OÑATI. Tras diez años de persecución obstinada, Samuel Sánchez, que debutó en la Vuelta al País Vasco en 2002 y suma desde entonces tres podios y seis triunfos de etapa, acaricia el sueño de ganar la ronda vasca tras el golpe de mano de hoy en Oñati, donde se ha jugado el triunfo de etapa con Joaquim Rodríguez. Fue más rápido el catalán, que mantiene el maillot amarillo con 9 segundos de ventaja sobre el líder de Euskaltel-Euskadi. Pero el botín para Samuel ha sido suculento: ha distanciado en 23 segundos más a Chris Horner y Tony Martin, los rivales más peligrosos para la crono de mañana en Oñati. La diferencia con el americano es ahora de 35 segundos, mientras que el alemán, campeón del mundo contrarreloj, saldrá con 47 segundos más de peso en el bolsillo que el asturiano.

La etapa que cruzó Gipuzkoa de este a oeste, de Bera a Oñati, ha sido dantesca. Lluvia, frío, granizo… “Una locura de carrera”, ha calificado Joaquim Rodríguez, que recordó las pruebas de juveniles, las de sálvese quien pueda. Incontrolable durante todo el día, esquizofrénica, San Asentzio ha marcado el punto de inflexión de la etapa. En sus rampas se ha marchado Kiserlovski, mientras que el grupo de los favoritos se ha descompuesto hasta quedar en los huesos. Sin compañeros, derrotados por el esfuerzo, Samuel ha tomado la responsabilidad en varios tramos de la ascensión para intentar que el croata del Astana, un tipo peligroso, no acumulara una ventaja insalvable. En la cima de San Asentzio, a una veintena de kilómetros de meta, rondaba el minuto.

Camino de Oñati se redujo. Y a la entrada del repecho definitivo, una senda estrecha y empinada situada a cuataro de meta, apenas tenía 30 segundos. Tony Martin, que tras la llegada a Ibardin conservaba fundamentadas opciones de ganar la Vuelta, ha marcado el paso en el primer tramo del repecho. Era una advertencia. No amilanó, sin embargo, a Purito, que es incontenible. En la parte final de la ascensión se ha lanzado como un misil y solo ha encontrado la respuesta de Samuel Sánchez. Juntos han superado a Kiserlovski y se han lanzado en un descenso angosto y peligroso en el que el asturiano, más hábil, ha cogido unos metros.

Purito y Samuel se han reagrupado en los dos últimos kilómetros llanos. Pero no se dirigieron la palabra. No había nada que decir. Estaba todo claro. Samuel ha asumido el peso de mantener la diferencia con los perseguidores mientras el catalán tenía en mente el triunfo de etapa, el segundo. “Era lo lógico”, valoró luego Joaquim. “Él tiene un punto más para ganar esta Vuelta y mi objetivo son las etapas”. De todas maneras, Purito, que sigue de líder con nueve segundos de ventaja respecto al corredor de Euskaltel, anuncia que peleará por un puesto en el podio. “Ya fui cuarto en 2010 y me merezco subir al cajón”. Mientras, Samuel acaricia el triunfo en la general de la Vuelta al País Vasco que persigue desde hace diez años. Le quedan los 18,9 kilómetros de la crono nerviosa de mañana en Oñati, en la que saldrá con la bicicleta de contrarreloj, pero una rueda lenticular trasera más ligera de lo habitual.