DONOSTIA. "Nuestro objetivo es que el bote vaya igual de rápido que el año pasado". El mensaje nació de la boca de Mikel Orbañanos en pretemporada y ahora rebota de regata en regata con la voz, por ejemplo, de su patrón Joseba Amunarriz. Cuando uno busca sensaciones en lugar de puestos, cuando cimienta su trabajo en busca de una remada en lugar de un título, puede ocurrir lo visto este fin de semana. Hondarribia, que tampoco es que pueda esconder el equipazo con el que cuenta en sus bancadas, arrancaba la temporada bajo el aparatoso dúo de aspirantes que forman Urdaibai y Kaiku. Con la discreción y serenidad que gasta su entrenador, se ha plantado en el inicio de la Liga con los deberes hechos y con un estado de forma inmejorable.

Se llevó la primera bandera en Zierbena y este fin de semana ha cosechado un doblete que, además, ha llegado con dos regatas bien parecidas, cosidas con un mismo patrón. La Ama Guadalupekoa es una trainera paciente, que deja a sus rivales subir revoluciones y coger distancia. Ella lleva su ritmo, fiel a su remada, y controla la popa rival esperando que llegue su momento. La embarcación hondarribiarra saca su artillería en el tramo final, en la última milla. Tanto el sábado como ayer mismo recortaron distancias con una acertada última ciaboga y después, en el último largo, sacaron a relucir todo su poderío para dejar atrás a sus rivales y llegar a meta en solitario. Así ganaron en Portugalete y así ganaron ayer en Zarautz: dejando una estela verde en la última milla.

La cuarta jornada de la Liga San Miguel parecía estar destinada a ser un pulso entre Kaiku y Hondarribia, los dos equipos que llegaban empatados en lo alto de la clasificación, incluso se intuía un posible paso adelante de Urdaibai, quien la víspera había mostrado una buena cara. Pero la Bandera Eusko Label se convirtió en una regata a tres bandas en la que no solo hubo que estar atento a lo que hacían los dos botes verdes en la última tanda, sino que había que tener en cuenta los registros firmados por embarcaciones de las dos primeras mangas.

Pedreña, Portugalete, Zierbena y Zumaia arrancaban el espectáculo con la firme intención de arañar el máximo posible de puntos para huir de la cola, pero lo cierto es que la Jarrillera consiguió deshacerse de los problemas que no le dejaban rendir como deseaban y puso pies en polvorosa desde la primera palada. Ya en la primera ciaboga los de Aizperro giraban con dos botes de ventaja sobre Pedreña y, tras el giro, la brecha entre las dos traineras se agigantó.

A esa primera ciaboga Zierbena llegaba con un segundo ventaja sobre Zumaia, que venía de una regata desastrosa en Portugalete. Para colmo de males, los guipuzcoanos rompieron el remo corto en la ciaboga y su proel tuvo que manejarse desde entonces con el remo reserva. En los dos siguientes giros perdieron tiempo, pero en los largos su remada sirvió para dejar atrás a una Zierbena que, aunque cuaja unos primeros largos muy competitivos, se hunde cuando se ve superado por sus adversarios.

Portugalete compitió toda la tanda contra si mismo. La embarcación, gobernada de nuevo por Xabier Rodríguez, llegó a meta con 15 segundos de ventaja sobre los cántabros, 30 sobre Zumaia y 40 sobre Zierbena. Para los de Josean Olaskoaga era un alivio dejar atrás tres rivales, pero lo que no se sabía todavía es que su tiempo iba a ser muy difícil de superar en las siguientes tandas.

tirán nunca se rinde La segunda tanda fue un calco de la primera, solo que esta vez en Tirán escenificó el papel de Portugalete. Los de Daniel Pérez encontraron un poco de resistencia en Astillero, pero en el segundo largo abrieron una brecha que aumentaría hasta los 16 segundos en meta. Por detrás, la sorpresa en San Pedro. Los pasaitarras no rindieron con la misma alegría que en regatas anteriores y firmaron un discreto tiempo que les sirvió para ser novenos.

Tirán, que siempre cuaja un último largo muy exigente, tuvo que exprimirse al máximo para rebajar el tiempo de Portugalete. Solo lo hizo por seis segundo, pero la diferencia se aumentó a nueve porque la Jarrillera fue sancionada con tres segundos por irregularidades en su salida.

En la tanda de honor Kaiku intentó imponer su potencial. En los largos de ida conseguía ponerse en cabeza, pero la Ama Guadalupekoa tiraba de técnica para sacar oro de las olas y recortar en la vuelta. Ambas traineras competían contra los registros de Tirán y no tardaron en dejar atrás a Urdaibai y San Juan, que serían sextos y séptimos respectivamente.

Al final del tercer largo, Hondarribia exprimió la ciaboga con su trainera nueva y no tardó en darle caza al equipo de José Luis Korta, que una vez más no pudo sentar todo su potencial en las bancadas. A partir de ahí continuó la exhibición de la Ama Guadalupekoa. Hizo falta una lupa para dar a los hondarribiarras la bandera. Aventajó a Tirán en 16 centésimas.