Parecía imposible parar al Gipuzkoa Basket, pero el Lucentum Alicante bajó a los guipuzcoanos de la nube que les llevaba en volandas hacia un techo que no parecía tener tope. Un tropiezo en el camino de un GBC que está realizando una temporada para enmarcar. Hasta los mejores fallan alguna vez.

Que nadie dispare las alarmas. El Lagun Aro ha demostrado que merece estar arriba, luchando con los más grandes de la Liga ACB. Partidos como este sirven para que el equipo no se despiste en ningún momento. No siempre va a ganar, aunque se estuviese acostumbrando a ello. Ahora toca aprender de los errores y luchar por los nueve partidos que quedan para conseguir el sueño que ronda por todas las cabezas de los aficionados guipuzcoanos: el play-off.

La derrota frente a Alicante delega al Gipuzkoa Basket a la sexta posición, empatado en victorias con Valencia Basket y el propio Lucentum, pero no es momento de bajar los brazos, ya que este domingo el Real Madrid visita Illumbe. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero, a estas alturas, ¿quién no confía en este equipo?

El duelo de Alicante se presagiaba tosco, rudo, correoso. Frente a frente los dos equipos revelación de esta campaña. El Lucentum Alicante saltó dispuesto a cortar su mala racha en detrimento del buen momento de los de Sito Alonso, que acumulaban cuatro victorias seguidas. Los alicantinos recuperaban a uno de sus principales anotadores, Tyrone Ellis, lesionado desde la Copa del Rey y, que junto con Ivanov y Llompart, formaba el peligro ofensivo de los locales. Por su parte, el GBC se presentaba con todos sus efectivos y con Sergi Vidal que parecía recuperado de sus problemas en el adductor.

El encuentro comenzó con un toma y daca de canastas entre ambos equipos, con Panko y Vidal comandando una vez más al Lagun Aro. El alero catalán trajo de cabeza a Txus Vidorreta, que veía desde el banquillo como ni Dewar ni Stojic eran capaces de frenarle. Bajo el buen comando de Javi Salgado y la garra de Andy Panko, el GBC imponía su juego y se volvía a lanzar en ataque con 23 puntos en el primer acto. Fue Pedro Llompart, uno de los mejores bases de la presente campaña, el encargado de enderezar a los suyos y frenar el arreón donostiarra. El mallorquín hizo mucho daño a los de Sito Alonso y terminó el partido con 15 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias.

Los primeros diez minutos fueron los únicos en los que el GBC se encontró a sí mismo. El segundo cuarto comenzó con numerosos despistes defensivos de los guipuzcoanos que el Alicante supo aprovechar para conseguir canastas fáciles. Uno de los duelos más esperados del encuentro, el de Andy Panko y Kaloyan Ivanov, se decantaba del lado del de Harrisburg. Andy supo parar a su contrincante en la lucha por el MVP, quien no era capaz de aportar puntos para su equipo. Por su parte, el norteamericano machacó el aro rival con 20 puntos en su partido 250 en la ACB, aunque no sirvieron para llevar a su equipo a la victoria. Pero, a falta de Ivanov, apareció el veterano Lamont Barnes (11 puntos y 10 rebotes), y, con la ayuda de Stojic y Ellis, los locales se colocaron 31-27 en el ecuador del segundo tiempo.

Sito Alonso decidió dar unos minutos de descanso a Panko y a Vidal, y el equipo notó su ausencia en ataque. Ni Salgado ni Baron eran capaces de encontrar el aro, así que fue Andy Betts (12 puntos) el que tiró de experiencia para imponerse en la pintura y mantener a su equipo en la pugna por la victoria. Al descanso quedaba todo por decidir (37-39).

el tercer cuarto, lapidario Fue después del paso por vestuarios cuando el GBC perdió el norte. Los alicantinos apretaron mucho la defensa, lo que provocó que se cargasen de faltas rápidamente y entrasen en bonus desde el minuto tres. Un hecho que beneficiaba al Lagun Aro, pero que no supo aprovechar. El equipo tenía muchos problemas en ataque y le costaba anotar, y el tiro libre se convirtió en la única vía para ir sumando en el marcador. Un parcial 16-5 en los primeros cinco minutos de este cuarto daba alas a un Alicante que veía cómo la victoria que tanto necesitaba estaba cada vez más cerca.

El partido se había puesto cuesta arriba, pero el GBC no tiró la toalla. Sito Alonso sacó la artillería pesada para remontar el partido: Salgado, Vidal, Baron, Panko y Doblas. Un quinteto de killers para desatascar el ataque del conjunto guipuzcoano. Nada más empezar, el Sheriff sacó su pistola, apuntó y dio en el clavo. Triple de Panko para poner al GBC a tres. Los nervios empezaban a palparse en Alicante, cuando Jimmy Baron apareció para empatar el marcador. La grada enmudeció, el GBC estaba en el partido.

Pero ni con esas. Ayer no era el día del Lagun Aro. Después del empate, el equipo no supo seguir con la remontada y recibió un parcial final de 20-9. Vidal perdía balones, Panko se botaba en el pie… Un mal día para un equipo al que se le estaba olvidando perder. El Lucentum supo dar en el clavo, dejando a los guipuzcoanos en tan solo 68 puntos. El GBC se quedó con hambre. Que tiemble el Madrid.