El sueño de disputar por segunda vez la Copa del Rey es cada vez más real para el Gipuzkoa Basket. La meta que parecía utópica hace menos de tres meses está al alcance del conjunto dirigido por Sito Alonso, que ganó en su visita al CB Valladolid (64-83) para sellar su octavo triunfo del curso y consolidarse en la séptima plaza de la Liga ACB. Teniendo en cuenta que acabará la jornada con una victoria de renta sobre el noveno y que tiene el mejor basket-average entre todos los implicados en la pelea, parece claro que un triunfo más será suficiente para figurar entre los ocho elegidos que disputarán el torneo del KO del 6 al 9 de febrero en el Martín Carpena de Málaga. Alcanzar esas nueve victorias y mantener ese buen average de ahora (+68) obligaría a sus rivales a lograr diez triunfos al término de la primera vuelta, lo que se antoja muy complicado. Lo peor es el calendario, ya que el GBC recibe en Illunbe al Laboral Kutxa -rival directo y que vendrá a Donostia obligado a ganar- y al imbatible Real Madrid, y visita luego a un Estudiantes que está en puestos de descenso pero parece reaccionar, después de ganar ayer en Santiago de Compostela.
El Gipuzkoa Basket tenía ayer un partido trampa en el Pisuerga, un escenario maldito, donde escribió una de las páginas más negras de su historia y donde casi siempre ha acabado con muy mal sabor de boca. Pero este equipo es distinto. Sito Alonso ha logrado conformar un bloque muy fiable, que siempre compite y da la cara. De las catorce jornadas celebradas hasta el momento, solo en dos de ellas, las visitas a Valencia y Gran Canaria, no ha tenido opciones de triunfo. De los doce restantes partidos, ha ganado ocho y en los otros cuatro ha estado con posibilidades reales prácticamente hasta la última posesión. El GBC es un conjunto sólido, con unos jugadores solidarios, que dan el 100% en defensa y que en ataque tienen su papel muy claro. Sito exprime las cualidades de todos por el bien común. Es la receta del éxito de un equipo que parte con uno de los presupuestos más bajos de la categoría y que, pese a ello, lleva desde la novena jornada sin bajarse de los ocho primeros puestos.
Estaba claro que el Valladolid, pese a su situación clasificatoria, no iba a resultar un rival sencillo, pero también que el GBC debía acabar imponiendo su calidad y su buen momento de forma a poco que mantuviera el nivel de partidos precedentes. Así fue. El equipo guipuzcoano no hizo su mejor juego durante los dos primeros cuartos y se marchó al descanso perdiendo por dos puntos (36-34) después de firmar un pobre 3/13 en triples. Los hombres de Sito fueron encontrando su juego en la reanudación. Dos triples de Winchester y otro de Ramsdell hicieron que el GBC empezara a desenvolverse con más alegría en ataque. Neto, Doblas y Robinson se repartieron los puntos en el tercer cuarto, pero el Valladolid aguantó el tirón, así que se mantenía la igualdad (55-57).
parcial de 6-17 El partido se desniveló en el último cuarto. Fue el capitán, Javi Salgado, quien tomó las riendas de la situación. Hasta ese momento llevaba un 1/5 en triples, pero a los jugadores de su talento y determinación no les importa lo más mínimo lo que han hecho antes. El vizcaino supo que era su momento y, con tres triples en apenas cinco minutos, lideró un parcial de 6-17 que destrozó al conjunto local y rompió la contienda. Una exhibición más del capitán, que este curso, saliendo desde el banquillo, está en uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Meter tres triples en un último cuarto, con la grada del Pisuerga apretando, no está al alcance de cualquiera. Pero Salgadovic ya nos tiene acostumbrados a este tipo de hazañas.
Su mejor apoyo en el día de ayer fue Jason Robinson. Qué gran jugador es el alero norteamericano, quien por cierto volvía a Valladolid, donde militó dos temporadas. No solo colaboró en ese parcial de 6-17 con un triple, sino que siempre estuvo ahí cuando el equipo lo necesitó: anotó 16 puntos, cogió siete rebotes, dio tres asistencias y robó tres balones. Además, no perdió ninguno. Robinson hace de todo, y casi siempre bien. Un lujo. Bajo el liderazgo de Salgado y Robinson, también sobresalieron Doblas (doce puntos y nueve rebotes), Neto (once puntos), Ramsdell (nueve puntos y nueve rebotes) y Winchester (once puntos con tres triples). El acierto del escolta es una buenísima noticia para un equipo que vive de su tiro exterior y que ayer volvió a alcanzar la decena de triples convertidos.
Con 61-74 a falta de cuatro minutos, el GBC no se relajó ni un ápice. Siguió defendiendo con intensidad y remató la faena ganando por 19 puntos (64-83). El average puede ser clave para entrar en la Copa y este equipo, ambicioso como pocos, no deja de luchar hasta el bocinazo final. Con la actitud y el entusiasmo que transmite, y el buen momento de forma y confianza que atraviesan sus jugadores, el Gipuzkoa Basket promete más días grandes. El billete para la Copa sería un premio mayúsculo para un equipo ilusionante, que ya tiene en el zurrón ocho victorias y ahora se prepara para afrontar dos partidazos en Illunbe, por donde pasarán el Baskonia y el Real Madrid. Esto promete.