Trabajador incansable, exigente, innovador, apasionado, perfeccionista, optimista, motivador, dialogante, inteligente, responsable, coherente. Son los adjetivos con los que describen a Sito Alonso cuatro personas que conocen muy bien al técnico del Lagun Aro GBC -su padre Alfonso Alonso, Guillermo Uguet, Aíto García Reneses y Antonio Alonso-. Los cuatro, además de gozar de la confianza de Sito, tienen algo más en común: en su momento confiaron en él cuando no era tan fácil ni tan obvio hacerlo.
"Iba al colegio botando el balón y volvía igual", recuerda su padre, Alfonso Alonso, de quien Sito heredó su pasión total por el baloncesto. Él fue quien le puso al frente de su primer equipo. Fue cuando el pequeño Alfonso tenía once años, una edad en la que parece imposible pensar como un entrenador. "Yo estaba de coordinador de baloncesto en el colegio Compañía de María de Zaragoza. Le di a un jugador del CAI un equipo de chavales, pero por uno u otro motivo faltaba mucho, así que se quedó con el equipo Alfonso (su padre es una de las poquísimas personas que no le llama Sito). Aunque parezca mentira, yo le veía ciertas cualidades para entrenar". Cualidades que comenzó a desarrollar entrenando a varios equipos en el club Helios: "Por ejemplo, con un equipo de chicas logró jugar el Campeonato de Aragón. Tenía ya cierta habilidad para sacar rendimiento a los equipos. Siempre ha sido una persona muy responsable, desde pequeño. Tenía obsesión con el baloncesto, pero llevaba bien los estudios".
guillermo uguet
Su 'protector' en Monzón
Tras esos primeros pasos en los banquillos, Sito Alonso recaló en el Monzón, un club que ha marcado su trayectoria deportiva, tal y como él ha reconocido en alguna ocasión. Allí estuvo nueve temporadas, en las que pudo plasmar todas las ideas que bullían en su joven cabeza de entrenador. Sito compaginó al principio la faceta de jugador en el equipo de Primera Nacional con la de entrenador de equipos de base. El actual técnico del Lagun Aro tenía las llaves del pabellón y empezó a dedicarse a su pasión, los banquillos, con total libertad. Quien se lo permitió fue Guillermo Uguet, presidente del CB Monzón y una persona clave en la trayectoria de Sito. Pronto se vio que no era un entrenador más. Él apenas había superado la mayoría de edad y se puso a entrenar a un equipo de chavales de 13-14 años. "Partía al equipo en dos y entrenaba por turnos a las siete de la mañana. Era una manera de sacar más horas al día y de medir el interés de los chicos. Esos valores de esfuerzo se aplican también a la vida", cuenta Uguet.
El presidente se volcó con Sito. A los dos años de entrar en el club pasó a ser segundo entrenador del equipo de EBA -que entonces era la segunda división tras la ACB- y dos años después se hizo cargo del equipo. "Se le dio toda la confianza simplemente porque la merecía. Un entrenador tan joven suele estar muy presionado por los resultados, así que nuestra misión era protegerlo para que pudiera trabajar tranquilo".
En aquella época la EBA tenía una filosofía de formar jugadores y solo cuatro de los integrantes de la plantilla podían tener más de 21 años. "Básicamente, Sito era como es ahora. Sin reloj, sin días de la semana. Era un estudioso, buscaba todas las formas posibles y una más". Su ética y capacidad de trabajo caló en algunos jugadores, pero en otros no: "Hay que encontrar jugadores receptivos. La mayoría no aguantaban trabajar seis o siete horas al día en la EBA. Ese hambre que él tenía necesitaba que los demás también lo tuvieran y aquí había jugadores que le odiaban, porque a bote pronto odias al que te exige. Este tipo de entrenadores son desagradables para los que no tienen espíritu".
su padre, alfonso
Kilómetros en coche para charlar de baloncesto
Sus cinco años al frente del Monzón de Liga EBA fueron como un máster de entrenador para Sito Alonso. Se dedicó a ello en cuerpo y alma. Experimentó, acertó, falló, rectificó. Siguió formándose. "Solía coger el coche y se iba a Girona o a Badalona a ver entrenamientos de los equipos de ACB. Hablaba con todo el mundo. Siempre escuchaba. Le gustaba indagar y se atrevía a hacer cosas. Pasábamos buenos ratos comentando los entrenamientos y los partidos. Solía venir su padre desde Zaragoza (hay 144 kilómetros entre ambas localidades) y seguían hablando de baloncesto", cuenta Uguet.
Alfonso Alonso destaca la figura del presidente del Monzón en la trayectoria de su hijo: "Allí trabajó con Guillermo, una persona muy válida, un hombre que le gusta hablar. Le dejaron trabajar, trabajó mucho, se equivocó mucho también, pero le apoyaron siempre. Es importante en el aprendizaje encontrar ese tipo de gente". En Monzón, Sito aplicó algunas de las enseñanzas de su padre: "Llegó un momento en el que me hacía preguntas que yo no le sabía contestar, pero yo le insistía mucho en que no copiase. Aprender de todos e investigar, sí; copiar, no. Y eso lo ha llevado a rajatabla. Le veía hacer cosas que se las inventaba él. Algunas eran buenas, otras no tanto".
Al inicio de su décima temporada en el Monzón, la sexta al frente del equipo de EBA (la 2004-05), Sito recibió la llamada del Joventut, que le ofreció hacerse cargo del CB Prat, equipo vinculado de la Penya. Tenía 28 años. "Simplemente le pregunté si estaba seguro de aceptarla. Me dijo que sí, y le dije que aprovechara la oportunidad", cuenta Uguet.
