Donostia. La victoria se ha convertido en una bella rutina para el Lagun Aro GBC. El equipo de Sito Alonso sigue imparable y, pese a jugar un partido bastante flojo, sumó ayer ante el Blancos de Rueda Valladolid su octavo triunfo en los últimos nueve partidos, una racha extraordinaria que le ha situado sexto en la clasificación con un balance de 10-9. El triunfo de ayer tuvo bastante menos brillo que muchos de los anteriores, pero vale igual o incluso más, porque el Lagun Aro demostró tener más recursos que la anotación, que es su mejor arma pero que ayer no le acompañó. Se quedó en 71 puntos. Pero, ante su falta de inspiración, tiró de esfuerzo en los últimos minutos para dejar a su rival en unos pobres 62 puntos y seguir celebrando la histórica clasificación para la Copa. El Lagun Aro y su afición están de fiesta.

El de ayer era otro partido trampa, como el de la semana pasada en Santiago. La victoria se daba como segura porque visitaba Illumbe el último clasificado, un Valladolid muy tocado que llegaba con nuevo técnico para tratar de reaccionar. La relajación por parte de los hombres de Sito podría considerarse incluso normal. O al menos era normal las temporadas anteriores, cuando el Lagun Aro se relajaba en cuanto tenía la mínima oportunidad para hacerlo. Pero un día más, salió a relucir el carácter luchador y ganador de este equipo, que es su principal cambio respecto al pasado reciente. Los hombres de Sito lucharon como lo han hecho en cada partido de esta temporada, una actitud a la que se ha unido en los dos últimos meses una confianza brutal en sus fuerzas. Un cóctel que le ha permitido pasar del penúltimo puesto al sexto, un salto de once posiciones en nueve jornadas. Increíble.

Las tres últimas victorias se han producido ante los tres últimos clasificados -Murcia, Blusens y Valladolid-, lo que otorga al Lagun Aro la salvación virtual a principios de febrero y confirma que este año su objetivo no es la simple permanencia. Este equipo luchará por un puesto en el play-off por el título. Es un objetivo ambicioso y mucho más difícil de conseguir que la clasificación para la Copa porque equipos que se han quedado fuera del torneo del KO como el Gescrap Bizkaia, el Valencia o el CAI Zaragoza van a apretar mucho y porque será complicado mantener el ritmo actual, pero no será fácil sacar al equipo de Sito de los puestos de privilegio que ocupa actualmente. Tras un durísimo inicio de temporada, sus jugadores se han ganado a pulso estar ahí y van a dejarse hasta la última gota de sudor para seguir entre los ocho primeros. El espíritu de equipo se refleja dentro de la cancha y fuera. "Otra gran victoria de conjunto", escribía Betts en su cuenta de Twitter.

Además de carácter y ganas de ganar por parte de todos y cada uno de los componentes de la plantilla, el Lagun Aro tiene una serie de jugadores que deciden los partidos. Porque solo con esfuerzo no se ganan partidos. También hace falta talento. Y Andy Panko lo tiene. Su brillante temporada está agotando todos los adjetivos, Simplemente, está a un nivel espectacular. Ayer volvió a ejercer de líder. Con 22 puntos, fue el máximo anotador del choque, pero lo más importante es que anotó cuando más lo necesitaba su equipo, incluyendo en los últimos minutos, cuando su papel fue decisivo para amarrar el triunfo.

El de Harrisburg fue durante casi todo el partido el principal sostén de un equipo que no tuvo su día. El partido fue muy feo, sobre todo los dos primeros cuartos, que acabaron con 31-32 después de más fallos que aciertos por parte de ambos equipos. Ni siquiera los 7.050 espectadores que fueron a Illumbe -la segunda mejor entrada de la temporada- lograban caldear un partido frío, soso, sin ritmo. Sito Alonso rotó más que nunca para buscar el quinteto ideal, pero no daba con la tecla. Buscó el equilibrio con Papamakarios, con Lorant, con Ogide. Panko jugó menos minutos que nunca, lo mismo que Baron. Los once jugadores tuvieron su oportunidad, pero el juego local seguía atascado. El partido siguió con esa tónica hasta la recta final del tercer cuarto, cuando un parcial de 9-0 con tres buenas canastas de Baron, Neto y Ogide y un triple de Salgado dieron al Lagun Aro una interesante ventaja al término del tercer cuarto: 49-39.

El Valladolid no se rindió. Algo lógico, porque sabía que, en caso de derrota, acabaría la jornada como colista en solitario. Isaac López, Nacho Martín y Uriz, los tres ex del GBC, lideraron un parcial de 1-9 al inicio del último cuarto que volvió a igualar las fuerzas: 50-48. Un espectacular alley-oop de Vidal servido por Salgado y un par de acciones de Panko, al que no podían parar ni Touré ni Nacho Martín, volvieron a estirar el marcador, pero dos triples de los vallisoletanos igualaron las fuerzas a cuatro minutos del final (58-56), que se antojaban llenos de tensión.

No fue para tanto porque Panko volvió a tomar la iniciativa y anotó cuatro puntos seguidos que dieron un gran tranquilidad al Lagun Aro (62-56), que además subió un par de peldaños su intensidad defensiva para anular a un Valladolid muy impreciso y nervioso en esas últimas acciones. Salgado, Doblas y un enorme Vidal, que se multiplicó en los últimos minutos, sellaron con un parcial de 13-6 la décima victoria del curso, octava en los últimos nueve compromisos, que deja al Lagun Aro en una situación idílica a las puertas de la Copa. Este equipo sigue creciendo y ya gana hasta jugando mal, síntoma de que va sobrado de confianza. Mientras no baje el pistón, aspirará a todo lo que se proponga. Su siguiente reto, antes de la gran cita copera, será confirmar su excelente momento en otra cancha históricamente inaccesible: La Fonteta de Valencia.