Madrid - Estados Unidos y Serbia jugarán hoy, en el Palacio de los Deportes de Madrid, la final de la Copa del Mundo 2014, después de que los hados descabalgaran a la selección española de ese puesto de privilegio que todos los pronósticos le concedían y que los balcánicos supieron ganarse en la pista de juego.
El combinado estadounidense cumplió con su papel de favorito y sin ningún susto digno de mención, ganando todos sus partidos con holgura y suficiencia, jugará por el título.
La gran sorpresa de la final es Serbia, una selección a la que el ahora entrenador Sasha Djordjevic ha dotado de la cohesión necesaria para que su talento natural aflore unido a la sombra de su gran genio del momento, Milos Teodosic.
Djordjevic, portador de la esencia baloncestística yugoslava que dominó el planeta del baloncesto en la década de los noventa, ha sabido transmitir a sus jugadores ese poso, esas raíces y ese saber hacer.
Serbia tiene a Teodosic, un talento nato, para dirigir en pista a sus compañeros, pero no aglutina la calidad que antaño tenían los plavi por quintales. Pero tiene a Djordjevic para mover, mezclar y coordinar a un buen equipo y sacar el máximo rendimiento posible.
Con Nenad Krstic, otro de los grandes jugadores serbios, mermado por una reciente lesión de rodilla, Djordjevic no dudó en tener paciencia y reservar al pívot en una arriesgada apuesta que le hizo acabar la primera fase en la cuarta plaza del Grupo A, con sólo dos victorias ante Irán y Egipto y tres derrotas. Lejos de los focos del favoritismo.
EEUU, máximo anotador La selección estadounidense llega al partido definitivo cumpliendo con todo lo que se esperaba de ella, con un juego físico, directo y demoledor.
Estados Unidos es el máximo anotador del torneo mundialista, invicto, con más de cien puntos por partido, y con Harden como capitán y uno de los más destacados.
Faried, Davis, Klay Thompson, Irving y Stephen Curry se reparten el protagonismo en un equipo en el que la ausencia de mega estrellas del calibre ha hecho más compacto y diversificado en sus recursos ofensivos.
Los NBA son los claros favoritos, pero Serbia llega sin presión a la final y con la moral henchida. Djordjevic y Tomasevic saben que tendrán una pequeña oportunidad y esperarán agazapados para intentar cogerla.