“Siempre tengo esos nervios, tanto en un Mundial como en una prueba en casa”

donostia - Naroa Agirre ha tenido que ver desde casa las últimas citas internacionales más importantes, las lesiones han lastrado a la donostiarra y eso le ha hecho estar por debajo de sus mejores marcas. Pero este año, Naroa ha resurgido. La pertiguista del Atlético San Sebastián vuelve a la elite mundial y está entre las elegidas para disputar el Campeonato del Mundo de Pekín. Una plaza conseguida in extremis, pese a que no logró la mínima (4,50 metros). La IAAF decidió repescarla y darle la oportunidad de luchar con las mejores en el ocaso de su carrera.

Cinco Campeonatos del Mundo. Pocos pueden decir eso.

-Así es. Aunque hay algunos que me he perdido y me da pena. Estar en este Campeonato del Mundo significa recuperar lo que tenía antes, cuando me clasificaba para todos los mundiales.

¿En qué estado de forma llega al Mundial de Pekín?

-El fin de semana pasado salté 4,46 metros por lo que se puede decir que llego en mi mejor momento del año.

Una marca que no le ha servido para conseguir la mínima. ¿Cómo vivió los momentos previos a la repesca?

-Sabía que tenía probabilidades y lo más seguro era que entrara, pero nunca se sabe. Es la primera vez que la IAAF actúa así y siempre te queda la duda, porque podían cortar en 28, en 30... ya que no había ninguna norma que estipulara que había que coger a tantas. Entonces, aunque tenía bastantes opciones y la Federación Española me había dicho de antemano que si la IAAF me aceptaba iría, pasé algunos nervios hasta saber si estaba o no en la lista.

¿Cómo fue su ataque a la mínima mundialista?

-Lo más seguro era que repescaran a gente porque las mínimas eran muy duras y sabía que cuanto más me acercara al 4,50, más opciones tendría. Siempre he atacado el 50, ir directamente a por la mínima y saltarme los saltos de en medio; pero en la última competición, decidimos intentar otra marca más baja. Conseguí saltar 46, pero al ir a por 50, no salió. Tocaba esperar hasta que la IAAF y la RFEA me dieran el visto bueno.

¿Cuál es su objetivo ahora?

-No lo sé. La cosa está muy difícil. He entrado de las últimas y pasar a una final es complicado, pero ahí se verá qué pasa. Luego, si consigo saltar 4,50 sería algo muy bonito porque era la mínima de este Mundial y también es la del año que viene para Río.

¿Afronta de diferente manera este Mundial a los anteriores?

-Como personas todos vamos evolucionando y nunca un Mundial es igual que el anterior. Al igual que cualquier competición no es igual que la anterior. Cada certamen es diferente. El sitio, el estado en el que llegas, la gente con la que compites, las vivencias con las que vuelves... Cada uno es un mundo. Siempre teniendo en cuenta que todos son la misma competición, que en mi caso es el salto con pértiga.

¿Ya no siente esos nervios previos?

-Eso siempre queda y hasta que me retire ahí seguirán esos nervios. Pero no solo en un Mundial, cuando compito en casa, en un Campeonato de Gipuzkoa, siguen ahí. Sin ellos no sería competitiva.

Dejando el Campeonato del Mundo de lado, ¿cuales son sus siguientes objetivos?

-El objetivo gordo es entrar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016. He estado en Atenas y en Sídney, pero me perdí el de Londres por estar lesionada y tengo ganas de ir a Brasil, a mis terceros Juegos. Al final es lo más importante de la carrera de un deportista.

¿Estos serían sus últimos Juegos Olímpicos?

-Así es. Los Juegos de Tokio me pillan un poco lejos.

Ahora que vive sus últimas temporadas como atleta, ¿mira más al futuro?

-Sigo viendo el futuro igual que siempre y continúo haciendo lo mismo. Sé que el año que viene voy a hacer atletismo y no tengo que pensar mucho más. Aun así, siempre miras a los próximos años y cosas que no me preocupaban hace ocho años, me empiezan a importar. Tengo unos estudios hechos y me gustaría conseguir un trabajo el día de mañana, cuando deje el atletismo.

¿Tiene una fecha prevista para su retirada?

-Todavía no lo sé y prefiero no decir una fecha concreta.