Donostia. El resultado fue el lógico y el esperado, ya que si nadie hasta ahora había sido capaz de derrotar al Real Madrid difícilmente este Lagun Aro GBC lo iba a lograr, pero las sensaciones que emitió el equipo no fueron en absoluto malas y eso es muchas veces lo que cuenta en partidos como este, tan desnivelado a priori. El conjunto de Sito sucumbió por 14 puntos (71-85) ante el líder de la ACB, precisamente con 14 victorias en otros tantos encuentros, pero lo hizo dando la cara y estando con opciones incluso de discutir el triunfo en el último cuarto, cuando llegó a ponerse a nueve puntos. Pero le faltaron argumentos -y le sobraron errores- ante el Madrid, un rodillo que hoy por hoy es muy superior a los demás equipos de la liga.
El Lagun Aro ha salido bastante bien parado de la semana previa a las Navidades, especialmente intensa por el doble compromiso frente al CAI y al Madrid. Más allá de la victoria ante los maños, ha cambiado totalmente su cara respecto a los anteriores compromisos, saldados con duros marcadores en contra y una imagen por los suelos. El equipo que parecía agonizar ha despertado justo en los dos últimos compromisos y ha mostrado una competitividad apenas vista en las doce primeras jornadas. Ayer la victoria se negó, pero el Lagun Aro compitió en un partido en que el gran riesgo era recibir una paliza que dejara la moral maltrecha. El equipo de Sito lo evitó y al menos mantuvo el ánimo alto de cara al último compromiso de 2012, ante el Blusens.
Dos canastas de Salgado pusieron un ilusionante 5-0 inicial en Illunbe, que registró una entrada bastante buena (6.490 espectadores) para recibir al Real Madrid de Pablo Laso, que tras cuatro años en Donostia fue recibido con pitos y aplausos a partes iguales. La ventaja inicial fue un espejismo, porque pronto el Real Madrid empezó a anotar con una gran facilidad y logró un parcial de 2-22 con el que abrió hueco en el marcador (7-22). El Lagun Aro se recompuso en los últimos instantes del primer cuarto y los primeros minutos del segundo gracias al empuje de Neto y Dani Díez, que con su energía mantenían vivo el duelo (19-23). Sin embargo, Laso devolvió a la cancha a Sergio Llull, que mostró un nivel estratosférico y se bastó para romper el partido con su velocidad y acierto. El base metió cinco triples e hizo que el Madrid se marchara al descanso ganando por 34-50.
El Lagun Aro, lejos de amedrentarse, dio un paso adelante en la reanudación y redujo la desventaja a diez puntos (42-52) gracias a las canastas de Taylor, que hizo un buen partido exceptuando sus pérdidas de balón, seis, una cifra excesiva, dos de ellas después de cometer pasos de salida, un error habitual entre los americanos debutantes en Europa. Fueron precisamente las pérdidas de balón las que detuvieron ese empuje local e impidieron al Lagun Aro pelear con más convicción por el triunfo. Hasta 22 ataques de los de Sito Alonso acabaron sin lanzar a canasta, un lastre sea cual sea el rival y un problema que se está repitiendo con demasiada asiduidad. De hecho, el Lagun Aro es el equipo de la ACB que más balones pierde, con 17 por partido.
del -20 al -9 El caso es que el Real Madrid aprovechó la circunstancia para marcharse de veinte puntos (42-62), lo que no evitó que el equipo de Sito hiciera un último y elogiable esfuerzo por reengancharse. Dos triples de Papamakarios y Dani Díez, y un espectacular mate de Taylor a pase de Neto hicieron que el Lagun Aro se acercara a nueve (63-72) y que, gracias a su esfuerzo defensivo, tuviera incluso un par de opciones para asustar al Madrid, especialmente con un triple que Papamakarios falló pese a tirarlo en una posición cómoda. Estos buenos minutos coincidieron con Dani Díez en el puesto de falso cuatro, una apuesta que le salió bien a Sito porque ayer Qyntel Woods volvió a estar desaparecido y había que arriesgar. Tras brillar cuatro días antes, el americano se quedó ayer en cuatro puntos. Los intentos locales terminaron ahí, en el 63-72, porque el Real Madrid metió dos canastas consecutivas y decidió el choque gracias a las genialidades de los dos Sergios, Llull y Rodríguez.
La derrota entraba evidentemente en los planes, pero al menos el Lagun Aro salvó los muebles y dio una buena imagen ante su público, lo que no es poco. La reválida llegará el 29 de diciembre en Santiago de Compostela, ante el Blusens, donde la exigencia será mayor. En tierras gallegas el equipo de Sito está obligado a ganar, porque no olvidemos que ahora mismo sigue en posiciones de descenso -por cuarta jornada consecutiva- y tiene un paupérrimo balance de 2-12 que urge mejorar. Una derrota supondría encarar el año que viene en una delicadísima situación, pero si mantiene la actitud de los dos últimos partidos y si Woods muestra su cara buena, hay opciones de lograr una victoria que permitiría afrontar 2013 con bastante más optimismo.