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Factor diferencial

Berasaluze y Zubieta imprimen una dolorosa derrota a Bengoetxea VI-BarriolaEn la final del Torneo Ciudad de San Sebastián del próximo viernes la pareja se enfrentará a Irujo y Albisu

Factor diferencialFoto: rubén plaza

Duración: 1h 21:38 minutos de juego.

Saques: 2 de Berasaluze VIII y 2 de Bengoetxea VI.

Pelotazos: 606 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 8 de Berasaluze VIII, 4 de Zubieta y 8 de Bengoetxea VI.

Errores: 2 de Berasaluze VIII, 5 de Zubieta, 2 de Bengoetxea VI y 4 de Barriola.

Faltas de saque: 1 de Bengoetxea VI.

Marcador: 1-3, 1-4, 2-4, 2-5, 3.7, 4-7, 5-8, 6-11, 6-12, 7-14, 13-15, 14-15, 17-16, 18-17 y 22-17.

Incidencias: Buena entrada en el Atano III para presenciar la semifinal del torneo Ciudad de San Sebastián. La final se jugará el próximo viernes 17 de agosto.

donostia. Los invencibles leitzarras Bengoetxea VI y Barriola cayeron ayer de la atalaya que les acunaba en formación increíble, que les hacía obviar la derrota y les mantenía en idilio permanente con la victoria. Pues bien, en una cita marcada a fuego porque Oinatz y Abel ya conocen juntos el triunfo en el Ciudad de San Sebastián (2007 y 2010) llegaron desde atrás Pablo Berasaluze y Aitor Zubieta para arrebatarles cualquier vitola de indomables. A la décima fue la vencida. Antes, el cementerio de partidos de los leitzarras estaba abonado por parejas de lujo y en el Atano III parecía que Pablo y Aitor se iban a sumar a tan infausta lista de binomios caídos ante el poder de Leitza.

Montando de salida un paseo militar con pelotas toscas, con material complicado de mover, para evitar que el coloso etxarriarra disfrutara, los navarros se embolsaron dos tantos de un solo golpe: por un lado, Zubieta, pegador que disfruta con pelotas con bote, no gozaba, y por el otro, Berasaluze no encontraba cuero cerca del frontis. Esta circunstancia cedió todo el protagonismo a Oinatz, con chispa. Abel, mientras, a falta de igualar la pegada de Aitor, solventaba todo con unas piernas de púgil maratoniano, cubriendo cancha y evitando la reacción del berriztarra en la delantera.

Ampliaron los leitzarras a toque de trompeta las distancias en el luminoso hasta el 6-14 a base de acogotar a Aitor. Sin embargo, el etxarriarra se destapó después, cuando el viento empezó a golpearle a favor. Dos chapas y un bote raro en el piso del frontón guipuzcoano volvieron a dar esperanzas al genio vizcaino y a un ascendente Zubieta. Y le dieron la vuelta al envite aunque parecía increíble. Indómitas, las dos manos de Aitor supusieron el factor diferencial del duelo. Carburando las dos magníficas palancas del guardaespaldas de Aspe, Barriola empezó a sufrir y Bengoetxea pasó de atacar a defender. Y Pablo, entonces, se reencontró con el remate. El berriztarra, un diablo, se relamió en ocho ocasiones, esbozando sus magníficas prestaciones con la parada y el gancho. Diluidos en la orilla, apenas pudieron levantarse los leitzarras en un encuentro muy duro que eleva a Aitor y Pablo a la final frente a Irujo-Albisu.