fortín. "Una de las obras que se levantan en los atrincheramientos de un ejército para su mayor defensa", según definición de la RAE. Esta palabra que tiene su origen en la guerra se usa en multitud de ocasiones en el mundo del deporte. "Tenemos que hacer de nuestra cancha un fortín", es una frase repetida mil y una vez en el baloncesto o cualquier otro deporte. Al inicio de cada temporada, uno de los objetivos que se marcan todos los equipos es hacerse fuertes en su casa, ante su público. Hacer de tu campo una fortaleza, un fortín, un lugar inaccesible para los rivales.

En la elite del basket hay canchas como la del Gran Canaria, el Manresa o el Fuenlabrada que reciben la consideración de fortín porque esos equipos, desde su modestia, han basado sus recientes éxitos haciéndose fuertes en casa. Tienen además otra característica común: son campos pequeños, con el público muy encima y que así logran presionar a los rivales y a los árbitros. Esta misma semana, en acb.com se puede leer un reportaje en el que se califica de "fortín" el pabellón Santiago Martín, donde el recién ascendido CB Canarias ha ganado siete partidos de forma consecutiva.

Nadie, sin embargo, se ha hecho tan fuerte en su casa como el UPV, el equipo donostiarra que un año más va líder de su grupo en la Liga Femenina 2 y que salvo hecatombe volverá a disputar la fase de ascenso a la máxima categoría. El Gasca, donde las jugadoras de Azu Muguruza entrenan y juegan, sí es un fortín de verdad. La última derrota local se produjo hace más de dos años, el 15 de enero de 2011, contra el Canoe, uno de los equipos punteros de la división de plata. Desde entonces, el UPV ha ganado 28 partidos seguidos como local: los seis que sucedieron a aquel tropiezo en la temporada 2010-11, los catorce encuentros de la 2011-12 y los ocho que ha jugado hasta ahora este curso.

La cifra, espectacular por irrepetible -aunque puede seguir creciendo desde este mismo sábado con el duelo ante el Fundación Promete, noveno clasificado- sorprende a la propia entrenadora. "Sé que llevamos tiempo invictas en el Gasca, pero no sé cuántos partidos son. ¿28? Madre mía, es alucinante. En todos los años que llevamos en Liga Femenina 2 siempre hemos estado fuertes en casa, pero venía algún equipo que nos ganaba. Lo que sí es verdad es que cada temporada estamos siendo más regulares. Raro es el día que el equipo se viene abajo, siempre estamos ahí en el partido".

Las jugadoras universitarias se sienten muy cómodas y seguras en sus fuerzas cuando actúan como locales: "Salen confiadas y motivadas. El año pasado y este hemos estado muy arriba y para eso tienes que ser muy fuerte en casa. Ha habido partidos que hasta el descanso no hemos estado muy bien, pero al final siempre encontramos la manera de sacar la victoria".

cerca de otra fase de ascenso

Líder a cinco jornadas del final

A cinco jornadas del final de la Liga Regular, el UPV es líder con un balance de catorce victorias y tres derrotas, con el citado 8-0 como local. Su clasificación para la fase de ascenso está en el bolsillo, ya que entran los cuatro primeros y el equipo de Azu Muguruza aventaja en cuatro victorias al quinto: "Preveía una liga más competida del octavo para arriba, porque el nivel medio ha crecido, pero nos están saliendo muy bien las cosas. El equipo está muy bien".

La entrenadora donostiarra está muy satisfecha con la plantilla que maneja: "Las dos nuevas, Stephanie Madden y Miriam Forasté, se han adaptado muy bien, y luego hay jugadoras que llevan tres o cuatro años con nosotras, que eran unas pipiolas y que ahora se han consolidado en la categoría y aportan muchísimo, como Leyre Díaz y Onintza Aduriz. Luego están Iulene Olabarria y Eunate Otegui, que tienen un saber estar muy importante. Las más jóvenes, Edurne Segues y María Trueba, van entrando poco a poco y encima tenemos a Arantxa Novo, que añade a sus cualidades un compromiso enorme". La base es una de las mejores jugadoras de Liga Femenina 2 y, pese a haber recibido buenas ofertas, sigue en Donostia. Azu lo explica: "Ella valora mucho estar aquí, le gusta el trabajo que hacemos y ha primado eso al aspecto económico".

La desilusión del pasado verano, cuando la falta de apoyos económicos impidió que el UPV ascendiera a Liga Femenina -acabó tercero pero le ofrecieron plaza por las renuncias ajenas-, no ha hecho mella en el equipo: "Si al final entramos en la fase de ascenso, la afrontaremos como siempre, a muerte. Intentaremos subir. Las jugadoras no se preocupan ahora de si nos apoyarán económicamente o no. Compiten y mejoran a base de jugar ese tipo de partidos".