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Baron encumbra al equipo

Un triple sobre la bocina del escolta da una victoria de oro a un Lagun Aro irregular, pero valiente y luchador como siempre, que vuelve a la sexta posición tras superar a un rival directo como el CAI

Baron encumbra al equipoGorka Estrada

Donostia. El Lagun Aro GBC en general y Jimmy Baron en particular son, para el que quiera aprender de ellos, un extraordinario ejemplo de que el trabajo, la lucha, la fe, la actitud positiva, la labor en equipo y el entusiasmo siempre dan resultado. La victoria in extremis cosechada ayer en Illumbe por el conjunto de Sito Alonso -el líder espiritual del vestuario- ante el CAI Zaragoza fue la muestra definitiva de que este equipo es especial y de que optará seriamente a clasificarse para los play-off por el título. Será difícil sacarlo de los ocho primeros puestos (ahora es sexto) porque su capacidad para aferrarse a los partidos es admirable y porque tiene jugadores tan buenos como Jimmy Baron. El escolta sacó a relucir toda su magia cuando el partido parecía perdido. Primero anotó tres tiros libres que igualaron el partido a nueve segundos del final. Y luego metió un triple marca de la casa para ganar y provocar el delirio en Illumbe. Lo que parecía que iba a ser un tropiezo post Copa se convirtió en una victoria épica, de las de guardar en la memoria.

Solo el propio Baron sabe cuántas horas ha dedicado a pulir su privilegiada muñeca, ahora una de las mejores, si no la mejor, de la ACB. En su Rhode Island natal, de noche, en la soledad de pabellón y con la única ayuda de un foco situado en el tablero, hacía interminables sesiones de tiro. "En un día podía lanzar 7.000 triples", dijo el pasado año en una entrevista a este periódico. Lo decía con la naturalidad de quien está acostumbrado a hacer lo que otros ni siquiera conciben. Tantas y tantas horas de trabajo desembocan en días de gloria como el vivido ayer, cuando Baron exhibió ese talento, además de una confianza en sus posibilidades brutal. Su año y medio en la ACB ha servido para comprobar que se trata de un jugador único, de un crack. Anotar tres tiros libres para empatar el partido y luego rematar la faena con un triple ganador solo está al alcance de los elegidos. "¡Jimmy, Jimmy!" ya es uno de los gritos de Illumbe y Baron el ídolo de una afición que está disfrutando de una temporada de ensueño.

La canasta de Baron premió la valentía de Sito Alonso y, en general, de todo el equipo. Con empate a 73 y a nueve segundos del final, el técnico decidió jugársela a hacer falta y disfrutar así de la última posesión. Una apuesta muy arriesgada, pero lógica en un equipo que juega así, al ataque, de forma valiente. Es su filosofía y ganará o perderá con ella. Bracey Wright metió los dos tiros libres y al Lagun Aro le quedaron siete segundos para meter un triple y ganar. Era poco tiempo, pero los jugadores tenían las ideas muy claras: el balón tenía que llegar a Baron. La jugada salió a pedir de boca. Neto surcó la cancha a toda velocidad y asistió a Baron, cuyo defensor, Pablo Almazán, estaba a un par de metros gracias a un bloqueo de Panko. El escolta recibió, tuvo la sangre fría de fintar a Aguilar, cuadró los pies y su lanzamiento entró limpio. Triple y victoria. El sueño de todo entrenador, que una jugada ensayada se haga realidad en un partido y que encima sirva para ganar. Sito celebró este pequeño gran éxito como nunca, lo mismo que sus jugadores.

El acierto de Baron, que supuso el undécimo triunfo del curso, fue el festivo colofón a un choque muy complicado, poco brillante, que durante muchos momentos pareció casi perdido. El Lagun Aro no jugó un buen partido. En los tres primeros cuartos le costó anotar y en defensa tuvo altibajos. El equipo parece haber perdido parte de la frescura y el brillo con los que deslumbró en diciembre y enero y dio la sensación de que en algunos momentos el CAI Zaragoza perdonó, porque tenía a su rival casi en la lona. Pero una de las valiosas cualidades del Lagun Aro es que, gracias a una actitud, un empeño y una lucha ejemplares, está siempre metido en el partido. Es el equipo irreductible, el equipo lapa, que se aferra a los encuentros con uñas y dientes. Hasta ahora, ningún contrincante ha sido capaz de pasarle por encima. A veces no se sabe cómo, pero logra seguir vivo aunque el partido tenga muy mala pinta. Es una cualidad difícil de explicar, pero demostrable con los hechos.

ocho abajo en el tercer cuarto El 32-32 al descanso, con Baron y Vidal sosteniendo a un Lagun Aro que no estaba muy fino, dio paso a los minutos más complicados para los locales. El tercer cuarto fue del CAI, que llegó a ir ganando por ocho puntos (42-50) a un GBC que acusaba la floja actuación de Panko y el mal día tanto del base titular, Salgado, como de los dos cincos, Betts y Doblas, que daban la sensación de no estar al 100% físicamente. Demasiado lastre para los locales, aunque cinco puntos seguidos de Baron y una canasta tras rebote ofensivo de Doblas minimizaron los daños y a diez minutos del final la desventaja era de cinco (51-56).

El Lagun Aro encontró la inspiración que no había tenido antes en los primeros compases del último cuarto y recuperó el mando del marcador con los puntos de Salgado, Vidal y Panko (65-63). A partir de ahí hubo un intercambio de canastas hasta que Wright, a doce segundos para el final, puso el 70-73. Entonces fue cuando surgió SuperBaron, con sus tres tiros libres y con el triple de la victoria. Un crack. Una de las estrellas de un equipo que superó otra prueba de fuego, demostrando que la vorágine copera no le ha afectado y que, quien quiera sacarlo de los ocho primeros puestos, deberá luchar mucho y jugar muy bien. La temporada histórica continúa su curso.