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La maldición del Bizkaia

Pablo Berasaluze se despide de la feria de aste nagusia con 0-2 al darse un golpe en el hombro izquierdo y hacerse una luxación acromioclavicular y estará cuatro semanas de baja

La maldición del BizkaiaFoto: Juan Lazkano

Bilbao - A Pablo Berasaluze se le ha vuelto a romper un sueño, el de volver a la final del torneo Aste Nagusia. Al delantero de Berriz se le atragantó una dejada de Aimar Olaizola al txoko. Trató de compensarla con una alcanzada, pero cayó a plomo en la pared, trastabillado, provocándose una luxación acromioclavicular “de grado uno o dos” en su hombro izquierdo, según explicó el doctor de Asegarce, Iñigo Simón. El partido iba 0-2 por entonces y así terminó, con un envite ganado más para Aimar Olaizola y Abel Barriola y su pase a la batalla por el cetro de la feria de Bilbao asegurado por la desgracia del artista vizcaino. Se medirán en la contienda por el título a Juan Martínez de Irujo y David Merino. Explicó el médico que la zona afectada se encuentra en la articulación que une el hombro con la clavícula, que en primer momento valoraron que podría estar afectada. Aunque, finalmente, no fue así.

“Ha sido mala suerte. Ha sido una pelota en el txoko, creo que le he tocado un poco la pierna a Aimar, no sé fijo, me he tirado hacia la pared y me he llevado un golpe bastante fuerte”, manifestó el delantero de Berriz, quien confesó que “he sentido bastante dolor en el momento. Pensaba que iba a poder jugar pero, cuando he probado, no podía”. “Por arriba no podía levantar el brazo y en esas condiciones no podía jugar”, agregó. El puntillero, tras el golpe, fue atendido por los servicios médicos de la empresa, que le colocaron el brazo en cabestrillo. “Con el brazo izquierdo inmovilizado me encuentro mejor, pero sigo con molestias. A ver si las placas nos dicen que no hay nada roto”, certificó el berriztarra. Agregó asimismo el pelotari vizcaino que “dos semanas o tres de baja no me las quita nadie. Lo más importante es que no haya nada roto”. El pelotari de Berriz, en 17 años de profesional, nunca había tenido una sola lesión de brazos o de hombros y le ha llegado en una cita marcada en el luminoso. “Estaba bastante bien este verano, sin ningún contratiempo, contento. He venido aquí con ganas para después lesionarme. Ha sido una auténtica pena, porque había un ambientazo en el frontón, lo que la gente se merece, pero tampoco puedo darles todo lo que quiero porque cada vez que vengo me rompo”, aseveró el puntillero. Parece gafado Pablito en la negra cancha bilbaina, en la que también se lesionó de gravedad cuando se rompió el tendón de Aquiles de la izquierda en la final del Parejas de 2013. En aquella ocasión tuvo que parar cinco meses. Además, el verano pasado tuvo que frenar su camino por la luxación de dos dedos del pie izquierdo en Bera de Bidasoa.

Después del envite, Berasaluze II fue a la clínica IMQ de Zorrotzaurre para valorar el estado de su lesión junto al doctor de la empresa. “Al palparle la zona siente dolores. Es necesario hacerle todas las pruebas para comprobar si tiene, además del acromion, la clavícula tocada o rota, porque siente molestias ahí. Si hay fractura estamos hablando de un problema más importante”, reveló el doctor Simón en vestuarios, que apostilló que se trata de una dolencia “bastante habitual para los pelotaris -Chafee, Olaizola II, Elezkano II...- al impactar en bastantes ocasiones contra la pared izquierda con violencia”.

No obstante, realizadas las pruebas pertinentes en el hospital bilbaino, las peores previsiones quedaron totalmente cercenadas. Pablo Berasaluze no tiene rotura de clavícula, lo que facilitará su recuperación. Según los plazos estimados de antemano, la luxación acromioclavicular del berriztarra podría estar totalmente curada en alrededor de cuatro semanas, pero “todo dependerá del dolor que tenga”. El berriztarra tendrá que estar con el brazo izquierdo en cabestrillo “por momentos” y su recuperación oscilará en la medida de las molestias que tenga en la zona dañada.