero, con chispa e intención. El lekuindarra asumió que tenía que dar un paso hacia adelante, que tenía en sus manos el partido, que había que obligar al voleísta de Arbizu a moverse, arrastrarle por la pared para que sufriera y aguantar en los momentos de dudas. Que los hubo. Sin embargo, Xala, caótico a veces, brillante en otras, mostró la cara y que puede jugar mucho en el Cuatro y Medio. Viéndole a esta altura, se le secan los mares a la pelota pensando en que pueda abandonar la disciplina.

Rápido, ágil y fino combatió la pegada de Ezkurdia. El de Arbizu, trabajador, peleón y pegón, arribó al pleito con la hoja de ruta marcada de antemano: iba a darle caña con la derecha, alejar a Xala del frontis, obligarle enredarse con la pared izquierda y anunciar nubes de tormenta delante. No se esperaba a un Yves -acompañado en la silla de Panpi Ladutxe, su profesor de vuelo en el aterrizaje en pared izquierda, su faro entonces; vieja escuela- tan rápido, tan sensato y tan certero. Voló como una mariposa, que dirían dentro de las doce cuerdas.

Dos ganchos y un saque elevaron al zurdo de salida. No obstante, en el tanteo inicial, Ezkurdia le buscó la velocidad al partido para encontrar las fracturas en su adversario. Dos yerros del pelotari local, un gancho, un pelotazo largo y una apertura adelantaron al arbizuarra. Fue su única ventaja. Porque Xala, que no desfalleció, no se hundió, que se ató al suelo para acceder al firmamento, se aprovechó de un fallo de Joseba para tomar el saque y cambiar la inercia. Le dio la vuelta al dar un paso al frente y tomar el mando. Se colocó 9-5, defendió bien, con inteligencia, le soltó con la zurda, le dio dirección a la pelota con el saque y cruzó suficiente para sacar tajada del suelo veloz de Biarritz. Vinagre para las heridas de Joseba.

La falla se abrió hasta el 18-11 con Yves muy sobrio y sagaz, pero a Joseba le quedaba un as: su caballaje. Una tacada alumbró pimienta. Ezkurdia no se achantó. Un fallo del colorado y tambores de guerra. Un dos paredes de volea, un gancho, una volea, una dejada y un saque-remate pusieron el aliento en la nuca de Xala (18-17). Lo solventó bien Yves. A base de talento (22-18). Está en el tapete otra vez. Buena noticia.