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El GBC se quedó sin recursos

la ausencia de doblas, lesionado en el minuto 15, se unió a la de neto y el equipo de sito, otra vez flojo, no tuvo opciones en el derbi

El GBC se quedó sin recursosJuan Lazkano

donostia - El Gipuzkoa Basket no tuvo argumentos para pelear el triunfo al Bilbao Basket y encajó en el derbi disputado ayer su sexta derrota consecutiva de la temporada (78-68), que le deja en la 13ª posición de la clasificación, seis puestos por debajo del séptimo con el que abrió enero tras vencer en la cancha del Valladolid. Si ganar en Miribilla sin Raúl Neto ya se antojaba complicado, la lesión de David Doblas en el minuto quince ya convirtió la misión en casi imposible, porque el conjunto de Sito Alonso se quedó sin recursos para plantar cara a su rival. El empuje de un mejorado Jason Robinson no fue, ni de lejos, suficiente para un GBC que llegó a ir perdiendo por 20 puntos y que al final se rehízo para caer solo por diez.

El rendimiento del conjunto guipuzcoano mejoró respecto a las tres últimas semanas, algo que, por otra parte, tampoco era complicado, porque la pobre imagen ofrecida contra Estudiantes, Cajasol y Valencia había sido realmente preocupante. Pero su nivel aún es demasiado bajo para una competición tan exigente como la ACB y, si no mejora rápidamente, no ganará muchos partidos de aquí a final de curso. Los equipos que le rodean en la tabla están apretando y para ganar a Manresa, Murcia o Monbus -por citar a tres de sus próximos rivales- habrá que poner en la cancha algo más que buenas intenciones. Ayer la defensa naufragó durante los tres primeros cuartos, en los que el GBC encajó 68 puntos. Demasiados para un equipo que tampoco anda sobrado en ataque. Sin duda se notó el plus de intensidad que suele poner Neto y la pérdida de Doblas mediado el segundo cuarto, porque sin el cántabro se pierde mucha solidez en la zona. Por momentos resultó desesperante la poca dureza que con la que se emplearon Olaizola, Ramsdell y Hanley bajo los aros, lo que se tradujo en una inferioridad reboteadora que resultó un lastre: 44 rebotes en total para el Bilbao Basket (15 de ellos ofensivos), 31 para el GBC.

Pero es lo que hay. La plantilla tiene limitaciones que durante muchas jornadas quedaron disimuladas por el excelente rendimiento de algunos jugadores y el esfuerzo defensivo global. Xavi Assalit, el supuesto relevo de Neto, no jugó ni un segundo y Salgado estuvo en pista 40 minutos excepto tres segundos que saltó a cancha Motos, y el rendimiento del capitán fue, evidentemente, de más a menos. Tampoco hubo noticias de Goran Huskic pese a que Doblas estaba con el tobillo derecho vendado en el banquillo desde el minuto quince. Una cosa es aportar en los entrenamientos y otra distinta hacerlo el fin de semana en los partidos. En cualquier caso, resulta chocante que no haya nadie en la plantilla capaz de dar un relevo de tres o cuatro minutos al capitán. Sí jugó Julen Olaizola, pero sus once minutos en cancha resultaron un sufrimiento. No tapó el rebote, sufrió en defensa y en ataque no fue capaz de acertar en situaciones cómodas. El papel de relevo de Doblas le viene más grande según avanza el curso. Tampoco aprovechó su oportunidad Will Hanley, muy blando ante los pívots rivales. Si a eso se une que Charles Ramsdell evidenció un día más que solo sabe tirar -y encima solo metió tres de sus diez tiros-, quedó claro que el GBC actuó con un juego interior muy flojo como para aspirar a ganar.

Pese a todo, el conjunto de Sito plantó cara al Bilbao Basket prácticamente hasta el descanso. Al término del primer cuarto perdía 24-14 después de anotar solo seis puntos en los siete primeros minutos pero luego se fue metiendo en el partido. Salgado estaba cómodo, Robinson iba poco a poco encontrando las sensaciones perdidas las últimas semanas y a ellos se unieron Winchester y Robinson para poner a los suyos a solo tres puntos (37-34) en el minuto 18.

parcial de 12-0 Para entonces ya no estaba Doblas en cancha. El empuje de los jugadores citados hizo posible que el GBC se mantuviera en partido, pero la ausencia del pívot fue haciéndose más notoria según avanzaban los minutos y en la recta final del segundo cuarto el equipo encajó un parcial de 6-0 que dejó el marcador en 43-34 al descanso, parcial al que se unió otro idéntico en la reanudación que ya rompió el choque: 49-34. Sin rebote, sin dureza y con un ataque descabezado por la falta de Doblas, el Gipuzkoa Basket no pudo mantener el pulso a su rival. Olaizola no podía ni en ataque ni en defensa, Salgado era superado por el físico de Grimau y a la hora de anotar los únicos argumentos eran Robinson -que se echó el equipo a las espaldas- y Winchester. Los demás estaban desaparecidos y la desventaja llegó hasta los 20 puntos (66-46), algo inferior al término del tercer cuarto (68-52).

El aspecto positivo del día -además de la recuperación de Robinson, que anotó más puntos ayer (24) que en los últimos tres partidos- fue que el GBC no se dejó llevar en el último acto y se esforzó por recortar la desventaja acumulada hasta entonces. Los hombres de Sito apretaron en defensa y confiaron su suerte en ataque al alero de Tacoma, que anotó diez de los siguientes catorce puntos de su equipo pese a fallar dos tiros libres. No fue suficiente para entrar en partido, ya que el Gipuzkoa Basket nunca rompió la barrera psicológica de los diez puntos, pero confirmó que el equipo no ha perdido su característico espíritu de lucha, un buen punto de partida para mejorar. Este esfuerzo final sirvió para aguantar el average particular con el Bilbao Basket, pero ahora mismo hay preocupaciones mayores, como recuperar a los lesionados Neto y Doblas y volver a encontrar el equilibrio en el juego. El equipo guipuzcoano ha pasado de acariciar la Copa a mirar de reojo la zona baja de la tabla, aunque aún el margen es confortable: tres victorias. Pero urge mejorar y, sobre todo, ganar al Manresa el próximo domingo en Illunbe. Para romper la racha y evitar sustos, porque luego el calendario vuelve a empinarse.