Fue el fin de la relación profesional entre ambos, pero el gran respeto mutuo continuó. "Cuando pierdo, me llaman cuatro o cinco personas", dijo en una ocasión el propio Sito Alonso. Una de esas personas es el presidente del Monzón, que fue quien le mandó un mensaje de texto cuando el Lagun Aro estaba a punto de entrar en la Copa, un SMS que Sito compartió en una rueda de prensa. "Toca seguir disfrutando. Oídos sordos a los halagadores, con respeto, y a por el objetivo final. Si mientras por el camino sale ir a Barcelona, mejor, pero debe ser un medio, nunca un fin", rezaba el mensaje. Pura filosofía Sito. "Le escribí otro cuando se clasificó para el play-off", revela Guillermo Uguet. "Le puse algo así como ¿Lo celebramos ya y nos conformamos o intentamos ganar los cuartos de final? Tengo claro que él y sus jugadores no se van a rendir".
aíto garcía reneses
Su espejo, su referencia
En la Penya coincidió con Aíto García Reneses, entonces entrenador del Joventut y otra figura clave en la trayectoria de Sito Alonso. El mítico entrenador madrileño ya conocía a Sito antes de reclamar sus servicios para el Prat. "Vino a varios campus que organizaba yo en Barcelona hace más de veinte años. Era un crío y jugaba con su camiseta del CAI, que era más grande que él. Luego, cuando estaba en el Monzón, solía venir a entrenamientos del Barcelona cuando yo estaba allí. Había cubierto buenas etapas en Monzón y mostró una ilusión enorme por venir", cuenta a este periódico el propio Aíto, que un año después, en 2005, ya pidió a Sito que fuera su ayudante al frente del Joventut: "Había hecho una muy buena labor con los jóvenes, se identificó rápido con los valores del club y venía a todos los entrenamientos del primer equipo".
Esas tres temporadas como entrenador ayudante hicieron que Aíto García Reneses se convirtiera en una de sus grandes referencias: "Puede ser que sí, pero al mismo tiempo ha absorbido de otros y, sobre todo, tiene su propia personalidad. Destacaría esa pasión tan grande que tiene que le hace vivirlo con intensidad. Consigue que todos en el equipo se entreguen a ese espíritu".
En el verano de 2008, con la marcha de Aíto, Sito coge la batuta del Joventut hasta marzo de 2010. Temporada y media intensa, con su primer gran revés -la destitución- pero de gran aprendizaje para él, tal y como reconocen sus más cercanos. "Su paso por la Penya le enseñó mucho, sobre todo cuando le despidieron. Para mí fue una pequeña injusticia", dice su padre. "Le comenté que hasta que no le echaran no iba a ser entrenador. De todo hay que aprender", añade Guillermo Uguet. "En muchos sitios pensaron que era un gran entrenador de base, no de elite. Sé que tuvo ofertas importantes para hacer ese tipo de trabajo, pero él entonces no quería eso. Quería otro reto", desvela el presidente del Monzón.
antonio alonso
El impulsor de su llegada al Lagun Aro GBC
Después de año y medio en paro y algunos ofrecimientos que no le llenaban, llegó una oferta que sí escuchó, la del Lagun Aro GBC. Pero, ¿por qué el club guipuzcoano se decidió por él? Antonio Alonso, secretario técnico del GBC, tuvo parte de culpa en la elección, entonces arriesgada y ahora alabada. Los que dieron el OK definitivo a su llegada fueron Gorka Ramoneda, Germán Cea y Miguel Santos, las tres personas que se entrevistaron cara a cara con Sito. "Pensamos en un perfil de entrenador. Queríamos un técnico que comprendiera nuestra filosofía y que respetara nuestra línea de trabajo, que no dijera a mitad de temporada que quería quitar a un jugador y poner a otro, que pudiera cumplir un ciclo, que trazara un camino a medio plazo. Y queríamos a alguien que además tuviera experiencia en la ACB. Sito se acercaba mucho a ese perfil", resume Antonio Alonso, que se ha convertido en uno de los hombres de confianza del técnico en el club.
"Hablamos con mucha gente. Vimos que es un entrenador preocupado por su continuo aprendizaje, que transmite ilusión. Los informes humanos eran positivos. Tenía experiencia en la ACB y en Europa. Había muchas cosas a favor de su contratación", añade Alonso.
Su capacidad de trabajo no ha sorprendido en el club. Otras cosas sí: "Esa fuerza y esa ilusión que tiene es más importante todavía. Nos lo habían dicho pero hasta que no lo tienes cerca no lo adviertes de verdad".
El balance de dos victorias y ocho derrotas a principios de diciembre no varió su forma de actuar ni de pensar. "Con 2-8 estaba tranquilo", asegura Guillermo Uguet. "El club también tuvo paciencia, ¿eh? El inicio fue tremendo, hay que reconocerlo", dice su padre. A partir de ahí, la historia es conocida: una reacción fulminante y éxitos históricos, con Sito Alonso en la cumbre de la ACB.
¿Qué ha hecho el propio Sito para que esto haya sido posible? "Mantiene esa pasión, pero es que además ha tenido la madurez de saber adaptarse a una plantilla veterana como la del Lagun Aro. Una de las cualidades de un entrenador es estar en el punto máximo de exigencia a la plantilla. Ha acertado plenamente", resume Aíto. Alonso da otra clave: "Su coherencia. Es coherente hacer una falta contra el CAI para tener la última posesión, la metas o no. Eso es lo que realmente convence de Sito. Todo lo hace con un sentido".