Donostia - Las bendiciones le llueven por todos lados. Desde un mito del fútbol colombiano como Carlos Valderrama -“es ese reemplazo que me estuvieron buscando durante más de diez años, aunque tiene otras características; es la figura del equipo, él es distinto, es el jugador ideal para comandar a esta selección”- hasta su propio seleccionador, José Pekerman -“estamos en presencia de un jugador técnico, que tiene todas las cosas de un jugador de primer nivel mundial tanto para hacer jugar a los compañeros como para tomarse el tiempo para definir situaciones y para interpretar lo que yo necesito que se haga en conjunto; jamás tuve dudas de que este iba a ser su Mundial”- pasando incluso por un astro del deporte mundial como LeBron James -“¡Creo que ya tengo jugador favorito en el Mundial! Obviamente, su nombre ayuda”, ha dejado escrito en su cuenta de Twitter-. El colombiano James Rodríguez -James, pronunciado tal cual se escribe, nada de Jeims- es, a día de hoy, el nombre propio de este Mundial.

Sus dos goles en el encuentro de octavos de final ante Chile, el primero de ellos el más bello de los vistos hasta el momento en Brasil, no han sido más que la guinda de la presentación en sociedad ante una audiencia planetaria del excelente jugador colombiano, de 22 años, que desde el pasado verano milita en las filas del Mónaco junto a su compatriota Falcao, ausente en el Mundial por lesión. Poseedor de una gran zurda, Rodríguez es un jugador de importante radio de acción, que lo mismo actúa de segunda punta que irrumpe en el área desde cualquiera de las dos bandas, y sobradamente capacitado tanto para catalizar el juego ofensivo de su equipo como para finalizar las jugadas. Es en esta última vertiente en la que está sobresaliendo en el Mundial, no en vano es con cinco goles el mejor artillero del evento. Además, ha visto portería en los cuatro encuentros que ha disputado, algo que no ocurría desde que los brasileños Ronaldo y Rivaldo lo lograran en el Mundial de Corea y Japón de 2002.

James Rodríguez siempre ha sido un talento precoz. La pasión por el fútbol la tuvo impresa en los genes pues su padre, que salió de su vida cuando solo tenía tres años, fue Wilson James Rodríguez, un centrocampista talentoso que en 1986 llegó a disputar el Mundial juvenil junto a René Higuita y cuya carrera en el fútbol colombiano quedo truncada, según recogen diversos medios colombianos, por sus problemas con el alcohol -su tío, Antonio Rodríguez, fue asesinado a tiros en 1995 con solo 19 años cuando militaba en el Independiente de Medellín-. James creció admirando a Valderrama y a Faustino Asprilla, pero de niño él quería ser como Oliver Atom, el protagonista de la serie de dibujos animados Campeones (Los Supercampeones, en América Latina). De hecho, se pasaba horas en la calle, con la única compañía de un balón, emulando las cabriolas y malabares que en la serie realizaban Oliver Atom, Mark Lenders, Julian Ross y compañía. Contaba el sábado la web colombiana Semana en un fantástico perfil sobre el jugador que a los 6 años James jugaba en la calle emperrado en emular una de las acciones más conocidas de su héroe -chutar el balón tan fuerte que agrietaba la pared tras perforar la red- hasta que, sin querer, el esférico se le marchó al patio de un vecino que lo pinchó con un cuchillo, lo que le provocó una inconsolable llorera.

Talentoso y esforzado como pocos, James Rodríguez debutó como profesional a la tierna edad de 14 años en el Envigado, que por aquel entonces militaba en la segunda división colombiana, y solo tres años después fue fichado por el Banfield argentino. En febrero de 2009 marcó su primer gol, convirtiéndose en el extranjero más joven en hacerlo en la máxima categoría del fútbol argentino, y antes de cumplir los 20 años el Oporto le abrió la puerta del club europeo. Apenas acusó el salto que había dado su carrera a una edad tan temprana y en su primera temporada en Portugal ya dio muestras de su calidad, marcando incluso un hat trick en la final de Copa. En sus dos siguientes cursos, ya con Hulk y Falcao fuera del equipo, James dio un importante paso al frente y se convirtió en el gran pilar del Oporto, lo que le valió para ser fichado el pasado verano por el Mónaco, que pagó 45 millones de euros por sus servicios.

Estudiante de Ingeniería Casado desde los 20 años con la hermana de David Ospina, portero de la selección colombiana, con la que tiene una hija de un año llamada Salomé, cuentan los que le conocen que James Rodríguez es un chico metódico tanto en el terreno profesional como en su vida personal, un apasionado de la PlayStation que en su país se ha convertido desde hace años en toda una celebrity que acapara portadas tanto en la prensa deportiva como en la rosa. Estudiantes de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional a Distancia, un aspecto le separa de su gran ídolo de la infancia. En Campeones, Oliver Atom acabó jugando en el Barcelona; él dice que le gusta más el Real Madrid.