donostia - Una sonrisa le asomó a Joseba Ezkurdia mientras miraba a Aitor Zubieta y la final de La Blanca pedía el finiquito con Aimar Olaizola y Álvaro Untoria desnortados en un epílogo duro. Mientras sonreía el delantero de Arbizu, desde las maderas de contracancha alguno ya les habría afeado, porque por sus dos victorias habían sido con el dinero a la contra. Algún otro seguro que les estaba jaleando con el bolsillo lleno. Arribaron como víctimas ante Martínez de Irujo, uno de sus mejores amigos en el cuadro de Aspe, y Rezusta, y ganaron. Lo mismo sucedió en la final ante el buque insignia de Asegarce y el acorazado de Nájera, que debido al traqueteo acabó con menos coraza y a merced de sus adversarios. Joseba sonreía por segunda vez en Gasteiz, era su segundo torneo de La Blanca consecutivo. En 2014 entró en sustitución del de Ibero y “gané junto a un gran David Merino”. “Este año he estado con Aitor, que ha rayado a un nivel muy alto. Me siento un privilegiado por ganar dos veces consecutivas una cita de estas características”, certifica el voleísta de Sakana, quien apostilla que “para mí es algo muy importante de cara a conseguir mantener la confianza durante el resto del verano”.

Joseba es un delantero grande, con mucho armazón, con potencia y gran corpulencia; sin embargo, argumentó grandes dosis de velocidad en defensa. Dice sentirse bien, cómodo en esas lides, y “bien” en ataque a pesar de que “no crucé el gancho en algunas situaciones de partido”. “Físicamente no estoy como en el mano a mano o en el Cuatro y Medio, pero estoy a gusto. Me encuentro bien jugando”, sostiene, pero reconoce que en la final “me llené hacia el tanto once, pero después pude darle la vuelta. Es normal porque era mi tercer festival de la semana”. Y, además, porque metió ritmo al partido de salida, con un descorche en tromba que pilló desprevenido a Olaizola II.

Aun así, los resultados parecía volverle la cara a Ezkurdia durante los meses de verano. “En San Fermín jugué tres partidos y perdí dos, perdí en el Cinco y Medio, en el Cuatro y Medio de San Fermín, en Bera...”, recuerda, pero admite que “andábamos ahí y perdía por poco. Si los resultados no acompañan, puedes analizar en qué fallas, pero no hay que darle muchas vueltas”.

trabajo de entrenamiento “Últimamente, hemos trabajado mucho el técnico con Jokin Etxaniz. Hacemos hincapié en el gancho de izquierda, quitar el aire y, además, con la volea no me encontraba muy bien desde hacía un tiempo. Poco a poco voy ganando en confianza, pero es difícil plasmarlo en los partidos por la tensión”, añade Ezkurdia, quien está viviendo un cambio de perspectiva. Dice el arbizuarra que “hay que exprimir al máximo las oportunidades y yo lo doy todo. Cuando debuté, ni me imaginaba que iba a llegar hasta aquí. He sufrido por la pelota y estoy intentando darle la vuelta”. Es la nueva filosofía de Joseba. “En el Parejas me llevé un golpe importante y en el Manomanista también. Me tomaba las cosas muy a pecho, pero trato de cambiar un poco y tomar la pelota con algo más de distancia. Voy a darlo todo, pero intento quitarme tensión, porque en días como el decisivo del Parejas a medio partido estaba perdido por la presión”, concreta y finaliza que “seguiré trabajando”. Es la filosofía Ezkurdia.